Cambiante, entretenida, lujosa y apasionante, la definición por penales “salvó la ropa”. Después de diez días de idas y venidas, de un gol discutido, de una suspensión absurda, de un informe ‘retocado’, de una agresión cuestionada, de tres reprogramaciones, de amenazas en redes sociales y de la insólita decisión de jugar ¡un minuto!, el fútbol volvió a dar la cara para al menos sosegar el papelón.
Como la nueva conquista de América de la Selección nacional terminó apaciguando los ánimos ante el circo presentado por Estados Unidos, en el que se priorizaron los dólares por sobre el juego, en nuestra tierra pampeana los protagonistas de los penales le dieron un soplo de aire fresco a una situación tan bochornosa como avergonzante hasta para los propios futbolistas.
El partido entre Huracán de Guatraché y Deportivo Alpachiri, correspondiente a los cuartos de final de la novel Liga Regional Sureña de fútbol y que había sido suspendido el domingo 7 de julio luego de un 2 a 2 agónico y polémico, se cerró ayer en la cancha de All Boys de Santa Rosa, a puertas cerradas, con el minuto que restaba jugarse y con unos penales que le dieron la clasificación a los de Alpachiri con un resultado final de 4 a 3.
trás quedó la suspensión dispuesta por el árbitro Fernando Silva por una supuesta agresión al asistente Joaquín Lucero que nunca pudo ser corroborada (ni con un video); atrás quedaron el informe original de la terna arbitral y el anexo ampliatorio del día posterior (con otra letra); atrás quedaron los testimonios recolectados del personal de salud explicando que el asistente no pidió atención médica; atrás quedó la resolución del Tribunal de Disciplina habilitando jugadores informados fuera de término; atrás quedó la decisión del mismo órgano disciplinario de disponer que se reanude el partido y se juegue ¡un minuto! antes de recurrir a los penales; atrás quedó la reprogramación para que se juegue en General Campos y la re-reprogramación con Jacinto Arauz como destino; atrás quedaron los cruces y amenazas en redes sociales entre simpatizantes de cara a la reanudación del encuentro…
Ministerio de Seguridad de La Pampa mediante, el “partido” de un minuto se jugó finalmente ayer en el estadio Dr. Ramón Turnes de All Boys de Santa Rosa, a más de 180 kilómetros de Guatraché y a más de 130 kilómetros de Alpachiri. Y se escribió un capítulo más para que la historia tenga el final que merecía. Con algo más de ridiculez, drama, tristezas y alegrías, de esas que al fin y al cabo terminan rescatando al deporte por sobre todo lo demás.
Minuto y penales.
A los futbolistas se los notó un poco avergonzados cuando tuvieron que formarse para la foto inicial, sabiendo que esa acción, entre una cosa y la otra, iba a ser más extensa que el partido mismo.
Fuente La Arena