Guatrachenses por el Mundo: Una pausa y volvemos.

A partir del próximo fin de semana haremos un paréntesis en nuestra habitual columna dominguera: “Guatrachenses por el Mundo”.

La pausa durará solo unas semanas en las que nos tomaremos un descanso, al igual que nuestros entrevistados, hasta que volvamos a reencontrarnos con energías renovadas. A partir de allí continuaremos rastreando el mundo en busca de compueblerinos en el afán de acercarnos a sus historias de vida. Historias que, domingo a domingo, esperamos continuen siendo -como hasta ahora– del interés de todos nuestros lectores.

Aun así, seguiremos atentos a las noticias sobre el pueblo y la zona, por lo que el equipo de la 90.9 continuará ofreciendo el servicio informativo digital como lo viene haciendo habitualmente, sin pausas. ¡Hasta Pronto!

Guatrachenses por el Mundo: Pablo Daniel Dolsan, “el Fotógrafo de la Naturaleza”.

“Mami, me prestas la cámara para sacarle una foto a ese pajarito?…. Vos  estás  loco?  gastar  fotos  en ese bicho?”. Palabras  más, palabras  menos,  ese fue  uno  de los primeros intentos de Pablo en fotografiar la naturaleza.
Claro que  no  pudo, la respuesta de su madre fue muy clara y algo de razón tenía: “yo tendría  unos  8 años, aquel pajarito estaba  a  unos  20  metros  y  la  camarita  era  una  Kodak  con  rollo  de 135  mm, obviamente  sin  zoom, apenas con flash…”, recuerda.
Nacido en Guatraché el 4 de diciembre de 1980, su infancia transcurrió en este mismo lugar. “Vivíamos, y mi familia  aun  lo  hace, en una  quinta  de unas  5  hectáreas, con  muchos  árboles  y  gran  cantidad  de  aves, insectos  y  demás  animales. Siempre  me  gustó caminar por la quinta, disfrutar la naturaleza, escuchar las aves…”, asegura.
Hoy, 22 años después, las  cosas  siguen  igual. “Estoy  viviendo  en  la  ciudad  de  Bahía  Blanca con mi esposa,  trabajando y cursando  mis  estudios  de  ingeniería  electricista. Un  par  de  veces  por mes viajo a  Guatraché a visitar  a mi  hija Cintia (de  mi  primer  matrimonio),  a  mi  madre,  abuelos, amigos, y  a  disfrutar  de  esa  quinta, de  esa  naturaleza, esta vez con  la   cámara  en  mano prestando  atención  a  la luz, ángulo, fondo, distancia, intentando plasmar en cada toma lo mejor de lo que veo”.

Algunos Recuerdos
Pablo Daniel Dolsan partió de su pueblo natal en 1998, “ese año me vine a estudiar una carrera universitaria en la UTN que aún estoy cursando. Tuve que dejarla un tiempo por motivos personales, pero después retomé y ahora estoy en el ultimo año de la carrera mientras trabajo en la ex refinería ESSO, en el sector de mantenimiento eléctrico”, explica.
“En Guatraché quedó mi hija, Cintia, de mi primer matrimonio que vive allí con la madre. Mientras, yo, estoy casado nuevamente y mi esposa, Lorena Kriger, esta embarazada de 3 meses y medio”, confiesa.

Durante toda su infancia sintió una atracción tremenda por la naturaleza, de hecho mientras sus compañeros jugaban el se afanaba en la búsqueda insaciable de aves, insectos y todo lo que se le pusiera por delante. Y es en contacto con la naturaleza donde conserva los mejores recuerdos y anécdotas,  “los asados con mis compañeros de secundario, cuando nos juntábamos en la laguna. Una anécdota que nunca me voy a olvidar ocurrió en una de las fiestas del estudiante cuando en lugar de ir a la laguna acampamos en el campo de Fernando Lehr, la pasamos bárbaro, pero a la noche pasamos muuuucho frio (dormiamos en carpa), cuando nos levantamos el jugo que había quedado en una botella afuera era un solo bloque de hielo!. En el mismo campo en otra de las tantas salidas íbamos 4 o 5  en bicicletas, era de noche, llovía muy fuerte y había mucha agua por todos lados, andábamos por los caminos del campo cuando nos encontramos con un alambrado eléctrico a media altura que nos hizo caer a todos! y encima las bicicletas quedaron enganchadas al alambre en el medio de un charco, y no las podíamos sacar porque el eléctrico nos cag… a patadas!. Lástima que en ese tiempo no existían las cámaras de ahora para retratar el momento”, se sonríe.

Tuvieron que pasar muchos años, hasta que ya de grande, a los 27, cae en sus manos una cámara digital que adquirió con sus ahorros, “y es ahí cuando comencé a tomármelo en serio, cuando pude tener mi primer cámara compacta relativamente “buena”. Hace un año compre la Reflex y ahora le dedico mas tiempo que antes. Leo bastante y comparto fotos con otros fotógrafos del país y entre todos aprendemos a mejorar”, asegura.
Con ella, se dio cuenta del potencial de la fotografía para mostrar a los demás las joyas que la naturaleza le brinda. También, le apasiona captar con la cámara imágenes que tienen que ver con la vida cotidiana. Por eso a pesar de los 12 años transcurridos añora retornar a su pueblo, y siempre con la cámara bajo el brazo. ”Extraño la tranquilidad de Guatraché, la gente amable,  el campo, el verde, el monte y por supuesto a los afectos: mi madre, abuelos paternos, abuela materna, amigos,…muchos!, como por ejemplo Juan Mosman, que fue el que me llevo a fotografiar una martineta blanca”.

La Fotografía en un ping pong
¿Como se llama lo que vos haces, estudiastes sobre el tema?
No, no estudie nada, solamente de compartir experiencias con otros fotógrafos y de salir mucho al campo a fotografiar, lo mio es fotografia de naturaleza. Tambien leo mucho en internet sobre fotografía, y compro alguna que otra revista sobre el tema.

¿Porque la naturaleza y no otra rama de la fotografía?
Siempre me gustó la naturaleza, de muy chiquito me gustaba andar por la quinta (donde está viviendo mi familia en guatrache), veía fotos de animales en libros y revistas y me encantaban, por lo que pensaba algún día llegar a algo de eso.

¿Cual fue tu mejor foto?
Hay varias que me gustan, una en particular que no es un “fotón” como le decimos en la jerga pero que me dejó muy contento, es una foto de una martineta común albina, algo casi imposible de que pueda vivir, y más complicado aun poder verla y fotografiarla. Otra foto que me dejó muy conforme es un puma que encontramos hace unos días por acá cerca y también pude fotografiar.

¿Que es la naturaleza para vos?
En poquisimas palabras, un cable a tierra. En mis salidas descargo todos los lios del laburo y estudio sacando fotos.

¿Cuál es la fotografía que te gustaría hacer y que no has logrado?   
El sueño del pibe, ir a fotografiar animales salvajes a Africa.

¿Quien es tu fotógrafo preferido o tu referente más destacado?Siempre sigo los consejos y miro las fotos de un fotógrafo español, Javier Milla, es un excelente profesional y explica todo lo que hace.

¿Paisajes o seres vivos?
Seres vivos, yo también me inclino más por seres vivos, he sacado paisajes pero me llaman más la atención los bichos. 

¿Cómo ves que afecta el polo petroquímico y la contaminación de una ciudad en una naturaleza amenazada? Y más, vos trabajando allí ¿que opinión tienes?
En cuanto a la contaminación es una pena lo que pasa, en nuestras charlas de seguridad parece que todo está perfecto, pero todos saben que no es así, lo que pasa es que es muy difícil de controlar, los organismos correspondientes hacen multas, pero con eso no solucionan nada.

¿Cuál es tu mayor dificultad en la fotografía de naturaleza? ¿Qué animal consideras que es el más difícil de fotografiar?
En cuanto a técnica, los animales que tienen fuertes contrastes, que son blancos y negros, son dificilísimos, digamos cisne de cuello negro, tero real, etc, todavía no tengo una foto que realmente me guste de estas aves, y eso que saque varias!
En cuanto a dificultad en general, tengo muchas ganas de lograr buenas fotografías de animales muy esquivos, tales como zorros, gato montés y demás animales que viven en el monte y son difíciles de ver, ¡hasta las perdices son difíciles!, en la ruta se ven por centenas, y recién el fin de semana pasado logre una foto más o menos decente de perdiz. Y después las aves que son difíciles de ver. Tengo una guía de aves donde las marca con un numero desde el 1 al 6, el 1 significa que son casi imposibles de ver y el 6 es que se ven todos los días (por ejemplo chingolo, gorrión). Tengo una linda fotografía de viudita chica, clasificada con el numero 2 en la guía, es decir, muuy difícil de ver, y esa foto me dejo muy contento.

La fotografía de naturaleza, sobre todo de aves, requiere mucho esfuerzo, se requiere de paciencia y mucho tiempo de espera, ¿Cómo te llevas con eso?, ¿como dominas la ansiedad?.
Requiere muchísimo tiempo de espera, justamente este finde nos vamos acá cerca de Bahía Blanca donde hay una lagunita con aves acuáticas, nos sentamos a la orilla antes de que salga el sol tapados con redes de camouflaje y esperamos. Igualmente lo disfruto mucho, el tiempo que tengamos que esperar no me interesa para nada, ya que es algo que realmente me apasiona.

¿Cuál es tu arma?
En este momento tengo una cámara Canon T1i lente canon 400 f/5.6, lente sigma 70/300 f/4- 5.6, lente canon 18-55, flash canon 580 EXII, lentilla raynox 250 para fotografías macro (de bichitos muy chiquitos), digamos que es como una lupa.

¿De día o de noche?
Son dos cosas distintas, de día obviamente encuentras las especies diurnas de las cuales tengo ya varias fotos (por lo menos de las especies de esta zona). Por las noches salimos a fotografiar especies nocturnas, tiene otro “gustito”.

¿Tienes algún secreto que quieras compartir con otros amantes de la fotografía?
Si claro. Hay muchos que cuando ven los lentes que tenemos en la cámara me preguntan ¿pero con eso le sacas a un bicho a 200 metros?, y lo principal en fotografía es acercarse, claro que con mi lente voy a sacar desde muy lejos, pero las mejores fotos son las que tengo a escasos 4 o 5 metros de distancia, por supuesto que dependiendo el tamaño del sujeto a fotografiar. La idea es que lo que estemos por fotografiar ocupe el mayor espacio posible en el fotograma (pantalla de la cámara), así se evitan hacer recortes. Los recortes hacen perder mucha calidad a la foto, obviamente también depende de la calidad de la cámara y el lente. Otra cosa importante que muchos me preguntan es ¿porque usas el flash en pleno día?. Cuando la luz es muy escasa (días nublados por ejemplo) el flash sirve de mucho y esto es más o menos entendible pero lo que la gente no sabe, es que cuando la luz es muy dura (fuerte) por ejemplo al mediodía, el flash ayuda a “apagar” las sombras generadas por la luz solar y la foto queda muchísimo mejor. Otro consejo seria, levantarse tempranito y salir a sacar fotos cuando sale el sol, hasta media mañana, y a la tardecita, en esta época después de las 17:00. En esos momentos tenemos lo que los fotógrafos llaman “golden light” (luz dorada).

¿Participaste o tienes pensado participar en concursos?
Para concurso todavía me falta mejorar bastante mis fotos, hay excelentísimos fotógrafos con años de experiencia que sacan fotos hermosas desde todo punto de vista. Igualmente estoy atento a lo que sale, envié fotos a un par de concursos, pero ni aparecí en la lista!!! Jajaja. Y hace un tiempo envié una foto a un concurso que hizo la revista “Muy interesante” y mi foto quedó entre las mejores 25, que luego se expusieron en Buenos Aires, así que ese es mi primer “logro” como fotógrafo. Lo que si me gustaría es participar en alguna exposición fotográfica.

¿Te consideras un artista?
En fotografía hay que tener bastante de artista, no es solo apuntar y disparar, hay muchos puntos a seguir para que una foto quede bien, la composición, el fondo, el posadero en caso de las aves, el momento, la luz, etc, así que sí, algo de artista tengo, jaja.
La foto del último eclipse lunar es de artista!!! jajajaja, Editada a partir de 18 fotos en donde se muestra la secuencia del eclipse. Se ve claramente cómo va tornándose rojiza, según lo que leí, debido a un fenómeno de difracción de la luz. La primera foto fue tomada a las 03:20 hs y la ultima a las 04:50. En total transcurrieron 90 minutos desde que comenzó hasta que empezó a aclarar y la luna se escondió en el horizonte, saqué aproximadamente 120 fotos, y  de esas 120 elegí las mejores 18 y armé lo que se ve en la foto, es todo fotomontaje, las fotos que yo sacaba era a la luna cada 3 o 5 minutos desde distintos lugares y a  medida que se movía por el cielo. Fue el 21 de diciembre de 2010.

 Se llama Pablo Daniel Dolsan, Vive no muy lejos de aquí, a menos de 200 km, y es otro guatrachense que asegura haber encontrado su lugar en el mundo: un lugar llamado Naturaleza, donde su ojo busca captar imágenes únicas y exclusivas de las especies más desconocidas, emblemáticas y amenazadas de toda la fauna lugareña.
Y también tiene su frase de cabecera: autoría del fotógrafo francés fallecido en 2004,  Henri Cartier-Bresson: “Tus primeras 10.000 fotografías serán tus peores fotos”. “Yo recién voy por la número 3.000, así que me  faltan aún 7.000 de mis peores fotos…”, ríe con gusto.

Sin más preámbulos…les mostramos algunas de esas “peores” 3.000.

Guatrachenses por el Mundo: María Alejandra Olivera desde Centenario, Neuquén.

“Mi documento dice que nací el 26 de febrero de 1968 en Centenario pero puedo aclarar que desde muy bebé me llevaron a Guatraché, por lo que mi corazón dice: nacida en Guatraché”.
Son las primeras palabras de María Alejandra Olivera, una Guatrachense a la que la vida le propinó algunos golpes, como el abandono de su madre cuando apenas tenía 1 año y 7 meses “pero a pesar de todo, agradezco siempre que hayan existido personas que influyeron mucho en mí y rescato de ellas los mejores recuerdos”,  asegura quién en Guatraché se crió junto a su hermano Angel en el Hogar de Hermanas “San Carlos”, “Al no tener una familia bien constituida también viví en casas de familias prestadas”, rememora con mucha nostalgia,“Compartí muy lindos momentos en muchos hogares. Me recibían muy bien en lo de Cavassa, donde además la vida me regaló una hermana del corazón, Patricia, con la cual pese a los años y a la distancia, nuestro afecto sigue intacto. Los  Dalmás, Tindiglia, en todos,  siempre me hicieron sentir como parte  de su familia, y también recuerdo a Aldo Dayup y su señora que siempre me regalaban chupetines, aunque  él  me peleaba  porque era fanático de Boca y yo de River”, sonríe.
Su historia parece extraída de un cuento. Pero no lo es. Mientras chatea, los recuerdos se le acumulan de repente, como en una estampida. No puede dejar de hablar de ello. Por un momento, su palabra se detiene, pide buscar un pañuelo, se quiebra y vuelve a escribir. Las terapias que ha tomado le han servido para entender ciertas cosas, pero hay otras que pese al tiempo   siguen provocándole un profundo dolor. Y hoy, con mucha valentía, Alejandra la vuelve a revivir.
“Mi mamá se llama Alicia Monzón y mi papá Juan Olivera, pero ellos se separaron cuando yo tenía un año y siete meses”, se detiene por un momento, y reanuda “Como mi papá trabajaba en el campo, te imaginarás que por su trabajo,  a Angelito, de 3 años, y a mí no nos podía cuidar. Así que recurrió directo al hogar de las hermanas”, recuerda, “la Hermana Teofrida me contaba que en realidad había hablado solo por Angelito, así que cuando mi papá llegó con el tractor y traía una cuna, ella se sorprendió mucho y le explicó que en el hogar no podían cuidar a una nena tan chiquita, ¡y que encima todavía usaba pañales!, pero bueno, mi papá se lo rogó y ella dice que se llenó de ternura y dijo… ¡está bien déjela!… y así fue como la Hermana Teofrida puso mi cuna al lado de su cama y me cuidó desde el primer día, ¡era mi Mana Fía!”
Del Hogar San Carlos guarda los mejores recuerdos de todas las hermanas y los internos en general, “pero te aseguro que la Hermana Teofrida  fue mi mamá y nunca dejó de estar a mi lado, éramos muchos las chicas y chicos en el internado, pero siempre se hizo ese tiempo para atenderme como su hija”, asegura.
La charla virtual continúa. Se van desgranando los recuerdos. La Escuela primaria en Guatraché. Los inicios de la secundaria en el Plácido Marín de Buenos Aires. Desfilan nombres, hechos, anécdotas y más situaciones increíbles que le han tocado vivir, -o padecer-, y los últimos dos años en el IJBA, para finalmente, el magisterio:“Recuerdo que la hermana Teofrida murió justo una semana antes de que me reciba de maestra, algo que ella sabía que yo siempre quise ser”, asegura. ”La hermana  -por Teofrida- siempre me había hablado bien de mi mamá, -aún sin conocerla-  y me pidió que la entendiese, por lo que me hizo prometerle que yo iba algún día a tratar de recuperar un poco el tiempo perdido e intentar establecer un vínculo con ella. A los 23 años, y luego del nacimiento de mi hija Cecilia sentí que ese día había llegado”, confiesa.
Es así que, con la esperanza de que su madre rectificara su decisión, y ya recibida de maestra, Alejandra decide viajar a Centenario en busca de sus raíces y a cumplir con la palabra empeñada, ”cumplí mi promesa de venir e hice lo imposible por recuperar a mi mamá, pero cuando llegué me encontré que ella había formado otra familia con dos hijos nuevos. Al verla por primera vez y con una frialdad que duele, mi mamá se encargó de aclararme de entrada que ella ya había “depositado” el amor que nos correspondía a mí y a Angel, en mis hermanitos menores. Fue un golpe muy duro,  así que, terminé haciendo terapia para entender ¡por qué no podía quererme!, hasta que un médico amigo me hizo caer de un precipicio. Me dijo que me dejara de mendigar el amor de mi mamá, ya que era una historia acabada. Por suerte llegué un jueves acá y el lunes ya estaba trabajando en una escuela y nunca más dejé de dar clases, así que el trabajo me ayudó mucho y la contención de mis queridos compañeros”.
Madre de cuatro hijos, Alejandra considera que esa fue la vida que le tocó vivir, “sé que la vida es difícil y así me tocó, pero cuando yo fui  madre y cada uno de mis hijos cumplió el año y siete meses de edad, nunca pude entender y mucho menos creer, que me hubiesen abandonado así tan de chiquita”. 

Ayer y Hoy
Los recuerdos son como una película que cada uno pasa siempre que quiere, y que cada vez que la ve, la adorna con situaciones nuevas y con sentimientos mejores. En la videoteca de Alejandra conviven desde los duros recuerdos de su infancia hasta sus alegres recuerdos de la adolescencia, “tengo muchos recuerdos con mis compañeros  del secundario, siempre nos juntábamos a estudiar en la casa de Patricia Cavassa, Marisa Wagner o Pirucha Kette ,  íban Mirko Martinez, el cabezón Gutierrez, Pulino Blint, Mauro Stele. Ariel Aimale, Marcelo Giles, Marcela Garcia,  y en los ratitos libres aprovechaban a jugar al truco, eran todos mentirosos”, ríe a carcajadas. ”También cuando trabajé en las colonias de verano con Eduardo Herzel y Cesar Jacob, me encantaba hacer esa actividad. Recuerdo que Ezequiel Mendoza era el director de deportes en ese momento y la verdad que me dio una oportunidad enorme de poder trabajar.  Para juntar dinero para el viaje de egresados,  limpiábamos el boliche Kitova y ahí mientras escuchábamos Mi niña veneno o yo no te pido la luna” se ríe “aprovechábamos a probar los licores o tragos que a la noche no podíamos tomar, jeje”. “Y si hablamos de travesuras adolescentes un poco mas bravas tengo una: cuando le sacábamos las hostias al cura o robábamos manzanas de la despensa en el hogar  y después nos confesábamos, hasta que un día apareció la despensa con llave, entonces  yo le pregunté al padre Jorge si la confesión no  era secreta ¡casi me matan!”. 

En la actualidad, Alejandra está  a cargo de la secretaría de la Escuela primaria nº 59 de Centenario, “y estudio piano”, interrumpe, “siempre me gustó la música, aprendí a charanguear con la guitarra en el grupo juvenil de la iglesia ahí en Guatraché. Tuzo Verna y Sara Wagner saben de mis chillidos con la guitarra jaja pero bueno, amo la música y era algo que venía postergando. En mi familia tocan la guitarra Oscar y Rodrigo y yo decía que cuando me jubilara estudiaría piano…entonces una amiga me dijo que eran excusas que yo ponía  y que tal vez cuando me jubilara estaría sorda o tendría algún problema en las manos así que me llevó a la academia y ya estoy en tercer año, ¿qué  tal?, es mi cable a tierra, ¡algo que disfruto muchísimo!”.
“¿Y sabes qué extraño de Guatraché? las galletas, el chorizo casero, la panceta, la morcilla blanca, ¡acá no existen!. Y también las semillitas de girasoles que en realidad cuando voy a la cancha las llevo….son infaltables! y muchos han copiado esa costumbre bien Guatrachense”, se divierte.
“¿Cómo sobrellevé los primeros años el alejarme de Guatra? No me costó, me adapto fácilmente a los cambios y no tengo problemas para relacionarme con los demás así que pude sobrellevar todo lo que conté resumidamente. Al comienzo cuando me fui estaba tan confundida que no pensaba en otra cosa que sentirme mejor de lo que me sentía. Se imaginarán que creo que cualquier lugar hubiese estado bien”.

Tierra de Pioneros
A 15 km. al Norte de la capital provincial se encuentra Centenario, una pujante localidad, caracterizada por su paisajes de chacras y su producción frutícola. Con 50.000 habitantes, se ha convertido en una de las principales localidades frutícolas del valle de los ríos Negro, Neuquén y Limay. Junto con Neuquén y Plottier conforman un conjunto urbano de más de 400.000 habitantes, siendo éste el núcleo poblacional más importante de la Patagonia. “Centenario es muy diferente a Guatraché”, interviene, “acá, a diferencia de allá, no hay sentido de pertenencia, la población está formada por gente que viene de diferentes provincias y de los países de Chile y Bolivia. Recuerdo cuando, recién llegada, me tocó participar en una reunión de personal y en un momento determinado pidieron que levantaran la mano los que eran de Neuquén, y resultaron solo tres, el resto todos de afuera”. ”Entonces, al no tener sentido de pertenencia existe mucha indiferencia, hay poco compromiso, la gente es poco sociable. En Guatraché uno a donde vaya siempre te reciben con una sonrisa y el buen día; el por favor y el permiso tampoco faltan, ¡acá eso no existe! hay mucho individualismo. Hablo en general eh?”, aclara, “por eso cuesta tanto la participación en distintas actividades, desde la politica, hasta una actividad de la escuela,….. nadie se mete. Fijate que Guatraché tiene dos clubes y un Centro de Jubilados re lindo …ustedes, siempre encuentran motivos de festejos para juntarse,  y acá no se acostumbra a eso. Igualmente, yo por suerte conocí muy buenas personas y me he hecho de muy buenos amigos pero,….te hablo de la característica de la población en general”. “Ah,. Otra cosa”, pide agregar,  ¡la ciudad es muy sucia!”.
En Centenario, Alejandra construyó su familia con Oscar Lagos, un empleado de farmacia con quien comparte sus cuatro hijos, “la verdad que Oscar hizo mucho por mí y creo que yo por él”, sonríe, “este año vamos a cumplir veinte años  de casados y la alegría de que Ceci, la mayor, se recibió de fonoaudióloga, ella está estudiando en Mendoza y a dos materias de obtener su licenciatura; el que le sigue, Rodrigo, tiene 18 años y también se va a Mendoza a estudiar kinesiología, luego viene Paula que tiene 16 y pasó a quinto año y el más chico que tiene 14  y ya está en tercer año. Nosotros tenemos el sistema viejo en educación”, afirma orgullosa, “desde el gremio ATEN, donde algunos años estuve participando, logramos que no se impusiera la ley federal, por lo que seguramente muchas veces me habrán visto en las marchas por la tele. Luego tuve también alguna incursión en política, pero…..creo que no es lo mío, estaba muy en contra del asistencialismo clientelar  del MPN y de Sobisch  en particular”.

Un Nuevo Club
Alejandra no oculta su pasión por el fútbol, “soy hincha de Pampero y siempre estoy al tanto de la campaña de la estrella”, confiesa, y amplia “acá formé parte de la sub comisión de la ADC –Asociación Deportiva Centenario-. Pero yo trabajo en un barrio carenciado donde los chicos no tiene acceso a la Institución, es más, ni siquiera conocen el hermoso estadio”, se lamenta “y además en la ADC no permiten trabajar con otros proyectos. Y para mí, un club no es sólo que ruede la pelota, sino trabajar desde lo social y en la formación de valores y contención con los niños y adolescentes”, asegura quién desde hace un tiempo atrás, y luego de haber pasado junto a su marido por las áreas de prensa, tesorería, y subcomisiones de fútbol en gestiones anteriores de la ADC, venía escuchando de mucha gente, algunas advertencias: “Centenario es la segunda ciudad más importante de Neuquén, con más de 50.000 habitantes y ¡tiene un sólo club!”
Es por eso que en el Barrio de Villa Hermosa, el más populoso de Centenario, un grupo de Centenarienses  parieron la idea. Había que fundar un nuevo club. No le pusieron un nombre cualquiera: Club Social y Deportivo Juventud Unida,“como un símbolo de que a través de una actividad que no es individual, se puede aprender a vivir mejor”, reafirma quien en la primera comisión integra el departamento de fútbol, “nosotros aportaremos nuestra experiencia de siempre adquirida en la ADC, ya que mis dos varones juegan allí”.

 Es así que, en la “Tierra de Pioneros” ahora existe un segundo club que se sumó al más antiguo, ADC: el Juventud Unida, nacido éste 3 de enero de 2011. El municipio les cedió un terreno de 2 y 2½ hectáreas para que en un futuro puedan construir su estadio allí. “va a estar emplazado en las calles Comodoro Rivadavia, Arturo Illia y Bernardo O’Higgins. Es un terreno arcilloso por lo que requiere de todo un trabajo previo, pero vamos a copiar lo que se hizo en Macachín, el relleno con yeso y luego la colocación de los panes de césped. Para eso contamos con la ayuda de profesionales que nos orientan en ese tema”,explica y agrega mas detalles: “Conseguimos personería jurídica, camisetas nuevas, una cancha para armar y vamos a ver si logramos presentar las categorías para este nuevo torneo de LIFUNE en el que participan equipos de varios lugares y en el que ya conseguimos un buen Sponsor para el transporte, así que los chicos humildes del barrio ¡van a poder también viajar!”, se emociona “veremos que sale…. pero yo estoy muy entusiasmada y como siempre sigo siendo muy inquieta”, concluye.

Enamorada de la Vida
La fuerza de voluntad para reponerse a los difíciles momentos definen a Alejandra como una enamorada de la vida. Siempre luchó por salir adelante y conseguir prosperar en la sociedad, “aprendí que de los fracasos uno debe aprender y que sos un fracasado si te quedás sumergido en ese fracaso”.
La entrevista concluye con tres definiciones suyas:
– “Siempre veo el lado positivo de las cosas y creo que por algo suceden y de las personas he aprendido que cada uno cosecha lo que siembra, así que trato de poner de mí siempre lo mejor. No me quedé con el pasado, tampoco olvido, pero vivo hoy  y me gusta mi presente”.
– “En los momentos difíciles creo que mi personalidad, que siempre trato de ver el lado positivo,  me ayudó a seguir, además ya tenía a Ceci así que tenía que hacerlo por las dos”.
– “Puedo darme cuenta de lo importante que es la familia y lo necesario que es estar en la adolescencia apuntalando a los hijos, conteniendo, y a mí me faltó todo eso. Pero sabes que? yo siempre me propuse salir adelante y que jamás me verían tirada, y yo a mis alumnos siempre les cuento que cada uno se hace su futuro y que tengan los problemas que tengan,   uno siempre puede cambiar la historia. Hoy, yo creo que soy una buena madre y ya no estoy repitiendo mi  historia”.

Guatrachenses por el Mundo: Claudio Cesar Flatt desde Hurlingham, Gran Buenos Aires.

Nacido en, o mejor dicho, inscripto en General San Martín el 31 de julio de 1966, Claudio comienza haciendo memoria “vivíamos en un campo de Abramo donde Papá era peón, y es allí que recuerdo que los nacimientos se anotaban en San Martin”, aclara.
Cuarto hijo de un total de diez, y uno de los nueve varones, Claudio se emociona al hablar de su familia “En Guatraché tengo a mi Papá y a ocho de mis  hermanos: Omar, Sergio, Pablo, Juan Carlos (Pecos), Alejandro (Tato), Ariel, Fernanda y Cristian (Pocho), también a los sobrinos por parte de mis hermanos Pablo, Fernanda y Ariel; y mi otro hermano, Néstor, que  vive en General Campos con Mari y los cuatro hijos de ambos”.
“Alejandro es el séptimo de los diez y el séptimo hijo varón”, agrega, por lo que de acuerdo a una ley argentina sancionada en 1973, establece que el matrimonio que de a luz al séptimo hijo o hija de una prole del mismo sexo (deben ser siete hijos varones o siete hijas mujeres), pueden optar por el padrinazgo “moral” del Presidente de la Nación, quién otorgará, una medalla de oro recordatoria, un diploma y una beca de estudios de carácter asistencial destinada al ahijado para contribuir en su alimentación y educación, “el día que Tato fue bautizado fueron como representantes de las autoridades la esposa del gobernador y el Señor Abdala, intendente de Abramo”, recuerda. “Tato recibió la medalla de ahijado presidencial y Papá recibió un trabajo en Vialidad Provincial. De ahí en adelante comenzamos a ser guatrachenses”. Y recuerda otra anécdota que les tocó vivir, “cuando Tato empezó a estudiar veterinaria a principios de los ´90 no teníamos como costear sus estudios, entonces presentamos una petición para obtener una beca que por ley le correspondía. Si bien nos recibieron el pedido en Presidencia, la respuesta fue algo así como: ¡No, a partir de este gobierno se acabó el padrinazgo!”.

Al Seminario
La mayoría de los guatrachenses que han decidido migrar merecen el adjetivo de nómades ya que llevan diferentes lugares de residencia a las espaldas, pero el caso de Claudio es punto y aparte. “De Guatraché me fui con los Padres Palotinos cuando termine el secundario nocturno”, señala, “quería seguir haciendo algo que tenga que ver con lo social y sobre todo formarme para trabajar después cerca de mi lugar y por las necesidades de la gente de mi provincia. Pero aun no he vuelto y ya no lo decido yo solo”, admite.
“¿Qué extraño de Guatraché?, ver a mis sobrinos,…. ¡para qué te digo mas!”, es contundente, y su mente se fija en aquel pueblo provinciano que lo vio crecer y que la añoranza  lo lleva a recordar con mucho cariño: “Los recuerdos mas frescos son las caras de algunas maestras de la primaria. De la secundaria recuerdo lo lindo que fue tener pocos compañeros y conocerlos mejor a todos (porque en esa época yo socializaba menos que ahora). Y por último me quedan los recuerdos del grupo parroquial y los campamentos. De ahí nacieron mis ganas de entrar al seminario palotino”, afirma quien ya radicado en el Gran Buenos Aires suele imaginar encontrarse a sus coterráneos en el rostro de cada peatón, “acá me recuerda Luci que cuando estamos paseando le digo: mira, aquel se parece a un vecino de mi pueblo, y así me pasa con mucha más gente. Es por eso que te digo: ¡sí, extraño muchas mas cosas de Guatra!”.
Actualmente Claudio trabaja en forma temporal con unos amigos en una farmacia-herboristeria en el barrio porteño de Once, “pero vivo en Hurlingham, no muy lejos de Eduardo Herzel”, explica y completa no sin  orgullo “Este año terminé de hacer una Diplomatura en Grafología Forense en el Instituto Universitario de la Policía Federal en Capital Federal“. Hoy, a más de dos décadas de vivir lejos de sus raíces, este muchacho emprendedor que también es enfermero profesional, disfruta de una vida plena, juega con su perro, llamado Haruki y con su gata bautizada Aceituna,  atiende a diario a los clientes en la farmacia y disfruta la vida en pareja junto a su  mujer, Luci Iele.

Una Historia de Vida
A los 6 años en Guatraché, un día común de 1972 mientras jugaba con sus amiguitos, al regresar a casa Claudio notó que su cuerpo estaba muy hinchado y a partir de ahí casi ni orinaba. “Los médicos no sabían de que se trataba”, recuerda “Tanto en Bahía como en Santa Rosa no había médicos nefrólogos, si urólogos, por lo que no cabía la posibilidad de un buen tratamiento. Perdíamos bastante tiempo, me daban una medicación que implicaba una solución temporal”, se lamenta. “El diagnostico fue al principio una Glomérulonefritis y la enfermedad  fue evolucionando hasta que a los 7 años me llevaron a Buenos Aires, me dieron un buen tratamiento y pude vivir dos años sin privaciones en la comida ni en otra cosa”.
“Pero a los 10 empezó de vuelta”, recuerda “porque dicen que es una enfermedad autoinmune donde mis propias defensas atacan a mi riñón. En invierno me atacaba y en la primavera calmaba, y así sobrevivía de recaída en recaída”. “A partir de los 20 años cuando entré al seminario  fue decayendo la función renal, hasta que a los 25 tuve que comenzar con las diálisis”, relata, mientras recuerda el padecimiento de ese tratamiento que debió realizar durante mas de década y media.
Hasta ese entonces Claudio ignoraba lo que era un tratamiento de hemodiálisis. Cuando lo vio por primera vez y las personas conectadas a esos aparatos, le pareció que el mundo se le venía encima, “de algún lugar saqué fuerzas, sabia que aun me quedaban muchas cosas por vivir. En esos tiempos los lugares de diálisis tenían poco personal profesionalizado. Siendo estudiante me daba cuenta de las fallas y eso también me desanimaba pero comprendí que era la única manera de prolongar mis días sobre esta tierra, y me propuse vivir y vivir con dignidad la vida con diálisis”.

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Claudio Flatt cumple cada 7 de julio un nuevo año de vida digna, un nuevo año en su segundo cumpleaños en la vida. El 7 de julio de 2007 volvió a nacer cuando un trasplante de riñón cadaverico le salvó la vida después de dieciseis años de  diálisis y una esperanza casi perdida de recuperar la salud y volver a vivir dignamente. Atrás había quedado el transplante fallido del ´97, cuando su hermano Tato –hoy veterinario- decidió que la vida de su hermano no debía depender de la generosidad anónima y dio un paso al frente para evitar el azar y asegurar el éxito. Le informaron que una donación en vida tenía su riesgo, pero no le importó. A pesar de eso, la compatibilidad inicial no resultó tal, a los ocho meses vino el rechazo y vuelta a comenzar.
En 1990, luego de permanecer tres años en el seminario con los padres palotinos, Claudio se quedó dos mas en una Parroquia para estudiar y recibirse de Enfermero Profesional para luego trabajar en una empresa de internación domiciliaria y después pasar a una farmacia de amigos, “pero el trabajo no rendía como antes, por lo que tuve que mudarme varias veces, siempre por la zona de Parque Chacabuco”, describe.
“Desde el 2000 comencé a abandonarme un poco porque vivir con diálisis deteriora mucho, uno se cansa de luchar al no encontrar buenas razones así que deje de hacer buena letra por un tiempo, y si la seguí peleando fue porque desde el cielo se encargaron de mandarme una madre postiza, María del Carmen Buzzurro que literalmente me adopto como hijo y me  animó siempre a seguir adelante, y cuando yo no podía peleaba ella por mi”, testimonia.
“Siempre seguí siendo religioso y nunca me sentí solo, por eso cuando andaba en la mala, una vez fui a una peregrinación en Pehuajó, y Carolina Treseguet, la chica que tenia locuciones con la Virgen me dijo de Su parte que no temiera, que Ella estaba conmigo. Desde ahí en más marche mas confiado por la vida. Luego cuando ya nuevamente no esperaba mas nada para mí y seguir en diálisis no tenia un sentido y solo significaba sufrir, me llego el transplante de riñón que tanto necesitaba. Entré al quirófano el día 7 del mes 7 del año 7, el día séptimo de la semana. Habrá sido casual, che?”, se pregunta casi entre lágrimas.
“Después de la operación ya estaba libre, mas no estaba preparado para la libertad ni para la soledad. Nuevamente deseaba cambiar a una situación mejor y pedí a Dios supliera lo que me faltaba, y cuando otra vez ya no esperaba mas nada apareció Luci, nos pusimos de novios el 7/11/2008 , nos casamos por iglesia el 11/10/09 , repetimos las promesas matrimoniales por segunda vez el 23/01/10 y nos casamos por tercera vez, esta vez por civil el 19/02/10. ¿Que tal? esto muestra como Luci y yo recobramos la esperanza”.Frases como “mi vida antes del trasplante casi no tenía sentido” y “el trasplante me devolvió la vida” suenan con fuerza durante toda la entrevista del otro lado del chat. 
La historia de Claudio Flatt es una mas de las miles que hoy en día esperan órganos en las listas de espera en la Argentina. Según estadísticas del Incucai, en el país hay más de 5.800 pacientes en espera de uno o más órganos o tejidos. No tienen los números a su favor: en el año que pasó se registraron apenas 431 donantes reales y 1.007 trasplantes efectivos. La historia de Claudio puede servir para mejorar las chances de los que aún pueden recuperar la plenitud de su vida. Donar, de eso se trata.

Rendirse… jamás
Existe algo muy fuerte que identifica a las personas que recibieron un trasplante de órganos. Por un lado, un profundo agradecimiento a la vida por una nueva oportunidad; y por el otro, unas ganas inusitadas de disfrutar cada día como si fuera el último. A Claudio la vida lo puso a prueba, pero el salió airoso y ahora podrá vivir una vida como cualquier mortal: con alegrías, con tristezas, con triunfos y con algunos sinsabores.
“En el mes de septiembre me sacaron un cáncer, pero ya no tengo miedo, porque lo único que depende de nosotros es como enfrentamos la vida con Luci y la dignidad que le asignamos. Hoy yo digo que tengo mi familia en la Pampa. Más, aquí tengo una familia que fundar y una vida para vivir con valor y buen humor. Lo que siempre me ha sostenido y me sostiene es el creer en la infinita misericordia de Dios y eso hace que vea a los demás con ojos mas limpios, al menos lo intento”.
Se llama Claudio Flatt, un gladiador que no se rinde y que tiene mucho por luchar, y por dar.
-¿Un hijo?, se le inquiere: “¡Que uno!, ¡por lo menos tres!, ¡es lo que anhelamos con Luci!”, grita por el Messenger. “¡Y es por eso que le pido a Dios que me extienda un cheque a largo plazo!”.