Guatrachenses por el Mundo: Viviana Olaverría desde Alba de Yeltes, Salamanca, España.

Viviana nació en Guatraché un día ventoso y frío de abril de 1974. De pequeña jugaba a ser cocinera, quizás inspirándose en su madre que elaboraba empanadas como pocas.
En esta localidad cursó sus estudios primarios “en la 60 turno tarde”, acota, “y secundario y magisterio en el IJBA, donde me recibí de maestra de primaria y preescolar”.
Aventurera, emprendedora e inquieta, Viviana desde su adolescencia pasó a formar la larga lista de jóvenes que en su país no encontraban la manera de construir un futuro digno. El trabajo de su marido en el campo de Alpachiri, las suplencias en distintos lugares de la provincia, las clases de informática en el IAC y siete años recorriendo Argentina en busca de un mejor porvenir que en vez de llegar, se alejaba. “Se estaba complicando cada vez mas en todos los puntos cardinales”, recuerda, “En ese intervalo de tiempo nace mi hija mayor y fué cuando decidimos emigrar en una época en la que muchos compartieron la misma decisión”.
Corría el año 2001. Frente a una inflación creciente, el índice de pobreza que se arrimaba al 50%, una desocupación superior al 20% y la escasez de trabajo bien remunerado, ni lo pensó: “Estalló el corralito, los trabajos de mi marido en una empresa constructora se empezaron a cerrar y ahí fue cuando decidimos que debíamos marchar”.
La desición incluyó alejarse de toda su familia, “mis padres Juan Carlos y Nilda, mis hermanos Marcelo y Carlos, mi madrina y tía Coca y también mis primos Mary y José María Olaverría y Sergio, Edgardo, Leandro y Ricky Cano”, detalla.
Y reflexiona: “si algo aprendo día a día es que las cosas no pasan por pasar, nada es casualidad y todo tiene su porqué. A veces aunque resulte difícil, hay que tratar de mantener la calma y dar los pasos acertados para no errar”.      
Seis años antes, en 1995, Viviana contraía matrimonio con Ivan Federico Schmiedt, “un muchacho de Alpachiri, el pueblo de mi madre” y el viaje de bodas los llevaba a Canadá por dos meses, lugar de residencia de la hermana de Iván. “nos gustó mucho, pero como mi marido había dejado su campo, decidimos volvernos a vivir a Alpachiri”.
Ya de regreso en Argentina, nunca pudo sacarse de la cabeza, la posibilidad de emigrar.

Era Chicago pero resultó Tenerife.
A España llegaron hace nueve años con la esperanza de casa,  empleo y un futuro, tres cosas imposibles en la Argentina de ese entonces.
“Hasta dos días antes de partir nunca imaginamos venir a España”, confiesa, “la verdad es que habíamos sacado pasaje para ir a Chicago ya que como mi cuñada vive en Canadá nos iba a echar un cable, pero EEUU puso visa a los argentinos dos días antes de viajar y la aerolínea no nos devolvía el dinero, pero sí nos cambiaba el destino, así que fue así como caímos en España”, rememora y agrega “como no podíamos viajar los dos, decidimos que viajara él primero para ver como surgían las cosas y luego de dos meses y medio viajé yo sola con la nena mayor de un año y cuatro meses y ¡con solo 20 dolares en el bolsillo!, que me habían sobrado después de pagar mi pasaje y el porcentaje de mi hija”, ríe divertida. “Y así fue como comenzó nuestra gran aventura”, completa.
Atrás habían quedado las corridas desde su lugar de trabajo en la Cámara de Comercio de Santa Rosa a las casas de cambio a comprar dólares ni bien cobrado el sueldo, ya que aumentaba dos veces por día. Y a vender todo lo que tenían a precios a veces no demasiado convenientes, en una época en que el dinero se diluía como agua entre las manos.

Santaursulera por un tiempo
Santa Úrsula es un municipio español perteneciente a la provincia de Santa Cruz de Tenerife (Canarias). Con una superficie de 22,59 km² y una población de 14.143 habitantes (2010), se sitúa en la vertiente norte de la isla de Tenerife. “Allí estuvimos viviendo cuatro años. Si bien la experiencia en Canarias fue muy buena, ya que he cosechado gente linda y a la que aprecio un montón, no cumplía mis expectativas como el mejor lugar para criar a mis hijas, ya que yo pretendía que crecieran a un ritmo menos acelerado. La vida hoy cada vez va mas de prisa y la gente a veces deja de valorar lo realmente importante”, desarrolla, “Las islas son hermosas, pero para disfrutarlas de vacaciones, ya que estando allí, el ritmo es demasiado alocado, a pesar de que uno no se siente tan fuera de lugar porque hay gente de todos lados. Pasa que cuando llegamos no encontrábamos nada familiar, ni la música, ni las comidas e incluso en el idioma nos llevamos alguna que otra graciosa experiencia, ya que hablan el español pero con algunas palabras Guanche, que es el idioma nativo de allí, frente al mío que era una mezcla de todo un poco, algo así como el cagastellano del que hablaba Portales ”, sonríe.
“De Canarias me quedó la comida típica de allí que son las papas arrugadas, papas hervidas con cáscara y sal que cuando las secás se arrugan y para comerlas tienes que sacarles la piel con las manos. En la mesa las suelen acompañar con sardinas asadas”.

El alcalde, el padrino.
España es uno de los países europeos donde han sido abandonados más núcleos rurales, ya sea por su situación aislada, ya por su falta de perspectivas laborales o vitales para las nuevas generaciones. Muchos de esos pequeños pueblos intentan ser rehabilitados con nuevas técnicas y eficaces transportes para convertirlos en nuevos núcleos rurales y turísticos eficaces, ”éste país tiene ciudades importantes y luego lleno de pueblitos que se van despoblando con el tiempo y que están muy cercanos unos de otros, ya sea a cuatro kilómetros ó más”, explica Viviana quién junto a su familia al llegar a Alba de Yeltes,  los esperaba un pueblo perdido y agonizante por falta de pobladores, el pueblo tiene doscientos cincuenta habitantes permanentes y en verano se duplica, ya que la gente por motivos laborales se va a las ciudades pero están deseosos de retornar a su pueblo”, justifica.
Al año de residir en las Islas, “justo por navidad”, recuerda, “vemos en la tele que un pueblo llamado Cerradilla del Arroyo quería repoblarse para mantener el colegio abierto, y como mi marido no se encontraba a gusto allí  no lo dudé y escribí una carta, pero como estábamos irregulares nunca nos respondieron”, se lamenta, “de todas maneras había sido mucho el sacrificio de venir, como para tirar la toalla así como así y aparte por nuestra hija decidimos que había que seguir luchando”. En el medio nace su segunda hija y la posibilidad concreta para Iván de obtener la ciudadanía española.
En 2004, el alcalde de Alba de Yeltes copia la idea de Cerradilla y decide buscar todas las cartas que éstos no habían respondido,  “y fue así como me llamaron”, agrega.
El siete de enero de 2005 se mudan a este pequeño poblado, “donde encontré muchas tradiciones familiares que mis abuelos acostumbraban a hacer”, se entusiasma, “por ejemplo el huerto, a lo que con mi marido también nos enganchamos porque nos encanta el contacto con la naturaleza y el sabor de las cosas caseras. En verano cultivamos la verdura para las conservas y yo suelo sembrar zapallitos de tronco y ají amarillo, ya que mi padre Juan Carlos me envió una vez unas semillitas por correo. También al día de hoy siguen haciendo “la matanza”, similar a la carneada nuestra, de chorizos y jamón. Otra característica de esta zona es que hay muchos pueblos pequeños que cuentan con fábrica de embutido y jamones. Así que yo encantada, el primer tiempo que llegué, me la pasé degustando pan, chorizo y jamón con unos buenos mates”, se ríe.
Y se toma su tiempo para agradecer, “no puedo dejar de destacar que quien nos ayudó pero de forma personal, no como ayuntamiento, es Gerardo Marcos García, el alcalde y jefe de mi marido”, reconoce “más que nada porque es una excelentísima persona que nos acogió como de su familia”, y retribuye “es por eso que al nacer nuestra tercer hija lo elegimos para padrino. Pero adora a las tres como si fueran de ellos”, aclara.
En Alba de Yeltes, como todo pueblo español, la gente es muy religiosa y conserva mucho sus tradiciones, “hay un alto porcentaje de gente muy mayor, aquí es  muy normal que los mas viejos lleguen a los cien años”, explica sobre los pobladores “quienes tienen costumbres de vida a veces muy antiguas o cosas que en argentina ya se superaron hace mucho”, y ejemplifica: “Algo que me causó mucha gracia es ver como la gente tiende la ropa en unos tendales que cuelgan sobre la pared exterior de la casa, así que tú pasas por la calle y ves como decorativo los calzones del viejo o de la vieja”. se divierte.”No tienen ningún problema”, “Además, hay muy baja natalidad y por eso cuando tienes un hijo aquí le dan la ciudadanía española, porque ellos quieren que ese niño se quede aquí”, añade.
“Otra cosa es que hay muchos problemas con el machismo existente, las mujeres suelen ser muy sumisas, con muchos prejuicios y la verdad es que después de tanto andar yo voy con mi propia filosofía, quien me  acepta bien y quien no se lo perdió”, sonríe,“y otro problema es que son pocas las mujeres que sabemos conducir el coche, ya que la mujer suele estar a la espera de que sea su marido quien la lleve y quien la traiga, aparte me pasa que hay mujeres jóvenes de mi edad que visten como mujeres mayores mientras que yo voy a mi bola y a como mejor me sienta. remata.
“Uno viene creyendo en que España es todo cultura y evolución y te encontrás a veces con gente con escasa civilización, y lo cierto es que cuando llegamos aquí pensamos que esto seria muy superior de donde veniamos, pero la verdad es que en las ciudades notás mas evolución pero a las afueras hay como un estancamiento”,  y se sincera “a mi esa sensación de retroceso es lo que me inquieta a pensar en cambiar de rumbo”.

Lo positivo de ser argentino
I) “La diferencia que siempre destaco de Argentina con España es que en Argentina la gente sabe vivir mejor, tiene otro sentido de la vida. Tenemos la chispa, ocurrencia y alegría que a los Españoles les gusta de nosotros, aunque a los mas conservadores les asusta nuestra forma de ser tan abierta y confiansuda”.
II) “Yo por mi parte extraño mucho toda mi gente, nuestros códigos, nuestra manera de ser. Aquí la gente usa poco su casa. Aquí todo pasa por el Bar, desde los negocios hasta la amistad, muy diferente a nosotros que nos encanta una buena tarde de charla con mate y tortas fritas”, agrega divertida.
III) “Yo para apalear un poco el desarraigo he aprendido a fuerza de coraje y algún consejito a hacer los pastelitos criollos, los alfajores, las medialunas y vigilantes. También hacemos el gancia, el dulce de leche, dulce de membrillo casero, los sorrentinos, ravioles y ñoquis que solemos comer casi todos los domingos, gracias en buena parte a que mi cuñada me envió los moldes desde Argentina, ya que aquí pastas es muy poco lo que los españoles consumen”.
IV) “Lo único de lo que me siento orgullosa es que al menos a mis hijas les he podido dejar como herencia de mi país su nombre, ya que las tres cuentan con un nombre del dialecto mapuche, y aquí me los dejaron poner porque tienen traducción al español, aunque hubo que tramitarlos para ello. La de nueve años se llama Aylen Piuquen (Corazón de Fuego), y lo cierto es que su carácter es algo explosivo. La de cinco se llama Elun Ey Ain (Regalo de Amor) y es la mas tímida y mimosa, y la peque de cuatro años se llama Rayen Huilen (Flor de Primavera), y es la más parecida a mí en todo sentido”.
V) “Algo que no cambiaría nunca es mi mate y nuestras comidas. Realmente en Argentina tenemos unos sabores exquisitos y una gran variedad de ellas. Otra cosa que extraño son los sandwiches de miga y el queso cuarterolo, ¡QUE RICO!, donde aquí lo mas parecido es un queso francés que se llama Brie”.
VI) “La gente aquí se sorprende de nuestra forma de vivir, nosotros siempre intentamos hacer cosas diferentes, Argentino que conocemos lo invitamos a casa y compartimos nuestras cosas, es como un baño de cariño mutuo”, se ríe.
VII) “Con respecto a ir a Argentina no me planteo volver definitivamente, pero sí me encantaría regresar de visita y que mis hijas conocieran mis raíces, pero aún no sabemos cuando llegará ese día. Un poco por lo costoso que resulta para los cinco y otra por la organización de cosas que hay que hacer. Como veran, mi vida es una aventura sin fín, pero a veces hay que servir para ello porque se puede llegar a sufrir mucho. Yo he podido cambiar mi chip y trato de sacarle ganancia a toda esa experiencia, pero no dejo de destacar que todo es a fuerza de lucha y ganas, a nadie le regalan nada y no todo lo que brilla es oro. Pero si tienes algo por lo que luchar, no lo abandones”.
VIII) “Desde que llegué a España me he dedicado a criar a mis tres niñas,  mas que nada por no contar con familia cerca y porque cuando te vas, como suelo decir yo muy seguido, a la distancia todo se magnifica, todo se valora mas, así que me aferré mucho a mi pequeña familia, aunque como estoy acostumbrada a hacer algo siempre estoy metida en alguna cosa. En el pueblo, organizo con el ayuntamiento pequeños talleres para los niños de la zona y ahora que mis hijas ya van al cole estoy inmersa en un curso de ingles, por las dudas, jaja, ya que aun no puedo decir que este sea mi destino final. Como vereis somos bastante aventureros y es que cuando se corta el cordon umbilical y dejas todo como lo hemos echo nosotros, es muy dificil aquerenciarte nuevamente con otro sitio”.  

Las Amigas que quedaron
“Con respecto a los amigos y compañeros, dejé muchos y aunque se que es imposible nombrar a todos, Julia Esther Ceschan fue y es una gran amiga a la que siempre llevo en mis mas lindos recuerdos. También Nelsa Schiel, Mariana Vargas,
-que desde niñas fuímos vecinas y compartimos muchas tardes de juegos-, Mariángeles Santarelli, Andrea Verna, Silvina Eberle, Telma Pereyra, Marcela Kramer, Angela Wiedemann, Gabriela Señas, etc. La verdad es que me podría pasar todo el día dando nombres, ya que es mucha la gente que ha compartido mi vida. En cuanto a recuerdos hay un montón y yo con el tiempo me he vuelto una enamorada de la vida. Atesoro muchos recuerdos ya que todos, lindos o feos son enseñanzas para ser cada día mejor”, confiesa quién además es una excelente decoradora de tortas profesional en su pueblo, “¡nooo, soy solo repostera de coraje y mania ja ja, y si me las encargan las vendo!”

Momento Crucial
“¿Es esto lo que quiero para mi familia?”,  “¿me veo acá de mas grande?”, piensa Viviana desde su casa pueblerina situada en una calle angosta, vieja y desierta. “por eso yo suelo decir que mi vida es una historia sin fín, hoy estoy aquí pero mañana no lo sé, solo intento dejarme llevar y ver que cosas tiene esta vida que ofrecerme”.  
Es navidad. Las cuatro horas de diferencia a favor de ella marcan el final de la entrevista, “te voy a tener que dejar de momento, ya que aquí son las 24:37 de la noche y todos los míos se fueron a dormir, espero que no te hayas echo demasiado follón con tantos datos”, va cerrando en su “cagastellano básico”, “si mañana me pillas te sigo dando información, vale?”.
“¡Buenas noches y suerte!”, se despide, y el eco de su voz se pierde en lo inconmensurable de la World Wide Web como si se perdiera en una de las  calles de Alba de Yeltes, casi siempre vacía.
“Esa sensación de retroceso es la que me inquieta a cambiar”, sintetizaba mas arriba. Por eso, el final de esta historia es abierto: sólo Iván y Viviana lo conocen.

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Guatrachenses por el Mundo: Martín Garrais desde San Miguel de Tucumán.

¿Hay viento allá?, arranca preguntando Martín. “Mucho y con tierra”, le respondemos como para que no queden dudas. Es que hace ya cuatro años que se mudó a tierras tucumanas donde el viento casi ni se conoce, “acá el viento no mueve ni una hoja,… y se extraña”, confiesa.
Nacido en Guatraché hace 27 años y 10 meses, Martín Garrais lleva uno de los apellidos más tradicionales de nuestra aldea. Y es acá donde hizo la primaria y parte del secundario, “en la 60 y en el Agro, pero hasta segundo año”, se ríe. 
“¡Si no estudio, tendré que trabajar!”, pensó Martín a los quince años mientras sus amigos seguían peleándose en sus pupitres con las matemáticas, la tabla periódica de los elementos y los nombres de los zares de la antigua Rusia. “Es ahí donde no dudé en agarrar el pincel para ayudarle a mi padre en cualquier changa de pintura que saliera”, afirma. “También trabajé de chico en un Lubricentro del pueblo, y en varios lugares más de allí”, completa.
Madre, hermana, cuñado, sobrinos, hermano menor y “un montón” de primos y tíos, son el motivo suficiente para que “de vez en cuando” se pegue una vueltita. “El finde pasado anduve por allá”, se entusiasma, “es que no iba desde Mayo, y el terruño tiraba….”.
“Tengo muy lindos recuerdos de mi infancia jugando al futbol en pampero o en las canchitas del barrio, las macanas a los vecinos, las salidas con mis amigos a Kitova y Latino, el campo!, el viento!!, el viento!!!”, insiste y menciona alguno de sus mejores amigos, “Lucas y Gonzalo Clemente, Fermín Palacio, Eladio Weinberger”.
Dicen que las travesuras no tienen edad, pero si son de la infancia están justificadas, “Recuerdo una con Lucas Clemente cuando éramos chicos, en la carnicería del padre, le robábamos carne ´pura grasa´ y la vendíamos afuera de la carnicería para juntarnos unas monedas, o cuando atábamos un billete con tanza y nos escondíamos detrás del portón y cuando alguien se acercaba le tirábamos de la tanza!”, ¿Y eso se puede contar?, le consultamos. Se ríe y exclama, “¡teníamos 7 años!”.

El Jardín de la República
B
ella como pocas, deslumbrante como ninguna, seductora, imponente y mística, en el NOE Argentino se destaca Tucumán, la provincia más pequeña de la Argentina. Solo 22.524 km para una breve geografía que contiene casi toda la gama de paisajes posibles: alta montaña, llanura deprimida, bosque, selva, llanos fértiles y hasta zonas desérticas.
Hasta allí se trasladó Martín Garrais en el año 2006 cuando la empresa Techint para la cual trabajaba se lo llevó desde el acueducto del Río Colorado hasta Santiago del Estero, Salta y finalmente Tucumán. “El día que llegué había salido de Guatraché con una helada terrible. Llegué acá y lo primero que hice fue prender el ventilador”, recuerda, “Es que acá son normales las temperaturas de 40 grados y un ejemplo es cuando te toca viajar en un colectivo lleno de gente y van todos transpirados. ¡No se aguanta!”, se ríe.
“Igualmente, a pesar de ser muy caluroso, es muy bonito, y al ser una provincia pequeña tiene muchos lugares cercanos para visitar como El Cadillal, Tafí del Valle, Tafí Viejo, con unos cerros muy lindos”, nos explica y agrega, “la provincia es chica para la cantidad de personas que hay, casi un millón y medio de habitantes”.
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n la primavera tucumana las flores aparecen por doquier en los jardines, plazas, balcones y calles, transformándose y dándole justificación al nombre con el que se la ha bautizado: El Jardín de la República.
Martín hoy es comerciante del rubro ropa y calzado, y convive con María Luján, una Tucumana de 25 años. Fanático de Pampero de Guatraché “¡a muerte!”, exclama, aunque en el norte dice ser hincha del “Atelético”, “fui a la cancha cuando jugaron con Boca”, recuerda.
Fan de los redondos, las pelotas, héroes del silencio, bob marley, y el rock y reggae en general, entre las comidas confiesa que ya se familiarizó con la gastronomía del lugar: “hay muy buenas comidas típicas de la zona, como los tamales, la humita y las empanadas que son excelentes”, asegura.
-¿Y qué hace un Rockero viviendo entre tucumanos que sienten y viven el Folklore como pocos y donde hay peñas diseminadas por toda la provincia?, se le pregunta. “Me siento como un extraterrestre”, se ríe, “pero igualmente hay algunos bares donde según la noche hay recitales de Rock en vivo o Jazz. Y también un montón de bailantas!. Encontré varios amigos aquí que hacen muchas fiestas. Los Tucumanos son mas fiesteros”, concluye. 

Villa Chicligasta
Chicligasta es un pueblo perdido de casas de chapa y caña, construidas a la orilla de un río de aguas tormentosas en los meses de lluvia. Sus habitantes caminan a paso perezoso. No hay por qué apurarse puesto que nadie tiene trabajo fijo. En ese rincón de sequedad y de silencio donde parece que el mundo se vuelve triste para siempre, todos son desocupados. Los hombres se alejan del pueblo, arrastrados por la necesidad. Viajan como golondrinas en busca de otros destinos. Otros, los menos, sobreviven gracias a las ferias de ropa y comida que funcionan todos los sábados. “Una vez me tocó trabajar con la empresa en este poblado donde viven menos de 90 personas y son todos muy pero muy pobres”, recuerda Martín, “y una vez a la semana hacen una feria de ropa y comida”.  En cada feria los paisanos vienen con las gallinas, los chivos y las chanchas atadas con una piola como si fueran una mascota y se los cambian a los ferieros por ropa y por mercadería. Es el día donde aprovechan y toman vino como si el tiempo no existiera. “todo arranca desde las siete de la mañana hasta el mediodía. ¡Pero para el mediodía todo el pueblo está borracho!, paseando la chancha o tirados desparramados por todos lados!”, explica Martín sobre una realidad al que la gracia de verlos se convierte en tristeza al pensar en que para ellos el futuro es una palabra esquiva. 

El Mañana
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ablar del futuro es una costumbre muy arraigada de las personas, que necesitan soñar, discutir, hacer planes, construirse una esperanza. Y en esa ilusión van quedándose impresas las fotografías, los buenos deseos, los rencores, las lealtades.
“¿volver algún día a Guatraché?”, se autopregunta Martín, “nunca digo nunca.. pero por ahora estoy bien acá”, reconoce, “hay más oportunidades laborales, mucha variedad de cosas para hacer, cine, teatro, bares, boliches, lugares turísticos”, aunque aclara, ”la virtud de Guatraché es que la gente es más tranquila, son limpios en el sentido de cuidar la ciudad, y lo más importante que rescato es la confianza entre las personas y los amigos, si necesitas una mano en algo o tenes un problema, allá hay mucha gente que te ofrece ayuda”.
Martín también es aficionado a los deportes extremos, como el puenting, que consiste en tirarse al vacío desde un puente al que se está sujeto por una cuerda elástica, “cuando me fuí de vacaciones a Salta, en el Dique Cabra Corral, fué espectacular, aunque se te frunce todo”, sonríe, “el tema es no mirar hacia abajo, largarse y disfrutarlo”, recomienda, quién tiene en su mente también la práctica de otro deporte de riesgo, el Parapente.

Hablar en Tucumano
S
in dudas, Tucumán es una provincia que cuenta con un dialecto enriquecido y muy complicado de entender. Se trata de un “idioma” muy particular, donde muchas veces sus habitantes no se dan cuenta de la manera que se expresan, hasta que, de repente se escuchan en la televisión o en la radio y ahí distinguen su particular dialéctica, “¡los mismos tucumanos se ríen de como hablan!”, afirma Martín, “hay un grupo de teatro acá que tienen un programa en la tele donde se refieren a la forma de hablar del tucumano, Manyines se llama, son muy graciosos”.
Por ejemplo, en el  Tucumano Básico Ilustrado la forma verbal “he” (“He ganado”, “He sido”, es reemplazado por la letra “i”: “I’ ganao el Prode”, “Me i’ comprao un auto”). También, utilizan las ‘r’ arrrrastradas como símbolo de la tucumanidad,  y un sinnúmero de palabras que conforman el lunfardo provincial, “mamila, papilo, unito y varias más que no te puedo contar”, se ríe Martín.
MASINYER en lugar de Messenger, NÁSTA en lugar de Nafta, LORA en lugar de “La hora”, NOTÁ en lugar de Ausente, EPETÁCULO en lugar de Espectáculo, CAISÉN en lugar de Callensé, SE VAMUÍ en lugar de “Nos vamos a ir”, son otras de las cientos de formas y acepciones que componen el gracioso y disparatado léxico Tucumano.
Por lo pronto, si va de visita a la “República de Tucumán”, y de golpe le “pica el bagre”, le recomendamos el exquisito locro o las empanadas autóctonas. Ahora, si usted es bien carnívoro, que mejor que la otra comida popular tucumana, el “sanguche de milanesa” acompañado por un Tubo (botella de vino común) o una Pési (Pepsi). Eso sí, ni se le ocurra pedirlo completo, porque lo que le van a vender es un “chegusan de milagato” con todo tipo de aderezos cuyo costo no supera los 75 centavos el cual muy probablemente este hecho a base de carne gatuna y no vacuna, ¡y con bigote incluído!.

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Guatrachenses por el Mundo: Maximiliano Rolando desde Córdoba.

Nacido hace 38 años en Darregueira, provincia de Buenos Aires, es hijo del popular “Marquitos” Rolando, empleado vial, y de “Koky” Weimberger, ex-comerciante y ama de casa. Tiene una hija, Giuliana de 10 años, y una familia que se completa con hermano, sobrino y parientes al por mayor.
Y Maxi cuenta su vida. La infancia en su Guatraché, la primaria en la 60, el secundario en el I.J.B.A y las anécdotas que desfilan por el chat, aunque de a ratos, “es que estoy a full con el laburo, pero si me aguantas te voy respondiendo”, se disculpa, “Córdoba es lo más lindo”, retorna de inmediato, “desde la noche es todo lindo, las mujeres que hay no tiene goyete –sic-, y podes preguntar lo que quieras, no tengo problemas…, total yo soy un pájaro libre”, ríe a carcajadas.“Extraño mi familia,  mis amigos, ir a pescar con ellos, comer asados y jugar al truco”, prosigue, “A propósito de mis amigos recuerdo una anécdota de un asado que comimos en el quincho de Pampero, en la parte de atrás del Club. Estábamos con el loro Balduini y el galgo, cuando deciden hacerle una broma al gato Coria. En un descuido de éste, van al R12 del gato y le esconden siete u ocho sapos vivos. Cuando el gato se enteró, se recalentó y le fregó un sapo al loro en la cara. Luego, al volver al auto, y como era de noche, pudo sacar algunos sapos, pero varios le quedaron y se le murieron adentro, je”, “y recuerdo que el gato estaba de novio y nos contaba que salía a pasear con su pareja y tenían que sacar la cabeza afuera de la ventanilla porque no se aguantaba el olor a podrido”, cierra divertido. “Si queres tengo algunas más pero comprometen a gente casada y no se si contarlas”, se apura. 
“Mejor, no”,
lo frenamos. Hagámosle caso a Calamaro y “pasemos a otro tema”.

La mejor época.
Cuando Tabaroa abrió sus puertas por primera vez en la vecina Alpachiri, muchos pensaron que el emprendimiento de Cesar Frendemberger no duraría porque se trataba de una localidad demasiado pequeña para aspiraciones tan grandes.
Situada en pleno centro Alpachirense, Tabaroa comenzó a recibir semanalmente a cientos de jóvenes -y no tanto- que se deleitaban con los recitales que ofrecía la disco y los shows que llegaron a convertirla en uno de los centros nocturnos más importantes de la región. La elección de Fabián Carabajal como el Deejay, sumado a la conducción del programa radial “Summerhits” que se emitía a toda la región por FM del Pueblo, garantizaba el éxito en la convocatoria a cada sábado.
A pesar de que la competencia era fortísima, y que en su recta final peleó palmo a palmo con un rival desigual, supo diferenciarse a través de un público mas popular y menos selecto que su competidora, para iniciar su declive final a partir del recital fallido de Diego Torres a mediados de los 90. “Extraño las salidas al boliche de Alpachiri”, recuerda Maxi, “íbamos en la camionetita fiat del negro Dalmas o en la ford amarilla de mi viejo. Eran épocas de hacer locuras, cosas de pibes. Y cuando volvíamos chupados –sic- nos teníamos que volver en el colectivo del Piche Grosshans”, se ríe.
“Tampoco me puedo olvidar de la época en que jugábamos al fútbol en Huracán, con Javier Dalmas, Eduardito Rodriguez, Gabriel Flamenco y varios mas”,….”cuando concentrábamos no le ganábamos a nadie, en cambio cuando salíamos de joda –sic-  y volvíamos tarde de Alpachiri seguro que nos iba bien”, ríe a carcajadas, “estábamos mas cansados, pero mas inspirados”, “eso fue del 91 al 94, al año siguiente ya me vine y se termino la buena vida…”, cierra divertido. 

No a la tonada.
A pesar de cumplir década y media de vida en territorio cordobés, escuchar a Maximiliano no permite asegurar que haya caído en las redes de las costumbres y el modismo o las tonadas propias y características de ese lugar del país, donde entre otras cosas, sus habitantes tienden a alargar las vocales en la sílaba anterior al acento, como por ejemplo a Cordobés lo pronuncian Cordooobes, a Mi amor, Mi aaamor, y también las consonantes LL o Y se pronuncian en el “Cordobés Básico” como i, por ejemplo Veni ya, en cordobés es Veni iaaa, llave es iave y Pollo se dice poio, o también utilizan para agrandar algo, finales largas a las palabras, como por ejemplo: ¡Que frio hace!, en cordobés se diría ¡Que friazon! o si hace mucho frio: Que Friazonooonon, y ¡ Que Calor!, se diría ¡Que Caloron!, “¡Pero a los rusos no se nos pega la tonada!”, se diferencia y como para que no queden dudas de su afirmación, solo basta escucharlo cuando menciona a sus amigos o conocidos de la zona, “la Marcela, el Mario, la Rosana…”, propio del lenguaje popular “arusado” característico en nuestra zona que incorpora el artículo al nombre de pila.
“Tampoco mi gusto musical tiene mucho que ver con los cordobeses”, aclara, “José Larralde, Argentino Luna, Carlos Ramón Fernández y  la Música de los 80′ y  90’”, “De todas maneras Córdoba es una ciudad hermosa y ya me acostumbré”, asegura, “al principio extrañaba mucho la familia y los amigos, pero tenia mi novia acá en ese momento”. “De Guatraché siempre tengo presente la familia: Marcos, Koky, Rodrigo, Laura, Gianfranco, la abuela Licho, Néstor y Marine, y por supuesto los amigos, que tengo tantos que no quiero dejar afuera ninguno,…Javier Dalmas y familia, el loro, Rosana Lagorio y el Mono Ejea, el Moni Higonet y la Marce, los grupos de peñas con el Mario Roth, Bedouret,…todos siempre me han atendido muy bien”.

La Docta.
Córdoba es la capital de la provincia homónima y la ciudad más poblada de la Argentina después de Buenos Aires, 1.300.000 habitantes. En consecuencia es un importante centro cultural, económico, educativo, financiero y de entretenimiento. Es referida también como La Docta, donde ocurrieron hechos de relevancia histórica, como la Reforma Universitaria en 1918, y el Cordobazo, en 1969.
Además, es una importante factoría cultural, receptora de estudiantes universitarios de todo el país y del mundo. Su Universidad, fundada en 1613, es la primera de Argentina y la cuarta más antigua de América. Es considerada una de las más importantes del continente, contando con más de cien mil alumnos.
Maximiliano es uno más, de los tantos profesionales Guatrachenses que algún día se fueron para no regresar, y que se cuentan por decenas, ”Me vine en el ´95 y ya me quedé definitivamente acá”, confiesa, “me recibí de técnico protesista dental y actualmente trabajo de manera independiente”.
“¿Si hago política acá?, No”, responde categórico. “Lamentablemente no heredé ni el diez por ciento de la polenta que tiene el viejo –por su Padre, Marquitos, militante de izquierda-. Sí me gusta opinar, pero si no lo llevas a la práctica no sirve de nada. Además, hago algunos trabajos grandes para clientes de mucha plata y algún que otro famoso del lugar, y eso no tiene nada que ver con el proletariado”, se ríe. 

Tiempo para el deporte y los amigos.
A
mante de la pesca, los asados, el pollo al disco y las reuniones con los amigos, “acá haces 30 km y tenes un río o un lugar lindo donde comer un asadito”, también tiene debilidad por algunos deportes, ”juego al tenis, he ganado un torneo y vengo compitiendo bastante, anteayer perdí con un amigo de Guatra que está acá, Mariano Roth. Estaba jugando dos torneos simultáneos, quedé eliminado de uno, y hoy juego el otro en cuartos de final”, afirma entusiasta, “son  torneos amateur, en clubes privados, uno es en el Botánico tenis, y el otro en un country que se llama las Delicias”.
“¿Si soy bueno?, me las rebusco como gato entre la leña y si bien no tengo mucha técnica, soy aguerrido como en el futbol”, se sincera quién además se junta con otros profesionales y estudiantes que echaron raíces en la provincia mediterránea. “de mi camada, o algunos mas jóvenes, nos juntamos con el cabeza García, excelente traumatólogo, Santiago Blint, médico anestesiólogo, Fernando Heim, de la colonia Santa Teresa, Abogado, y después mas chicos, como el negro Roth, Matías Herzel, Gabi Ruppel, Mariano Roth, etc.”.
“Respecto al Tenis, si bien no era uno de los deportes preferidos de los cordobeses, Nalbandian lo puso bien arriba”, explica y aclara, “fijate que yo me parezco a Nalbandian , no por lo que juego sino por la panza”, se sonríe.
Y es gracias a Nalbandian y a unos cuantos deportistas exitosos más, que Córdoba guarda el mote de “Cuna de Campeones”, lo que hace que algunos de sus habitantes –quizás no con demasiada humildad, pero si con muy buen humor- sean caracterizados como tipos que se las creen.
Algunas de sus frases célebres son:
“Cuando todos van el Cordobés viene”.
“El Olmo del cordobés da peras”.
” El cordobés puede contar hasta el infinito, al revés”.
“Lo que ‘La Gotita’ pega solo el cordobés puede despegarlo”.
“Ticketek llamó al cordobés para venderle entradas de U2 y Sabina. Él, los hizo aguardar 2 horas en línea”.
”El cordobés invita a almorzar a Mirtha Legrand”.
“Si el cordobés alcanza la velocidad de la luz, no solo duplica su masa -según Einstein- sino que también usa la mitad de masa sobrante para hacer bizcochitos”.
“El cordobés es el único ser humano que se puede lamer el codo”.
“Si el cordobés hace dieta, baja de euro, no de peso”.
“Están estudiando aplicar un nuevo método de calificación en las escuelas: Mal – Regular – Bien – Muy Bien -Excelente – Cordobés”.
Y LO MEJOR DE TODO ES QUE EL CORDOBES ES DE CORDOBA, QUE HUMILDAD!!!

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Guatrachenses por el Mundo: Paula Torres desde Salt Lake City, Utah, EEUU.

Paula desde Utah, aceptó la invitación de ésta página y respondió amablemente nuestro cuestionario, donde además nos cuenta sobre su vida en Argentina, sus proyectos y cómo se fue haciendo camino en territorio americano.
Nacía el nuevo siglo cuando decidió armar sus bártulos y junto a su pareja Leandro Elzaurdía y dos hijos pequeños, despegaron vuelo hacia el Norte en la búsqueda de  enriquecerse de nuevas experiencias y nuevas culturas, poder conocer gente diferente, pisar otros escenarios y familiarizarse con otros métodos de trabajo.  Se llama Paula Torres y se la presentamos:

Nacida en Guatraché en 1975, vivió aquí hasta los 17 años cuando su madre decidió radicarse en Bahía Blanca. “aunque yo me fui a La Plata primero para rendir libre el quinto año de la secundaria y meses mas tarde retorné a Bahía, ya empezando a estudiar Profesorado de ingles en el Instituto Juan XXIII. Allí nos fuimos a vivir juntos con Leo, formamos una familia y residimos en esa ciudad durante 7 años”,   rememora Paula.
De Guatra siempre me queda el recuerdo de las celebraciones hasta la madrugada en las fiestas de Navidad y Año Nuevo, los helados y pizzas de Heladería Higonet,  las imágenes de mi infancia, gente de mi familia, mi amiga Chuequi Chasvín, mis compañeros y amigos de la 60 y el IJBA. Algunos ya no están allí, como Pily Ralli o Valeria Herzel, pero otras como Paula Louis se quedaron”, afirma.
“Y de la familia”, agrega, “en Guatraché quedaron mi tíos Hugo Llado y Ester, mi primo Santi y  mis tías Necho y Febo. En tanto en General Campos, Adriana Pantanetti y mis hermanos Fede y Mar, aunque ahora ellos andan por Bahía y Ushuaia”, asegura.
Por un momento, la alegría que produce revivir gratos momentos pasa a un segundo plano, dando lugar a la nostalgia: “Guatraché también me recuerda mucho a mi padre, Chachín, que falleció de un ataque al corazón cuando disputaba un partido de futbol en General Campos”.

Salt Lake City, la Meca del Mormonismo
La Religión mormona es una mezcla curiosa de judaísmo, cristianismo, campbellismo, milenarismo y masonería, que practicó por más de cincuenta años la poligamia. Su fundador Joseph Smith, el profeta que –alguna vez luego de juntar 20.000 seguidores soñó con llegar a ser Presidente de los Estados Unidos-, tuvo no menos de  49 mujeres. Es que la iglesia en aquel momento se encontró con un sobrante de mujeres y un desierto que necesitaba gente. Entonces, miles de sus seguidores se desplazaron perseguidos por varios lugares hasta que un día de 1847 el sucesor de Smith, -éste había sido asesinado tres años atrás a la edad de 39 años-, Brigham Young y su  gente, fundaron la bellísima Salt Lake City, para establecerse allí definitivamente.
La ciudad pertenece al estado de Utah, “que ofrece una variedad increible de paisajes y por eso los cinematógrafos la eligen para filmar sus peliculas”, se entusiasma Paula, y amplia:“hay desierto, bosque, lagos, montanas, siete resorts para esquiar, y en los parques nacionales de Moab y Zion el suelo es rojo y hay arcos de piedra natural. También, en el oeste del estado está Salt Flats, un desierto de sal donde se han filmado muchas películas.  Por lo pronto, en Moab se acaba de filmar la nueva película de James Franco y el director David Boyle, que se llama “147 horas”.  Mi hijo Iñaki va a la secundaria “East High” donde se filmaron todas las películas de High School Musical, y juega para el equipo de futbol oficial de esa escuela”, nos cuenta.

Desde Pequeña, Paula tenía planes que en los últimos años pudo concretar: conocer el mundo, viajar, trabajar, aprender: “la verdad es que desde el día en que pisé suelo estadounidense sentí que es lo que quise hacer desde siempre, no extraño mi vida en Argentina”, asegura y profundiza: “este es un país muy organizado, hay reglas para todo, la limpieza, la inversión del gobierno en carreteras, escuelas, bibliotecas, ayuda para la gente sin trabajo o de bajos recursos, la tranquilidad y seguridad, el respeto mutuo”.  “¡Pero hay algo que no cambiaría por nada del mundo!”, se interrumpe para gritar por la web “¡¡el asado argentino, chivito, lechón,… el café con leche con medias lunas y las facturas argentinas!!”..
Sin embargo, aclara que no todas son flores: “está bueno que en Argentina tengamos acceso a educación universitaria gratuita, el nivel educativo en Argentina es muy bueno cuando lo comparas con el de aquí. Así que el nivel cultural de los argentinos es una ventaja”, diferencia, y se explaya un poco más sobre el tema: “Para los norteamericanos,  Argentina es un país muy bonito y nos respetan mucho por nuestro fútbol y nuestra cultura, pero para el resto de los latinos que viven aquí,  Colombianos, Mexicanos, Venezolanos, Brasileños, Chilenos y Centroamericanos, los Argentinos somos muy orgullosos y arrogantes, damos esa imagen de que nos las sabemos todas. Aunque creo que los Guatrachenses somos más sencillos, no tenemos los aires de la gente de ciudad”, distingue.

Un Camino Recorrido
Paula asegura que llegó con su familia a USA con mucha ansiedad, esperanza y confianza. “Por suerte, luego de vivir en Bahía Blanca, mientras todavía trabajaba en Latino Disco y estudiaba Marketing, al llegar a Miami FL. USA, trabajé en diferentes compañías de telemarketing,  en Biomax Corp estuve más de un año. Pero la vida no era como la imaginábamos en esa ciudad de Florida, y la gente solía decir que se vivía mejor en el norte. Lo que nos asustaba un poco era empezar de nuevo en un estado donde no se hablara español, pero Leo se contactó con otro guatrachense, Raul Mora que estaba en Salt Lake City y él nos alentó a venirnos para acá. Nos dijo que la situación era diferente y que era un lugar más tranquilo, así que gracias a él que nos dió una mano y nos ayudó a buscar trabajo en un lugar donde solo lo conocíamos a él, empezamos de nuevo”, recuerda agradecida.
También, logró superar el shock lingüístico de las entrevistas laborales en Inglés: “al llegar y superado el susto por el idioma, trabajé como encargada del departamento de partes en una compañía de Blinds (similar a las persianas), Levolor-Kirsch Window Fashions,  luego fui entrenadora de personal, también auditora de procesos en el departamento de calidad, de esa manera estuve con la compañía de Newell Rubbermaid por más de 6 años.  Ahora trabajo para Xpression Media, desde hace un tiempo, en video producción y medios de publicidad digitales”.
Para Paula está claro que si uno necesita irse para ser feliz, “entonces hay que hacerlo”. Era la época en que la economía Argentina no caminaba por carriles normales, y con Leo “teníamos bien en claro donde queríamos estar”.
¨¿Retornar? – Yo estoy de acuerdo con la frase nunca digas nunca, porque la vida da muchas vueltas pero la verdad si algún día volviera a Argentina me iría al sur, donde el paisaje y clima se parecen al de aquí, como Villa La Angostura, Bariloche o Neuquén, o tal vez a Bahía donde están mis hermanos y familiares de Leo”, deja en claro.
 
El terror de cerca
El 11 de septiembre de 2001 (11-S) el World Trade Center (WTC) se desplomó –de acuerdo a la versión oficial del gobierno norteamericano- por un atentado de la organización terrorista Al Qaeda en el que murieron miles de personas inocentes.
Fueron casi 3000 las víctimas civiles de una tragedia sin sentido, donde el mundo quedó definitivamente dividido y el miedo logró instalarse en cada familia residente en el país del norte.
“En aquel momento nosotros vivíamos en Miami, North Miami por Biscayne Boulevard “, rememora Paula, “y no recuerdo que fue lo que pasó con nuestro auto, era un modelo viejo que compramos en cuanto llegamos a Miami con el dinero que traíamos, y tuvo varios viajes al mecánico así que sería una visita más al mecánico el día 11 de Septiembre del 2001 porque recuerdo que usamos el transporte público para ir hasta la parte suroeste de Miami a aplicar por un trabajo para Leo”, detalla. 
“Mientras estábamos llenando los papeles y esperando el turno para la entrevista junto con los demás aplicantes, alrededor de las 9 de la mañana vimos en el televisor que tenían en la sala de espera lo que estaba pasando, al principio parecía un accidente pero unos minutos más tarde cuando ocurre en la segunda torre se supo que era un atentado. Seguimos ahí por un rato viendo la tele, empezó a llegar todo tipo de información, especulaciones que luego iban confirmando, el atentado al pentágono, todo era confuso, solo sabíamos que era un ataque terrorista”.
“Cuando llegamos al centro de Miami donde tomábamos la conexión para llegar a North Miami, vimos que estaban evacuando el edificio Federal que está enfrente a la parada principal del transporte público, para ese momento lo único que queríamos era salir del centro porque era un estado de pánico generalizado, de no saber que mas podía pasar, y por otro lado la impotencia de tener que viajar desde ahí con el trafico que había, las calles alrededor del edificio estaban bloqueadas y había agentes del FBI rodeando el edificio. Fue un día amargo, de mucha incertidumbre, y solo pensábamos en salir pronto de ahí e ir a buscar a Iñaki a la escuela.
Luego supimos que las evacuaciones de los edificios federales las llevaron a cabo por precaución en todas las ciudades importantes de Estados Unidos pero en ese momento no se sabía si habían recibido amenazas o no y creeme si hay un lugar donde no quieres estar es enfrente a un gran edificio rodeado por el FBI durante una evacuación en el día del peor ataque terrorista de la historia”.

Consejo 
G
raduada en Mercadotecnia en el Instituto Pedro Goyena de Bahia Blanca, hoy Paula comparte su vida con Leo -ex-deejay de Latino Disco-, y sus hijos Iñaki de 16, Jana de 11 y Frantzes de 7, “casi 8”, acota.
A miles de kilómetros de sus raices tiene la suerte de disfrutar de lo que hace: “Trabajo en un estudio de video producción en la parte de marketing y ventas de comerciales y publicidad”, posibilidad que la anima a brindar un consejo: “Quisiera decirle a las personas que tienen la ilusión de una vida diferente que se animen y que prueben, que no tengan miedo, conocer lugares diferentes, culturas diferentes, es una experiencia maravillosa, no todo es color de rosa, claro, puedes pasar mil penurias y momentos difíciles, pero conoces diferentes maneras de pensar y de ver la vida, te das cuenta que no te la sabias todas y que te equivocas mil veces, y eso te hace crecer como persona y ya nunca vas a ver la vida de la misma manera. Más allá de la posición económica y que alcances o no tus objetivos, la experiencia es la mejor recompensa”.

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Guatrachenses por el Mundo: María Laura Amigo desde Ushuaia, Tierra del Fuego.

500 años atrás, un grupo de invasores del Viejo Mundo avistó las costas de una tierra desconocida. Columnas de humo de las fogatas de los nativos parecían flotar sobre las aguas, en la neblina del amanecer. Este entorno místico dio el nombre a la Isla: Tierra del Fuego. Aventura, emoción, historia y leyenda.
Hoy es un territorio joven, habitado por exiliados de todas las guerras, buscadores de oro, petróleo o aventura. Ushuaia “bahía que penetra hacia el poniente” es, para unos, el fin del mundo, pero para otros, el principio de todo.
Y por supuesto, a la ciudad más austral del mundo tampoco podía faltarle una Guatrachense, “somos varios”, hace su presentación María Laura: “acá me encontré con gente de Guatraché, Eduardo Castex, Santa Rosa, Bahía Blanca, Punta Alta. La particularidad que tiene esta ciudad es que la habita gente de todo el país”.

De Darregueira al Fin del Mundo
Nació el 19 de octubre de 1975 en Darregueira, allí donde su madre tuvo que caminarse toda la ciudad por recomendación médica, “es que al ser primeriza ya se había instalado allí veinte días antes y la dominaba la ansiedad”, confiesa, “luego por razones laborales, -mi papa (Panchito) trabajaba en la empresa Sandrín Hermanos-, recorrimos varias localidades pampeanas, Bernasconi, Winifreda, Santa Rosa, hasta el año 79´80 en que nos radicamos definitivamente en Guatraché”.
La primaria en la 60, el secundario en el IJBA, y la mayoría de edad que la encuentra a María Laura yendo de aquí para allá: “mi primer salida del pueblo fue por estudio cuando me fui a la ciudad de La Plata en el año ´94, pero por razones económicas y otro poco por extrañar tuve que abandonar y me volví a Guatraché”, admite, “ese mismo año conocí a mi novio, el que hoy es mi esposo y el motivo por el cual estoy acá, tan lejos de todos”, agrega, “¡ y qué vueltas que da la vida!, porque él es nacido en Corrientes y en el año ´86 junto a su familia deciden dejar el calor húmedo de la provincia mesopotámica para internarse en la ciudad más austral y fría del país”.
¿Pero, puede una persona que traslada su vida a cientos o miles de kilómetros de distancia, vivir sin añorar?, Es una buena pregunta con una respuesta que tiene que ver más con lo emocional, ese regreso necesario” o viaje de vuelta rememorando lo mejor de aquello que va quedando: “¡mi familia!,  mi mama Coquita,  papa Pancho, mi hermana de Santa Teresa, mi sobrinita del alma, mis abuelos Coco, Ester, mis primos Leandro Castaño y su familia, mi tía Kity, mis primos, la Jose (mi hermana menor)”, nos obliga a mencionar toda su parentela, y completa: “Las clases de folklore en la calle Colón, que comencé desde los 5 años con la señora de Tindiglia y su ayudante la señora de Tanos, ¡y el tocadiscos con los LP de vinilo!”, se ríe, “la participación en las Fiestas del Caldén y los preparativos para conseguir la ropa, polleras, camisas y botas, ¡ni las monjas se salvaban del pechazo! y hasta por ahí alguna que otra bombacha cuando me tocó disfrazarme de varón ya que éramos más nenas que nenes las que nos gustaba el folklore !”. “y no me quiero olvidar del globito, el gran Club Atlético Huracán. Y de cuando fue campeón en el año 80, ¡esos gorritos de lana blancos y rojos que llevamos para festejar!”.
“¿Amigos?, huf cuantos !!”, exclama, “Rosana Heckel, Tere Rocco, Silvina Herzel, la Cahita, Vale, Gaby Diez, Analía Griziuk, la Pepa, la familia de Mario Blanco, los vecinos de mi casa, los Pauer, Kisser, Rack, mis maestras de primaria: Alba Dalmás, Graciela Anerot, Teresa Gaiger, Graciela Klug, Cristina Diaz, Mirta Sabalza, Elba Blanco, Araceli Dupén, la inolvidable Musa y el profesor Mendoza, GRACIAS A TODOS !!!”, “y no me quiero olvidar de Guille y Mirta y Teresa Ilz de Heckel, donde todas las tardes era una fija, le caíamos de a cinco o seis, cotorreando, y nos esperaba con esos ricos e inigualables buñuelos”.

Travesura Adolescente
María Laura recuerda con lujo de detalles el día que se armó un lío grande en el IJBA y que la tuvo como una de las “protagonistas”: “estaba en mi último año de secundario, se terminaban las clases y ese día teníamos prueba de Macroeconomía con Bety Acosta”, recuerda. “Para que no molesten al resto, los que hayan terminado el examen pueden esperar afuera, -nos anunció la profesora-. Entonces salimos y nos fuimos sentando en las escalinatas del colegio que dan a la calle Sarmiento frente al estacionamiento, formando un círculo a medida que íbamos llegando, algunas en los escalones y otras en el capot de un Citroen 3CV que se encontraba estacionado en ese momento allí”, “No pasaron muchos minutos hasta que se asoma Erna Gast, la bibliotecaria del colegio y dueña del Citroen y nos saca carpiendo -sic- de su auto”.
“Al llegar al otro día al colegio, nos desayunan que el capot había quedado abollado, habían retado a la profesora por dejarnos salir en horario de clase y todo quinto debía abonar el abollón”. “o pagan el arreglo o les ponemos amonestaciones,
-nos advirtió el rector-“.
“Es allí que con Rosana, Gaby y Estela fuimos a pedirle disculpas personalmente a Erna por lo sucedido, ¡pero el arreglo lo teníamos que pagar igual porque que ella nos esperó con el presupuesto!. Entonces le pedimos si podíamos elegir un chapista que no nos cobrara tanto. Ella accedió y armamos una vaquita donde colaboraron algunos compañeros más, ¡aunque no con muchas ganas!”, se ríe.
Lo fuimos a ver al Juanca Prost a quien conocíamos de Amarcanto. Cuando le contamos lo que nos había pasado nos respondió: ¡no se hagan problema yo tengo pintura blanca y con lo que junten, sea poco o sea mucho me pagan la mano de obra!. El nos realizó el trabajo. El Juanca era un tipazo de persona, con un enorme corazón, cada vez que lo cruzábamos por el pueblo le agradecíamos. ¡Y los varones, increíble pero real, no tuvieron nada que ver con esto!”, celebra riendo lo que quedó como una anécdota divertida recordada por muchos años en el Colegio.

El derecho de piso
Como en todo comienzo, salir adelante por si misma era ‘el’ desafío que María Laura se había propuesto, “en el ´97 me fui a trabajar a Santa Rosa hasta el 2003 cuando me quedo sin trabajo, y como mi novio y actual marido era de Ushuaia y le quedaban unos meses para terminar su carrera, no la pensé mas y me vine sola, presenté currículum y a los 15 días ¡llegó mi primer trabajo!. Arranqué vendiendo artesanías a los turistas en un local del Aeropuerto mientras iba buscando otra cosa mejor”, recuerda.
Para María Laura esa experiencia fue su prueba de fuego, el ´derecho de piso´ que todos conocemos. Sabía que en cuanto se le diera otra oportunidad comenzaría algo nuevo. “fui conociendo gente y cambiando a mejores trabajos. A la par comencé y terminé una carrera terciaria, luego llegó mi hija ¡y ya pensar en una vida definitiva aquí!”.
Tampoco le costó demasiado integrarse al lugar “Al principio como trabajaba todo el día no me costó mucho, y ahora ya me acostumbré. Es más, cuando salgo de vacaciones me quiero volver para Ushuaia. Estoy bien acá. Es el lugar que elegí para formar una familia”.
“¿Regresar?, solo los veranos para las vacaciones,…ver a mi gente, el pueblo, la tranquilidad que se respira, la recorrida a visitar amigos, parientes y obvio, organizar algún que otro asadito en la laguna”.

Fin del Mundo: Principio de Todo.
Al sur de nuestro país, donde el frío tiene el filo de una navaja que lastima se levanta Ushuaia, de unos 80.000 habitantes, una ciudad muy pintoresca y perfectamente acondicionada con todos los servicios y comodidades para el turista y que tiene como “rareza” ser la única ciudad argentina que se encuentra del otro lado de los Andes, “frente a ella está el Canal de Beagle  “Onashaga¨(canal de los cazadores). Ushuaia está rodeada de montañas,  es una ciudad muy turística donde a partir de octubre nos visitan los cruceros que recorren el mundo”, nos cuenta del lugar donde durante el verano los días casi no tienen noche y en el invierno hay solo siete u ocho horas de luz, “pero sus lagos, ríos y demás paisajes hacen que cada rincón de la provincia sea una postal”, asegura, “Es la naturaleza, la mística en su máxima expresión”.
“¿Si hay viajes hacia Malvinas?,  No”
responde categórica, “solo se puede viajar desde Chile. Aunque las Malvinas formen parte de la provincia de Tierra del Fuego se ha avanzado muy poco del tema. Recién este año se aprobó la ley de límites”.

María Laura es Técnica en Ceremonial y Protocolo y trabaja para el Ministerio de Educación de la Provincia, “soy ceremonialista”, agrega,  “le organizo eventos, asesoro y actualmente también curso Relaciones Internacionales”, “esta profesión me permitió conocer a la gobernadora cuando el año pasado realicé las prácticas profesionales en el área de ceremonial y protocolo de la gobernación de la provincia”, asegura quién debe encargarse de hacer cumplir las formalidades y el orden en todo evento u acto que se organice.
¿Y cómo hablar de Ushuaia y no hablar del Fín del Mundo? Dos términos inseparables dado que allí a todo se le agrega ´del fín del Mundo´, el Faro del fin del Mundo, el Tren del fin del Mundo y la Cárcel del fin del Mundo, donde hoy funciona un museo.
Lo cierto es que para aquellos que estén dispuestos, sería conveniente viajen a esas tierras acompañados como lo hizo María Laura, por un gran amor, al que esté uno dispuesto a seguir hasta el fin del mundo.

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