Guatrachenses por el Mundo: Raúl Mora desde Playa del Carmen, Quintana Roo, México.
Raúl Mora nació el 14 de Diciembre de 1978 en la vecina ciudad de Darregueira, aunque su familia ya estaba radicada en Guatraché. Cursó el jardín y toda la primaria en la escuela N° 60, “pero nunca trabajé en Guatraché ya que me fui del pueblo siendo adolescente”, aclara quién desde muy joven ya soñaba darse el gusto de viajar por muchos lugares.
“No quiero parecerme a los árboles, que echan raíces en un solo lugar; sino al viento, al agua, al sol, a todas esas cosas que marchan sin cesar“. No había cumplido aún los dieciocho años, cuando este viajero bohemio y trotamundos ya estaba instalado en La Plata.
Desde 1996, Raúl residió en esa ciudad, donde trabajó –entre otras– de motorista repartidor en una pizzería de las más conocidas del centro, y más cerca del cambio de siglo haciendo viajes en combi, llevando gente de Darregueira a la capital bonaerense y viceversa. “Decidí irme buscando nuevos horizontes, vivir algo diferente a lo que vivía día a día en Guatraché”, confiesa.
El año menos indicado
Progreso, acción y aventura, son tres de las constantes en su vida. Y por ello a principios de siglo, a la edad de veintitrés años, decide partir hacia nuevos rumbos pero ya fuera de las fronteras de nuestro país.
Raúl pasó por todas las preguntas del caso: Estoy seguro? Seré lo suficientemente fuerte? Como llevaré el desarraigo? Estoy preparado para este nuevo desafío que tanto imaginé?
A fines de 2001 tenía todo resuelto, Raúl había previsto su viaje para diciembre cuando tres meses antes, el 11-S, ocurrió lo de las Torres Gemelas que casi no lo dejan viajar. Llegado diciembre, el país ardía. Mientras De La Rúa huía en helicóptero de la Rosada, el pueblo había tomado las calles y se complicaba acceder a Ezeiza, entre las marchas de protesta, cacerolazos y cortes de ruta. En ese momento, para miles de Argentinos, un pasaje con destino a cualquier parte parecía la única salida.
La experiencia de emigrar
Lo que quedaba atrás era el país natal y su Guatraché, donde había vivido sin solución de continuidad.
Llegado a USA se radicó en Salt Lake City, una ciudad de 190.000 habitantes en el estado de Utah, que había sido fundada por los Mormones allá por 1847. “Allí residí durante seis años, estaba a 5 horas de Las Vegas –donde me gustaba ir seguido-, 8 de Denver en Colorado y a 3 de Arizona, trabajando en un Super Target turno noche, -un supermercado tipo Wallmart-, luego en otro local similar de Home Depot, y a lo último pasé a la GMC, una concesionaria de autos de la compañía de General Motors”.
Pero desafortunadamente, y como les sucede a diario a miles de inmigrantes, no pudo regularizar su situación legal y eso lo hizo sentirse más extranjero todavía, sin que nada le perteneciera.
Un día manejando por una autopista norteamericana ve por los espejos retrovisores como se le acercan tres patrulleros con oficiales portando armas largas, quienes lo obligan a detenerse. De ahí a migraciones y en poco tiempo la vuelta a Argentina sin siquiera poder retirar sus pertenencias, las que se había ganado en buena ley trabajando y aportando al fisco durante mas de un lustro en ese país. Raúl jamás hubiese imaginado que uno de esos videos caseros de persecuciones que solía ver periódicamente en los canales yanquis, iba a tener que protagonizarlo en persona.
El “primer mundo” y sus contradicciones
En un país que se considera garante de la democracia y de los derechos humanos en el mundo, suena por lo menos contradictorio que dentro de su territorio se violenten estos derechos, principalmente en la lucha contra lo que ellos llaman inmigrantes ilegales, quienes, vaya paradoja, terminan haciendo los trabajos que los nacidos como norteamericanos evaden.
Y esa contradicción tiene que ver con que en su gran mayoría, la clase política norteamericana son descendientes de inmigrantes procedentes de los cinco continentes. Es decir que los que hoy condenan a los inmigrantes ilegales, son en definitiva descendientes de inmigrantes.
A pesar de esa triste experiencia, la balanza de Raúl se inclina ligeramente hacia el lado positivo. Rescata los años vividos allí, pero sin dejar de pensar en otro país donde se rinda un mayor culto a la tolerancia y respeto a la multiculturalidad de sus inmigrantes.
De regreso obligado a la Argentina pasó una semana en La Plata en lo de un amigo – “Julio Santarelli”-, para luego regresar a Guatraché y de aquí a Río Cuarto donde se radicó un tiempo para trabajar y pensar en su nuevo destino. “En el año 2006 estuve en la Argentina durante un año, tiempo en el que planifiqué irme a vivir a Europa, pero el destino me llevó a visitar a mi prima Mariela que vive en el Caribe, más exactamente en la ciudad de Playa del Carmen, México, país en el cual resido desde hace 4 años”.
No soy de Aquí, ni soy de allá
Casi una década en el extranjero, y el haberse escapado de un país que no lo trataba muy bien en ese entonces, reconoce que el único sentido de pertenencia que le queda es cuando mira su DNI,”No me gusta decir nunca, pero sinceramente ya he vivido muchos años en el extranjero, y no podría adaptarme a vivir en Guatraché u otro lugar de Argentina”,….”Mi vida ha cambiado, adaptándome a cada país en el que he vivido, obviamente la cultura de los Estados Unidos es muy diferente a la de México, pero lo bueno de Playa del Carmen, es que en este lugar viven mas extranjeros que mexicanos. Por eso es que la mayoría de las personas hablan varios idiomas, la mayor parte de los habitantes son italianos, franceses, canadienses, americanos, alemanes, españoles, chinos; y argentinos abundan. También hay una zona europea, que se destaca por sus restaurantes, boutiques, bares, con un estilo totalmente diferente al mexicano y donde frecuentamos los extranjeros”.
El ayer retenido en su memoria
“Extraño a mi familia, mamá, hermanas, sobrinos, cuñados, todos viven en Guatraché,…..de donde se me vienen al recuerdo los asados que hacíamos en la Laguna”,….”Me acuerdo un verano, estábamos tomando cerveza con unos amigos en la heladería de Jorge Higonet y se nos ocurrió hacer un asado, pero no teníamos nada para organizarlo, entre risas y tragos a alguien se le ocurrió que no había mejor idea que el campo de la abuela de un amigo donde correr un cordero y carnearlo. ¡¡Y que asado nos comimos en la laguna ese día!!”, se ríe.
“De mi vieja heredé el gusto por la cocina, Cledia me enseñó mucho, aunque aún me falta aprender el locro”.“El desarraigo lo llevo con calma, obviamente que se extraña, pero cuando has vivido tantos años fuera de tu país, te vas adaptando”,…..“Lo que no cambiaria de Guatraché seria la tranquilidad de caminar por sus calles sin peligros y ver lo limpio que es el pueblo, con respecto a otras ciudades o pueblos mexicanos”.
El Argentino
“A Argentina la veo mal, para atrás en el sentido de la falta de respeto de la gente hacia los demás..lo digo en general y no en el sentido de la gente del pueblo de Guatraché. Me deja una sensación triste ya que los argentinos somos muy mal mirados por nuestra falta de humildad, no se da en todos los casos pero si en la mayoría”,….“Como vivo en un lugar que es muy cosmopolita, la gente es toda muy diferente, ya que cada cual vive con las costumbres de su país. ¡¡¡ Y si !!! las diferencias se notan. A los argentinos nos diferencian del resto, por supuesto somos siempre los diferentes… nos dicen los …che boludoss !!”, se ríe.
“Y para levantarles el autoestima a las mujeres les diré que aquí todos dicen que las argentinas son las mujeres mas lindas de América”, remarca .
Ciudadano del mundo
Radicado actualmente en Playa del Carmen, Estado de Quintana Roo, México, reconoce: “Vivo en pleno Caribe mexicano a una hora de la ciudad de Cancún, ¡¡¡que mas puedo pedir !!!”, y cuenta: ”Trabajo prácticamente desde que llegué como guía de turismo en la selva, parte del recorrido lo hacemos en cuatriciclo y parte a pie explorando cuevas, ríos subterráneos y cenotes. Esto gracias a que soy trilingüe, -hablo español, italiano e ingles-“.Confeso hincha de “Las Chivas de Guadalajara“, Raúl le dedica casi todo el día a su trabajo: “arranco a las 6 de la mañana y hasta las 19 no paro. Me gusta mucho lo que hago, ya que todos los días tengo a cargo diferentes grupos de turistas de todas partes del mundo, como por ejemplo de la India, Egipto, Emiratos Arabes, Africanos, Rusos, Alemanes, Holandeses, Norteamericanos, Ingleses, Canadienses, Italianos, Portugueses, etc”.
Antes de su profesión de guía turístico, había trabajado un corto tiempo en un restaurante “pero siempre estuve relacionado con el turismo, al poco tiempo de llegar empecé algo parecido en un rancho, hacia tours de caballos junto al caribe y tours de cuatriciclos”.
Situado en la costa este de México, Playa del Carmen es un lugar que año a año debe resistir los embates de los Huracanes. “Todos los septiembres comienza la temporada de huracanes en la costa, por eso todas las casas están construidas con sótanos o subsuelos para refugiarse cuando viene uno”, explica quien en la actualidad comparte su vida con una uruguaya: “Vivo con mi novia, Fernanda Bettina Baez, que es uruguaya, de Nueva Helvecia, Colonia , naturalizada mexicana ya que tiene muchos años viviendo aquí, y mi perro Papi, de raza pinscher miniatura”.
“Elogio de aquí y no cambiaria por nada del mundo, levantarme todos los días y ver el color turquesa del mar Caribe, las blancas arenas y las espectaculares cuevas y ríos subterráneos, que es algo poco visto en el mundo“, se sincera.
Pero en el fondo sabe que México no es su lugar, que tarde o temprano terminará en otro lado. ¿Europa?
Por lo pronto, cada vez que llega a su vivienda mira de reojo la valija, compañera inseparable de sus aventuras.