Historias: La “Cuestión Social” en los primeros años de Guatraché.
Extraído de:
Mesa 3. Historia de las mujeres en la Patagonia: discursos, agentes y prácticas.
La cuestión social en el Territorio Nacional de La Pampa. Las respuestas desde la sociedad civil (1897-1940). Autor: Alejandra Marcela Otamendi. D.N.I.: 26727890. Inserción Institucional: Instituto de Estudios Socio- Históricos. Investigador, estudiante de la Licenciatura en Historia. aleotamendi@yahoo.com.ar.
El Gobierno Municipal brinda la respuesta a la cuestión social.
A fines del siglo XIX empieza a desencadenarse una serie de problemas relacionados con el género y el nuevo rol de la mujer, este vinculado con su inserción en el mundo del trabajo y con su desempeño como madre, sumado al exterminio indígena, la llegada masiva de inmigrantes y la naciente clase obrera. Siendo este último tema lo central de la cuestión social, ya que el mismo es amplificador de pobreza, criminalidad, prostitución, enfermedad, hacinamiento y propagador de epidemias. Estos problemas generan temor por parte del Estado, ante la aparente pérdida de control sobre los sectores. El problema de cómo gobernar y las contradicciones entre el progreso económico y el retraso de las formas de la vida política. Esto vinculado con la participación de los ciudadanos y el sufragio. La llegada de inmigrantes, habitantes no ciudadanos, y la necesidad de naturalizarlos para que tengan participación política. Agravada esta condición ante la presencia en las ciudades de un mayor número de pobres, ya que las ciudades no son capaces de ofrecer empleos y asilo para los que llegaban al país. Situación que empeora con la difusión de epidemias que afectan a toda la población, sin distinción de clases sociales.
María José Billorou (2008) analizando el caso de Guatraché indica que los primeros servicios de salud en el Territorio Nacional de La Pampa, incipientes hospitales y salas de primeros auxilios, surgieron a partir de la iniciativa de la sociedad civil. Así, entre 1884 y finales de los años veinte, son las mismas comunidades a través de asociaciones locales de beneficencia con apoyo de los municipios organizaron y gestionaron una rudimentaria red de instituciones de salud en la franja este y noreste de La Pampa. Guatraché, se articuló en este modelo vigente de resolución de los problemas sanitarios; de esta manera, hacia 1916 o 1917 se fundó en la localidad un Sanatorio que contaba con los elementos indispensables. Sin embargo, podemos inferir que su vida fue efímera ya que en las fuentes disponibles, la edición especial del periódico El Imparcial del 16 de Mayo de 1944 solo aparecía una mención somero bajo una fotografía del día de su inauguración.
En el terreno de la política social, a diferencia de lo que ocurre en otras localidades del Territorio, que en la mayoría son Damas notables las que se encargan de la cuestión relacionada con la ayuda a los pobres, se puede afirman que en Guatraché, no hubo mujeres que tuvieran esta participación, y si la hubo fue efímera. Esto llama la atención por que este era un lugar que les permitía la inserción en la escena pública e incorporarse a otras problemáticas fuera de los asuntos hogareños.
En el Acta N° 30 del 15 de agosto de 1925 dice: “.se resuelve reforzar la partida de Beneficencia en la suma de 100 pesos moneda nacional, imputándose a Fiestas Patrias…”. Con esta acta se puede corroborar lo antes mencionado. Lo que no se especifica para esta fecha es, que si bien el municipio tenía una suma de dinero destinada a la acción filantrópica, no se menciona quienes son los encargados de administrar los fondos. Son los mismos hombres pertenecientes al concejo municipal o este dinero se le otorga a un grupo de damas para que sean ellas las encargadas de gestionarlo. Tampoco se hace mención a los destinatarios de los mismos”.
Más adelante, en el Acta N° 98 del 8 de diciembre de 1932 se puede leer que llegaron a la Municipalidad dos notas, una pidiendo un subsidio de 10 pesos mensuales, se trata de una Sra. Viuda que carece de recursos para abonar su alquiler y otra, que es enviada por un Sr. pidiendo al municipio que se le suministren los medicamentos que les son necesarios para el tratamiento de la enfermedad que lo aqueja. El no posee los medios necesarios para adquirirlos. En ambos casos el consejo resuelve de forma positiva ante los requerimientos de estos vecinos de la localidad. En Guatraché como se puede ver en sus primeras actas era la Municipalidad que realizaba la tarea filantrópica, destinaba fondos exclusivamente para la atención de enfermos y ayudas económicas a personas con escasos recursos.
Para 1934, en el Acta N° 120 cuya fecha es 11 de enero leemos: “…Beneficencia.- Este rubro para el cual habían sido presupuestados $800 m/n, ha habido que ampliarlo en 260 $ m/n, habiendo sido motivo de esta ampliación la gran cantidad de enfermos atendidos por la Médica Municipal Sta. María M. Allende (cargo que desempeña con carácter de ad-honorem), compenetrándose y prestando un desinteresado concurso a los exiguos recursos con los que cuenta ésta municipalidad. En el transcurso de este ejercicio se han atendido 72 enfermos, carentes de medios para suministrarse los medicamentos. Se han costeado pasajes de Ferrocarril a enfermos para Hospitalizarse: 6 a Bahía Blanca; 3 a Buenos Aires; 1 a Púan; y uno en automóvil a Púan por ser herido grave; y 4 ataúdes.”…Acto continuo, se hace mención que el Dr. Jacobo J. Bohoslavosky que hace unos meses se ha establecido en la localidad, ha atendido a varios enfermos carentes de recursos, a los cuales la Municipalidad ha tenido que costear los medicamentos”.
Al mismo tiempo la tarea del médico municipal se justificó, en otros de los principios claves del higienismo en las grandes ciudades del país, proceso analizado por Diego Armus y Susana Belmartino (2001), el uso de la higiene para incorporar a gran parte de la población urbana a la vida moderna. Así, el médico adquirió una función técnica de gran importancia en pos de la salud colectiva: la gestión e implementación de obras fundamentales para prevenir las enfermedades. Cuando las epidemias se manifestaban, el médico municipal era el encargado de tomar medidas que protegieran la salud de los grupos más vulnerables: los niños.
En los mismos registros municipales podemos encontrar mencionados a diferentes prestadores de servicio de la salud que llegaban a la localidad. El 2 de enero de 1934, el Concejo Municipal decidió su designación como médico municipal de manera conjunta con la Doctora Allende. Ambos compartieron la función, de esta manera, la responsabilidad se convirtió en rotativa. Los argumentos esgrimidos por los concejales en la sesión, para sustentar una decisión inédita se centraron en la necesidad “de aliviar en parte la carga que significa el peso de esta misión que hasta el presente recaía solamente en la médica municipal”.
Por el análisis de actas posteriores, se puede observar que el cargo de médico municipal, con el paso del tiempo, se transformó en un puesto signado por las tensiones y los conflictos políticos que vivía la localidad. Se podría también mencionar un cierto perjuicio hacia el papel desempeñado por la profesional, en su condición de mujer. Billorou menciona que en la Argentina, la incorporación de las mujeres a la profesión médica se produjo con grandes dificultades, aunque paulatinamente lograron formar parte del campo profesional en ciertas especialidades y bajo una férrea supervisión masculina.
Según los datos encontrados en el Anuario Kraft “hacia 1929 Guatraché tenía una población de 3.430 habitantes, los problemas sociales y económicos generados por el padecimiento de largas enfermedades que impedían que el enfermo, en muchos casos el jefe de la familia, trabajase. La intención de aumentar las posibilidades de brindar soluciones a estos problemas por parte del gobierno comunal quedaba claramente demostrada en la propuesta del presidente del Concejo Municipal, Samuel Novick, en diciembre de 1932, de perfeccionar los servicios brindados a la población enferma, tanto a través del acceso al médico municipal así como de entrega gratuita de los medicamentos correspondientes. Para enfermos de mayor complejidad el municipio costeaba los gastos de traslado a: Buenos Aires, Bahía Blanca, Carhué y Puán; en 1933 se financiaron once traslados, en 1936 veintiséis y en 1940 diecinueve viajes de enfermos graves. A partir de 1939, generaron que el municipio subvencionara anualmente con una suma de trescientos pesos moneda nacional al Hospital Municipal de Puán localizado a ochenta kilómetros para la atención de enfermos para la atención hospitalaria provenientes de Guatraché. Hacia 1947, la suma se destinó al nuevo Hospital creado en la localidad de Darregueira, ya que se encontraba mucho más cerca de Guatraché, a sólo cuarenta kilómetros”.
El crecimiento de la localidad, y la “enorme cantidad de enfermos carentes de recursos” requería cada vez más de una estructura pública de servicios sanitarios en la localidad. Guatraché, buscó de múltiples maneras dar respuesta a éste desafío.
Así, hacia fines de la década de 1920, la comunidad se planteó una meta para dar respuesta a las necesidades asistenciales de la población; la construcción de un hospital. Su primer paso fue la creación de una estrategia de obtención de recursos exclusivamente destinada a este objetivo; ya que la disponibilidad financiera del estado tanto territoriano como municipal era nula para responsabilizarse de una empresa de tal envergadura. En esos tiempos, no existía todavía en el Territorio Nacional de la Pampa, ninguna institución hospitalaria pública, solamente se hallaba desde 1913, la Administración Sanitaria y Asistencia Pública en Santa Rosa, primera institución sanitaria pública. De esta manera, la búsqueda de una fuente de financiamiento, provocó la decisión del Concejo Municipal de la formación de un Fondo Pro-Hospital en la sesión del 14 de diciembre de 1926; para ello instauró un impuesto (consistente en 10 centavos moneda nacional) destinado a cada entrada a todo espectáculo social-cultural. De esta manera, se incluyeron las diferentes funciones, fiestas, quermeses y romerías realizadas en el pueblo. Sin embargo, su implementación se dilató ya que recién se comenzó a percibir en 1927; paralelamente, se iniciaron donaciones particulares que contribuyeron a la consolidación de los fondos y demostraron la adhesión de los miembros de la comunidad a esta propuesta.
La crisis económica internacional de la década del treinta afectó a la población pampeana. A las dificultades que se generaron en el comercio internacional, especialmente los cambios en los mercados internacionales de productos primarios, se sumó en la Pampa otro factor. En los primeros años de la década, el territorio fue afectado por una dura crisis agroclimática, una sequía prolongada, que perjudicó en especial a las áreas rurales. Ambos fenómenos provocaron un fuerte impacto económico social, ya que la desocupación y las migraciones aumentaron en el Territorio. Guatraché no fue ajeno a este proceso. Las autoridades nacionales, territorianas y municipales, se preocuparon en dar respuesta al problema social, fundamentalmente por temor a la despoblación de la región. La nota elevada por el Ingeniero Raimundo Nieves, director de la estación experimental de Guatraché, al Director General de Agricultura el 26 de marzo de 1932, evidenciaba que la desocupación afectaba a “veinticinco personas”, por lo tanto “siete familias” se encontraban sin trabajo. En este contexto, los servicios de salud pública, fueron vistos como una “una institución de imprescindible necesidad” de acuerdo a las palabras del periódico El Imparcial, en su edición especial del 16 de mayo de 1944. El Consultorio Municipal, consolidó la salud como un derecho “ya que pudieron concurrir los enfermos no pidiendo limosna sino exigiendo la atención médica”. El Estado Municipal, en forma precaria y condicionada, aceptó su papel de proveedor de servicios sanitarios “equitativamente como una obligación social”.
A cinco años de su instalación, el consultorio Municipal se había fortalecido como institución; en 1939, conforme al acta del Concejo Municipal del 25 de febrero de 1940, se atendieron ochocientos treinta y dos pacientes. Para responder a una demanda en expansión ya que a la cantidad de atendidos en el Consultorio se sumaron doscientas setenta y siete visitas a domicilio, había sumado dos camas para el cuidado de aquellos enfermos sin albergue.
El 9 de julio de 1940 se inauguró la Sala de Primeros Auxilios, en la casa ofrecida en alquiler por los familiares de Agustín Goubelet, con un acto al que acudieron autoridades locales y territorianas. Dr. Freire se transformó en su Director; el personal se complementó con el Dr. Jacobo Bohoslavsky como médico agregado ad-honorem y la Sra. Jacinta de Guevara para atender el cuidado y la limpieza del establecimiento. Sin embargo, el Dr. Jacobo Bohoslavsky permaneció muy poco en este cargo ya que el 25 de agosto de 1940 renunció porque se ausentaba definitivamente de la localidad; el Dr. Juan García Fernández lo sucedió.
La Sala de primeros Auxilios generó problemas con otras instituciones del medio, especialmente con las asociaciones de inmigrantes existentes en Guatraché: la Asociación Unión Italiana de Socorros Mutuos, la Asociación Española de Socorros Mutuos y la Sociedad Alemana de Socorros Mutuos. Estas Sociedades brindaban servicios de atención médica tanto en la localidad como fuera del ámbito local, en Bahía Blanca y en Buenos Aires.
El Imparcial en su edición del 10 de junio de 1940 bajo el título: “La caridad empieza por casa. Lo que debe ser el mutualismo” los reflejaba. A pesar del reconocimiento de la “obra digna de mayor respeto y consideración” que las instituciones desarrollaban ya que respondían a “las necesidades de sus asociados en aquellas circunstancias más graves como son las que originan las enfermedades”; sostenía que en muchas ocasiones su accionar está empañado “por un egoísmo que no tiene razón de ser”.
A través de la creación de esta Sala de Primeros Auxilios se evidenciaba “la importancia de los servicios de salud municipales “a disposición del vecindario en general sin distinción de nacionalidades o razas” requerían de la “reciprocidad” de las asociaciones de inmigrantes. Detrás de este conflicto, aparecían dos concepciones sobre las condiciones que posibilitaban el acceso a la cobertura sanitaria; mientras que para las entidades que nucleaban a los inmigrantes prevalecían los lazos étnicos, el municipio privilegiaba la idea de la salud como derecho de toda la población.
A modo de síntesis
La realidad social del territorio pampeano de fines del siglo XIX, de manera específica de dos localidades del sur –General Acha y Guatraché– incentivó por un lado, a un grupo de mujeres a movilizarse en pos de las demandas sociales y por otro, a que las autoridades municipales fueran las encargadas de brindar el socorro necesario.
En General Acha la ausencia de una estructura sanitaria en la localidad y los requerimientos de múltiples servicios por parte de la sociedad civil fueron proporcionados a través de la acción filantrópica. Las damas achenses organizaron la Sociedad de Damas de Beneficencia, primera institución de este tipo en el espacio pampeano, que se ocupó de atender las demandas de los sectores sociales más desprotegidos: indigentes, parturientas, enfermos, ancianos y niños.
Esta institución permitió a este grupo de mujeres insertarse en un espacio público del que estaban relegadas, ya que esta Institución les brindó una identidad política y poder de decisión. Estas mujeres a pesar de que no tenían derechos civiles ni políticos conocían cuáles fueron las normas burocráticas de funcionamiento de las instituciones y se avocan de manera especial a ella.
Este grupo de Señoras y Señoritas que formaron la Sociedad de Beneficencia, abocadas a la actividad filantrópica, que adquirió paulatinamente las particularidades de toda asociación: un lugar de reunión estable, finalidades culturales, funciones de sociabilidad, de recreación, vínculos frecuentes y usuales, elementos identitarios que caracterizan a quienes conforman una asociación como así también su voluntad de establecer lazos.
La preocupación por la cuestión social es un discurso presente en las mujeres de la beneficencia achense. Así sostenían “que era necesario dotar al pueblo de una enfermería a modo de hospital, que serviría no solo para atender a los enfermos sino también a mucha gente de la campaña y también del pueblo mismo que no tienen familias ni recursos”.
En el territorio nacional de la Pampa, una gran parte de la población, la conformaban hombres y mujeres llegados de otras provincias o extranjeros que venían en busca de trabajo, sin dinero. Las situaciones de enfermedad pusieron al descubierto el desamparo de amplios sectores de la población. Quizá por esta razón debemos entender que la respuesta a la cuestión social prioritaria en la localidad achense fue la creación de un hospital. A pesar de que también se prestaban otros servicios como reparto de alimentos, útiles escolares, ropa.
La Sociedad de Damas de Beneficencia es parte de la memoria activa de la localidad al constituirse en la primera organización formal de prestación de servicios sociales en la zona. Fue una de las manifestaciones concretas que evidenciaron el proceso de institucionalización de un conjunto de organizaciones de la estructura política, económica y social de General Acha en los primeros años del siglo XX. En este sentido, fue un claro ejemplo de lo que se consideraba era el progreso de la localidad que se incorporaba desde la esfera política y económica a la región pampeana.
Si bien es importante destacar que quienes en el caso de General Acha crearon la asociación concibieron la construcción de una entidad de caridad y para el caso de Guatraché, una población en crecimiento y que desde su municipio, localidades ambas que centraron sus tareas en la atención a la salud, como una forma de contribuir no solo al bienestar social sino también al desarrollo cultural. En otras palabras, dos localidades que atendieran la salud de su población demostraba el nivel de progreso alcanzado.
Citas
1- Esta ponencia se enmarca dentro del Proyecto: Sociedad, economía, población, política y religión en la Pampa. Un abordaje histórico (Siglos XIX-XX) que se desarrollan el Instituto Interdisciplinario de Estudios Socio Históricos de la Facultad de Ciencias Humanas. UNLPam. En el que participo en calidad de tesista de la Licenciatura en Historia.
2- Presidente: Sr. Federico B. Vilaró (Empleado de la Gobernación), Vice Presidente: Dr. Francisco S. Aguilar (Abogado), Tesorero: Sr. J. Enrique Del Busto (Martillero Público), Secretario: Sr. Arturo F. Guevara (Empleado de la Gobernación), Vocales: Dr. Camilo López Cambón (Juez), Dr. Enrique Iguña (Médico), Cmte. Enrique Berhó (pertenece a la Inspección de Milicias), Sr. Lorenzo Ramasco (Secretario del Juez), Sr. Luis Coudannes, Sr. Andrés L. Pazos, Sr. Ramón López Hernández, Sr. Fernando Albornoz, Sr. Arturo Castro (Gestor y Periodista de El Territorio), Sr. Pedro Landi (Empleado de la Gobernación, fue Juez de Paz).
3- Esta Sociedad de Beneficencia era una sociedad compuesta por un conjunto de damas, aunque posteriormente también se incorporan hombres.