La Pampa: quiénes están detrás de los nombres que se animaron a jugar en la interna del PJ

La Pampa: quiénes están detrás de los nombres que se animaron a jugar en la interna del PJ

Ziliotto milita la neutralidad, pero algunas figuras se anotaron en la pelea. El ministro “gran amigo” de Quintela. Factor Tolosa Paz. El alfil de Luchy Alonso.

La aparición de cuatro figuras del peronismo de La Pampa en las listas nacionales que pugnan por el PJno llegó a mover el amperímetro en la política local ni cambió el escenario oficialista que ordenó el gobernador Sergio Ziliotto, quien bajó línea para que se mantenga la neutralidad ante la disputa de Cristina Fernández de Kirchner y Ricardo Quintela.

Para el peronismo de La Pampa es una tradición cuidar el partido fronteras adentro. En general, gambetea las internas nacionales y repele las intromisiones centralistas. Cuando en distintos momentos de la historia algunos sectores se salieron de ese libreto, ardió Troya y al PJ local se le hizo complicado remontar la cuesta.
Esos antecedentes fueron enseñanzas. Ahora, como siempre pero más que nunca, sacudido por sus propios conflictos, el PJ pampeano no se quiere meter en otro lío, pero así y todo hubo dirigentes que privilegiaron su posicionamiento personal o de los sectores a los que representan, que en algún caso tienen cierta relevancia en la provincia y en otros son más bien ramificaciones del orden nacional.
La lista de Quintela, “Federales, un grito de corazón”, incluyó en su nómina a la exsenadora María de los Ángeles Higonet y a la sindicalista Mirta Erro. La lista de Cristina, “Primero la patria”, abriga al secretario de Turismo de la provincia, Saúl Echeveste, y a la concejala de la sureña localidad de Macachín, Carina Damelio. La pregunta cae solita: ¿en nombre de quién juegan?

Sergio Ziliotto y el PJ pampeano, haciendo equilibrio

El gobernador y todo el PJ tienen claro que el horno no está para bollos. Los movimientos locales son suficiente conflicto como para agregarle un nuevo foco de enfrentamiento. En ese equilibrio, obviamente, hay tejidos silenciosos, con la idea de prepararse para el escenario que venga.

Ziliotto preside el PJ pampeano con un discurso de resistencia al gobierno de Javier Milei. Ha tendido puentes visibles con su par bonaerense Axel Kicillof, pero le disgusta que lo señalen como uno de sus “soldados”: no quiere sobreactuar ese vínculo. Además, el gobernador se sabe muy bien considerado por CFK. La bajada de línea para la neutralidad fue respetada a pie juntillas por las distintas líneas y los sindicatos, al menos hasta que suene la campana de largada.

Fue una sorpresa que resonara el nombre de Higonet como consejera titular de la lista de Quintela. Hoy, dentro del peronismo de La Pampa, juega en el ascenso, aunque supo estar cerca de las grandes ligas: fue intendenta de la sureña Guatraché y llegó al Senado en 2009, junto con Carlos Verna y en tono opositor al gobierno kirchnerista. Después se volcó decididamente al espacio K y en los últimos tiempos, como parte del ministerio albertista y de la Federación Argentina de Municipios, aceitó vínculos con la hoy diputada Victoria Tolosa Paz.

u presencia en ese armado obedece más a razones nacionales y personales que a un entramado provincial. Es el mismo caso de la otra integrante de esa lista, también entre las 30 primeras consejeras, Mirta Erro, secretaria general del gremio de la Salud Privada (ATSA), que tiene en la provincia unas 1.000 personas afiliadas. Ella misma dijo que la tentó Tolosa Paz.

Erro fue la única que se animó a hablar en medio de las incertidumbres. “Los espacios hay que ocuparlos y es un reconocimiento. Es necesario mover un poco, acomodar y ordenar. Dentro de los afiliados, la mayoría quiere internas”, dijo y afirmó que la neutralidad de Ziliotto no le modifica ese panorama: “Mi decisión va por otro lado, no cambia absolutamente en nada. No me parece mal que nuestro gobernador se mantenga al margen; desde las bases tenemos que participar y trabajar”.

Advierte además que, según su criterio, Quintela recoge el enojo contra algunas formas de Cristina. “La gente por ahí está cansada de siempre las mismas figuras, hay que darle una oportunidad a otro. Tiene que ser una interna sin agravios, respetuosa y así lo haremos”, prometió. Este martes la intendenta de General Pico, la vernista Fernanda Alonso, lo puso en palabras: “Sería una oportunidad de tomar distancia y dar lugar a otros”.

Ricardo Quintela, ese “gran amigo” de Pascual

No hay hasta ahora espacios importantes del PJ pampeano que a la luz del día se reivindiquen promotores de Quintela, aunque hubo sectores de Convergencia que en sigilo movieron para juntar avales: el legislador provincial Espartaco Marín y la diputada Varinia Marín son las figuras importantes de esa línea.

El rol de Cristina en su relación con el partido ha estado históricamente cuestionado. Aunque para la salida del macrismo negoció un pacto histórico con Verna, en la previa activó rispideces. Definió candidaturas a dedo y forzó una interna feroz que llevó a la instauración de un eslogan de campaña inolvidable: “La Pampa o La Cámpora”.

Higonet y Tolosa Paz lanzaron en abril un encuentro de “parlamentarismo municipal”, con presencia pampeana: asistió la viceintendenta de Luciano di Nápoli en Santa Rosa, Romina Montes de Oca, que viene del palo sindical: es representante del gremio de las Telecomunicaciones. El movimiento de intendencias “no alineadas” no mira con malos ojos que Cristina esté bajo desafío. No dicen ni mu, pero otean el horizonte con expectativas.

A la vez, hoy Ziliotto comparte con Quintela no sólo varios diagnósticos de la actualidad, sino el posicionamiento frente a ese escenario, además de los grupos de wasap donde ansían un peronismo fortalecido y más transversal.

Uno de los ministros ziliottistas que más alto tallan en esta hora, Pascual Fernández(Gobierno y Asuntos Municipales) vivió en La Rioja y dejó una huella como dirigente vecinal. Se dice “gran amigo” de Quintela, quien como intendente de la capital riojana le puso el nombre de Pascual a una plaza barrial. En agosto de este año, Pascual Fernández y otro ministro del gobierno de ZIliotto, Diego Álvarez (Desarrollo Social), coincidieron con Kicillof en el acto donde Quintela juró la nueva Constitución de la provincia.

“Estamos presentes acompañando y saludando esta nueva Constitución en nombre del gobernador Sergio Ziliotto porque tenemos la misma concepción de la política y el rol del Estado”, dijo Pascual Fernández aquella jornada.

El campamento K de La Pampa

La vicepresidenta del PJ de La Pampa es la diputada provincial María Luz Alonso, jefa de La Cámpora y mano derecha de Cristina en sus años senatoriales. En las redes sociales, manifestó su apoyo a CFK: “Una vez más, como siempre, lista para acompañarte”, posteó. Aunque se ordenó para sacar su nombre de la escena, colocó a su alfil Echeveste en el puesto 62 de la lista “Primero la Patria”.

Echeveste es secretario de Turismo y el gobierno aclaró enseguida que su presencia en esa nómina es absolutamente personal y no representa ni al Ejecutivo ni al PJ pampeano. Tiene 35 años, fue reelecto como intendente de la oesteña Telén (en los tres mandatos en esa localidad obtuvo más del 65% de los votos), pero se corrió con una licencia para ser parte del gabinete provincial.

La otra pampeana en el puesto 67 de la lista de Cristina es Damelio, concejala del peronismo de Macachín, ahora en la oposición. Antes fue secretaria de Hacienda del intendente Jorge Cabak, un peronista ortodoxo.

La Cámpora y el cristinismo saben que no pueden apartarse de los deseos de La Jefa, que son órdenes, pero evalúan un contexto del PJ pampeano en el que en silencio se cocinan algunas cosas y donde no hay que desechar que la neutralidad a cielo abierto derive en un voto castigo a las pifias políticas de los últimos años.

 

Fuente Letra P

Por Juan Pablo Gavazza

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Oro pampeano en los Juegos de la Juventud
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Oro pampeano en los Juegos de la Juventud

Con la piquense Lourdes Estigarría Campos como integrante, el seleccionado argentino de hockey 5 se consagró campeón de la competencia sudamericana en Rosario para atletas de 14 a 18 años.  

El equipo nacional goleó 4-0 a Uruguay y así cerró su campaña con un registro de 5 victorias: 4-2 a Uruguay, 4-0 a Chile, 14-0 a Paraguay en la zona y 13-1 ante Paraguay en semifinales, las anteriores. La pampeana aportó 5 goles a lo largo del certamen.
Por su parte, Jokin Ziaurriz Culla -bronce en los 10.000 metros el viernes- finalizó quinto en la prueba de 1000 metros de patinaje de velocidad. El pampeano, especialista en distancias más largas, se ubicó tercero en su serie y así ingresó en el quinteto que disputó el oro, aunque en la definición se cayó y quedó relegado, más allá de que se recuperó y completó el circuito junto al resto del pelotón..
La delegación pampeana en esta tercera edición de los Juegos que organiza la Organización Deportiva Suramericana (ODESUR) se completó con la atleta Delfina Orona (medalla de plata en disco el viernes y quinta en bala), y los entrenadores Oritia González (judo) y José Luis Weigandt (natación).

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Pandemia y política: ¿qué nos están diciendo las encuestas?

Pandemia y política: ¿qué nos están diciendo las encuestas?

Por Norberto G. Asquini

Varias encuestas están circulando por estos días en distintos medios digitales. Se flexibiliza el aislamiento, a pesar de que la pandemia sigue golpeando, y se abren los tiempos preelectorales. ¿Qué nos están diciendo los números sobre el escenario actual? ¿Qué piensa la gente? ¿Qué relación tienen con La Pampa?

Pandemia e imagen positiva

Una de las mediciones, es la de CB Consultora. Las anteriores de esta firma fueron tal vez las más difundidas en La Pampa porque midieron el desempeño de los gobernadores durante la pandemia de Covid-19. El dato por lo reiterativo ya perdió el interés en La Pampa. Los números de la de septiembre muestran que el gobernador Sergio Ziliotto mantiene un 66,9% de imagen positiva y está tercero en el ranking, con un desempeño frente a la pandemia que califican de “sobresaliente”. Por encima solo estuvieron Horacio Rodríguez Larreta de CABA y Oscar Ahuad de Misiones.

El dato es otro: la imagen positiva del presidente Alberto Fernández. Las encuestas marcan una merma a comparación de cuando comenzó la cuarentena, algo natural después de meses de medidas. CB Consultora indicó que la imagen del presidente cayó en 21 provincias y creció en Provincia de Buenos Aires luego que decidiera traspasarle fondos de coparticipación que eran de CABA. En La Pampa su imagen bajó tres puntos, pero sigue muy alta: 74,9%, la tercera provincia donde mejor se lo ve, detrás de Chaco y Santiago del Estero.

Pandemia y política

La gente después de meses de pandemia y medidas de aislamiento muestra su hastío. El monitoreo de opinión de Management & Fit indicó que el 57% de los encuestados tienen como principal preocupación en este momento “las consecuencias económicas”. Después le sigue con el 32% “el infectarse con el coronavirus” y completa el 6,8% “ninguna de las dos” y el 4,3% no sabe. Esta situación muestra que hay una flexibilización de hecho en la población (se nota en que no todos usan el tapabocas en lugares abiertos) que obligó a los gobiernos provinciales a ir habilitando actividades, como ocurrió en La Pampa.

El nivel de aprobación del manejo de la pandemia del gobierno nacional en septiembre estuvo en el 53,6% y el de desaprobación en el 43,8%. Sin embargo, este índice viene bajando: en julio fue del 61,4% y en agosto del 62%.

Los índices también marcan la aprobación del manejo de la pandemia por parte de Rodríguez Larreta, y frente a los que apuestan a la grieta, marcaron que el jefe de Gobierno de CABA es considerado en CABA y PBA el principal referente de la oposición por el 34,1% de las y los encuestados, por encima del 15,1% de Macri. Las encuestas marcan un posible nuevo liderazgo opositor. En ese marco, los radicales sin una referencia fuerte a nivel nacional quedarán supeditados de mantener Juntos por el Cambio con un candidato a presidente en 2023 nuevamente del PRO. Un escenario que no debe gustar a la UCR pampeana.

La polarización a full

La última encuesta conocida es la de Zuban Córdoba y Asociados. Coincide en el descenso de aceptación del presidente que vuelve a su nivel inicial después de superar el 70%. Más que lo coyuntural, la medición buscó dar cuenta de otras cuestiones que hacen a la política nacional actual. Entre sus resultados indicó:

-Hay altos niveles de identificación partidaria y de anclaje del bipartidismo argentino. Hay dos argentinas, pero la división no es el anti-establishment.

-En los temas fundamentales respecto a la democracia los consensos son muy superiores a los conflictos. A pesar del clima de hiperidelogización que lleva a la grieta entre peronismo y oposición, esto se contrapone con el dato de que los votantes se identifican con liderazgos más moderados. De hecho, el 66% de los encuestados estuvo de acuerdo que “me representa más un político moderado que uno defensor de la grieta”.

-La grieta se expresa más en opiniones vinculadas por ejemplo al tema de Venezuela mientras que el valor de mayor consenso se encuentra en el amplio apoyo hacia la democracia y el rescate de la política moderada. Ante la pregunta “¿Argentina va a convertirse en Venezuela?”, el 50,8% consideró que si y el 41,2% que no. De estos, el 69% del votante de Alberto Fernández dijo que no, mientras que el 87,8% del votante de Mauricio Macri dijo que si. En tanto, el 75% de todos los encuestados indicó que “la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno”, frente al 15,2% de que en algunas circunstancias un gobierno autoritario puede ser preferible.

-Se preguntó ¿qué espacio político está más cerca de los ciudadanos? El 34,6% dijo el Frente de Todos, el 23,8% Juntos por el Cambio, el 36,7% no sabe y el resto 4,9% se volcó a otras expresiones. El escenario de polarización para las elecciones 2021 se mantiene, de hecho es casi estructural, y al medio queda el gran espacio que busca expresiones moderadas, pero que se volcará por alguna de las dos opciones principales a la hora del voto.

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Walsh y una historia secreta del peronismo en La Pampa

Walsh y una historia secreta del peronismo en La Pampa

El periodista Rodolfo Walsh escribió en 1967 un artículo de investigación en el que daba a conocer documentación inédita y reservada sobre un hecho que involucraba a La Pampa y al peronismo. Allí sacó a la luz una historia secreta: las milicias obreras pampeanas que quisieron resistir la caída del presidente Perón.

Por Norberto G. Asquini

Rodolfo Walsh fue periodista de investigación, periodista militante y escritor de ficción. Si bien es recordado por su memorable “Carta abierta de un escritor a la Junta Militar” (1977) y por “Operación Masacre” (1957), también se destaca en su obra “Los oficios terrestres” (1965) que incluye el cuento “Esa mujer”, “Un kilo de oro” (1967) y “¿Quién mató a Rosendo?” (1969).

En la época de estos últimos libros, mediados de la década de 1960, Walsh había dejado atrás su antiperonismo de comienzos de los 50, su incursión en la Cuba revolucionaria y estaba en camino a su compromiso y militancia en el peronismo revolucionario.

En agosto de 1967 escribió un artículo para la revista “Todo es Historia”, de Félix Luna, una publicación que fue señera en la difusión de la historia nacional y que congregó tanto a historiadores académicos como revisionistas.  En plena dictadura del general Juan Carlos Onganía, la foto de Perón se pudo ver en la tapa de la publicación y dentro la nota firmada por Walsh. El título: “El último servicio secreto de Perón”. Rescataba documentación original y reservada del KEES, el servicio de informaciones creado por el gobierno peronista ante las constantes conspiraciones militares. Walsh conjetura allí que Perón tal vez lo conformó porque no confiaba en los servicios militares de información.

Los cables de la Rosada

El periodista se hizo con las hojas dactilografiadas y copiadas al carbónico, y publicó las transmisiones del KEES durante el golpe de Estado de septiembre de 1955. En ese sangriento episodio, los golpistas acusaron al presidente Perón de querer armar a los obreros para resistir, cosa que no ocurrió.

Sin embargo, Walsh descubre cómo civiles, trabajadores, de la entonces Provincia Eva Perón, quisieron resistir el golpe de Estado. En el artículo se observa uno de los cables que se envió desde la Casa Rosada a la Provincia, a las 14.35 del 17 de septiembre, apenas comenzada la sublevación. “Comunique al señor gobernador, de parte del señor Ministro del Interior, que refuerce por todos los medios la Colonia Penal y si es necesario que arme civiles”. Estaba dirigida al mandatario Salvador Ananía. Desde Santa Rosa contestaron: “La CGT tiene hombres armados en la calle para cualquier novedad”.

A las 21 horas, el KEES elevó un informe: “Se ha tenido conocimiento de que las autoridades de la CGT han solicitado a todos los secretarios gremiales la entrega con carácter de muy urgente de listas con personas de absoluta confianza dentro de cada gremio para la constitución de reservas”.

Walsh afirma al finalizar su artículo: “La idea de las milicias prosperó sólo en Santa Rosa. En la noche del 18, fueron disueltas por orden del Regimiento 13, que era leal”.

El periodista dio con una historia que permanecía oculta sobre lo que ocurrió en las calles de Santa Rosa en ese septiembre de 1955. Las “milicias obreras” existieron en La Pampa, o entonces Provincia Eva Perón. Civiles, que eran sindicalistas y trabajadores, decidieron resistir el golpe de Estado tomando las armas.

Walsh y después

En el archivo de la Justicia Provincial pudimos hilvanar el resto de la historia. Caído el gobierno peronista, el nuevo régimen militar y las autoridades de facto, comenzaron a enjuiciar a los miembros de la administración depuesta. En esos expedientes conservados en los archicos, buscando entrelíneas, está el resto de lo ocurrido en esas jornadas.

Fue así que un grupo de dirigentes sindicales de Santa Rosa se convocó el día 16 y junto al delegado Leonardo Rodil le pidió armas al gobernador Ananía durante una reunión en su despacho, cuando la gobernación quedaba en el edificio de la calle Pellegrini. El mandatario telefoneó al jefe de Policía, comisario Arturo Doyhenard, y le ordenó diera el armamento a los civiles para la defensa del gobierno. El mismo jefe del Regimiento de Toay, coronel Martín Barrantes, antes de salir hacia Bahía Blanca para combatir a los “rebeldes”, autorizó la entrega de 27 revólveres. Durante la Libertadora, Ananía sería acusado por la Comisión Investigadora, entre cantidad de causas, del faltante de 16 de esas armas. Sería sobreseído.

En otros expedientes se cuenta cómo dirigentes sindicales y trabajadores entre ellos molineros y fideeros, se congregaron para hacer las rondas y algunos piquetes frente a la parroquia o el local del PJ. Un grupo en un Jeep con el diputado Manuel Rodríguez se apostó en el aeródromo por si descendía algún avión de los sublevados. Otros fueron a la CPE, como José Chumbita, padre del escritor Hugo Chumbita, a pedir que cortaran la luz ante la posibilidad de bombardeos. Finalmente, el presidente Perón fue derrocado y algunos de los que participaron acusados de “intimidación pública” por el nuevo gobierno de facto. Varios de ellos participarían un año después, en la fallida Revolución de Valle del 9 de junio de 1956.

 

El autor es autor, entre otros libros, de “Días de odio” (2011) donde se cuenta esta historia.

 

 

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Ziliotto, el regreso a la “nueva normalidad” y la grieta del barbijo

Ziliotto, el regreso a la “nueva normalidad” y la grieta del barbijo

Por Norberto G. Asquini

Estamos en días de liberalización en La Pampa. Poco a poco la cuarentena obligatoria va dando lugar a una mayor flexibilización en la provincia. La realidad empuja a la apertura y en este clima el gobernador Sergio Ziliotto sigue habilitando distintas actividades.

El mandatario provincial aplica en esto el sentido común y el olfato frente a un estado de ánimo que va transformándose con los días. Esos estados de ánimo fueron cambiando y así como hubo un masivo apoyo las medidas de prevención y al aislamiento, ahora con los primeros resultados, con el hartazgo y con las consecuencias económicas negativas, se reclama otra situación. La flexibilización de va dando en los hechos y se va trasladando a las decisiones políticas. En la Fase 4, el gobierno habilitó las caminatas y salidas en bicicleta. Sin embargo, el lector o la lectora solo debe salir a alguna avenida para observar que muchos de los que se cruza no utilizan el tapabocas obligatorio. El estado de ánimo de la gente fuerza a la nueva situación. No por ello se dejan de cumplir con las medidas de prevención, al menos la mayoría.

Dilemas del éxito pampeano

El éxito de las medidas sanitarias tiene dos caras. La Pampa logró contener el contagio y está pertrechada en equipos, camas y recursos sanitarios para afrontar la pandemia si se desata a pesar de todo lo logrado. Pero esta situación de seguridad dio confianza a la gente para relajar de facto su vida cotidiana. Que el Covid-19 no haya estallado como en otros países, ni se haya extendido, dio pie a permanentes contradicciones y dilemas. “Una paradoja atraviesa la discusión política: el sector de poder que, por ideológica e intereses, es más anticuarentena está expresado en un partido político que gobierna el territorio que más lo necesita”, twitteó Ignacio Ramírez de Flacso en ese sentido. Posturas tan contradictorias como el absurdo militante anticuarentena frente al Cabildo que afirmaba que la pandemia era un invento, mientras se sujetaba el tapaboca.

En ese marco, Ziliotto reunió el martes a los ochenta intendentes e intendentas para dar un nuevo paso hacia la “nueva normalidad”. Se habló de la apertura de restaurantes, bares y gimnasios que ya es un hecho. El encuentro por videoconferencia sirvió para bajar línea sobre cómo se deberá implementar y también para lograr volumen político en su decisión.

La grieta del barbijo

No es lo mismo, analiza la consultora Belén Amadeo, la situación en los grandes centros urbanos donde el contagio está presente, a las provincias del interior que están más controladas y tienen menos población. En estas los casos fueron contados, hubo menos alarma y las políticas de prevención dieron resultado.

Y esta situación se nota aún más en las localidades. Las y los intendentes no se quieren pelear con su gente. Están los que reclaman el uso del barbijo y están los que reclaman no usarlo. Hay una grieta (otra más) entre los que todavía pretenden los controles porque el mal acecha,  y aquellos que quieren relajar la cuarentena porque “no hay casos y están lejos”. Están quienes viajan de una localidad a otra sin estar autorizados. Los domingos se observan juntadas familiares. Están los que ingresan por caminos de tierra desde otras provincias, o directamente cortan algún alambrado para hacerse paso. Los controles policiales se flexibilizaron, al menos límites adentro de la provincia y durante el día. Ninguna gestión quiere pagar costos políticos de más. Nuevo estado de ánimo, más sentido común.

La nueva normalidad también traerá desafíos a las gestiones, que deberán afrontar las consecuencias económicas de la pandemia. Es hora de apoyar a las actividades golpeadas por la crisis, pero también de fortalecer las cajas. Como Santa Rosa, que debe comenzar a recaudar y ya está pensando en cómo.

La Pampa cosecha ahora los frutos de la aplicación de un certero aislamiento social. El Covid-19 pareció frenarse en sus límites y la gente se va relajando. Esperemos no tanto: la pandemia sigue presente.

 

 

 

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