Colectivo municipalizado: la política del hacerse cargo

Colectivo municipalizado: la política del hacerse cargo

Por Norberto G. Asquini

La municipalización del transporte público en Santa Rosa cerró un largo debate. El municipio se hizo cargo de los micros urbanos dejando de lado a las empresas privadas. Una medida de la gestión kirchnerista de hacerse cargo de los servicios públicos. Ahora se vendrá otro debate: el de la eficiencia del Estado.

Para tomar una decisión política, para dar el paso, para hacerse cargo, hace falta convicciones, pragmatismo y oportunidad. Con el intendente Luciano di Nápoli se conjugaron las tres condiciones para conseguir la municipalización de los colectivos.

Vamos a las convicciones. El kirchnerismo impulsó durante la década larga que estuvo en el poder políticas de nacionalización de sectores económicos y una impronta de estatización como opción ante las privatizaciones. Luego de los gobiernos K, la sociedad en su mayoría escogió un Estado con amplia presencia, al que se bien le pide frenar el despilfarro o la corrupción, también le demanda que conserve buena parte de los espacios ganados en la economía y en su acción promotora de derechos e incluso subsidiaria, indica Mario Riorda al analizar las tendencias políticas de los últimos años. El debate por un Estado mínimo naufragó durante el gobierno del macrismo. Y el papel central que asumió durante la actual pandemia Covid-19 terminó por darle fuerza a esa línea.

Peronismo y estatización

El peronismo tiene disposición y capacidad para mutar y reinventarse (como pasar del menemismo al kirchnerismo) según el momento histórico, pero también una identidad política con ideas fuerza como el estatismo y el distribucionismo económico. Alejandro Grimson, fino analista del peronismo y hoy asesor del presidente, indica que ante las “mil caras” del movimientismo peronista “el tema es quien sintetiza la heterogeneidad y con qué orientación política en cada coyuntura”.

Di Nápoli representa hoy la impronta K en el peronismo pampeano, una visión renovadora y la cara de una gestión donde priman los funcionarios jóvenes, que llegó para mostrarse haciendo. Lejos se está de los 90 y el dejo administrativista del jorgismo (1991-2003), que prefirió mantener el servicio de colectivos en manos privadas antes que pasarlo a la cooperativa.

La decisión tomada por Di Nápoli no fue solo empujada por las circunstancias: fue un eje de campaña, un proyecto pensado en la usina camporista hace tiempo y se definió cuando ya se terminaba el subsidio para la empresa.

Esto no significa que haya hacia dentro del peronismo una visión K que diferencia la gestión de Santa Rosa del resto del peronismo pampeano en este sentido. El hacerse cargo por parte del Estado de los servicios públicos cuando nadie más puede, o quiere hacerlo, se vio reflejado en otros momentos. Principalmente en las crisis económicas.

En General Pico durante los años 90 muchos servicios públicos fueron municipalizados, lo que podría decirse fue la contracara de la concepción santarroseña de entonces. Durante las gestiones de Luis Campo (1995-2007), continuada por Jorge Tebes (2007-2012 por renuncia), frente a la debacle del país, se asumió el servicio de riego, el del avión ambulancia, el laboratorio de medicamentos y la planta de asfalto, entre otros servicios. También las ambulancias de emergencias médicas y el policlínico, que después pasaron a la Provincia. Se impulsó la cooperativa que trata los residuos urbanos y se municipalizó y después se concesionaron los micros a Corpico. Por supuesto, General Pico es deficitario, pero no se puede achacar al asumir funciones y servicios para sostenerlos. Ese espíritu está presente en los grandes, y en los chicos. En Metileo, por poner un solo ejemplo y cercano a Pico, se asumió la distribución de gasoil a los productores rurales y una panadería municipal para bajar los precios.

Los que quieren, y los que no

Hay también una cuestión pragmática en la municipalización. El servicio en Santa Rosa era ineficiente y deficitario (mantenido a fuerza de subsidios estatales). Por la misma plata que se le daba a la empresa, y un poco más, el municipio se hace cargo del problema. Un problema además que se arrastraba desde hace años.

Las administraciones municipales habían preferido dejarlo en manos privadas. A pesar de ejemplos como el del intendente Francisco Torroba (2008-2011) que municipalizó la recolección de basura. Lo que llamó entonces “un cambio ideológico” para la capital provincial.

Además de lo ideológico, de las convicciones, está la cuestión pragmática y de oportunidad. El peronista Luis Larrañaga (2011-2015), le dio la concesión a Autobuses Santa Fe, y el radical Leandro Altolaguirre (2015-2019), continuó con esa política. Ambos prefirieron una empresa privada a asumir el servicio. La oposición torrobista continuó igualmente pidiendo estatizar ese servicio con Larrañaga, aunque con Altolaguirre no lo sostuvo.

Es cierto igualmente que ambos jefes comunales intentaron que lo tomara la CPE para hacerlo cooperativo, como pensó Di Nápoli, pero desde la entidad solidaria dijeron que no. La impronta progresista de la cooperativa comenzó a languidecer con los años y se prefiere apostar a lo seguro del negocio de las telecomunicaciones. El transporte urbano es un servicio público necesario, pero es un dolor de cabeza por los costos que implica.

Esta discusión también marca los campos en los que están ubicados cada sector político. Cuando se votó la municipalización en el Concejo, la oposición del ex Cambiemos sorprendió al rechazar el acuerdo mutuo del intendente con la empresa, primer paso para la estatización. Aunque después sí acompañó la creación del Ente Municipal de Transporte Urbano que tendrá a cargo el manejo de los colectivos.

Desafíos de lo que viene

Di Nápoli va a gestionar con la impronta con la que llegó al gobierno. Representa la renovación, las ideas de un peronismo “nacional y popular” y que entiende al Estado como protagonista. Se terminó un debate que era entre servicio estatal o privado. Pero que cada caso depende de las tres condiciones que mencionamos.

En breve, con los desafíos que tendrá el poner en marcha los colectivos municipalizados, se abrirá otra discusión que muchos opositores no dejarán pasar: la eficiencia del Estado. Porque si bien ese debate debería cerrarse, en el caso puntual de Santa Rosa, con el ejemplo de la recolección de basura, los ojos críticos de la oposición estarán puestos en Di Nápoli y en cómo funcionará su creación. Una batalla cultural se ganó. Ahora hay que sostenerla en los hechos.

Leer mas
Filminas y Covid-19: cómo se comunica y el estilo pampeano

Filminas y Covid-19: cómo se comunica y el estilo pampeano

Por Norberto G. Asquini

La pandemia de coronavirus Covid-19 puso en tensión a los gobiernos. No solo en materia sanitaria y económica, sino también en su relación con la sociedad. La gestión de la crisis puede hacer escalar la aprobación de los gobernantes o voltearlos, y la comunicación es uno de los pilares clave para esos resultados, con sus aciertos y fallos. ¿Cómo fue la comunicación en La Pampa?

Liderazgos que pueden fallar o no

La pandemia pone a prueba los liderazgos. El consultor Mario Riorda indica que “en las crisis la voz oficial es la voz rectora” y el discurso se concentra en la máxima autoridad. Y frente al Covid-19, sin libreto ni protocolos previos ante una situación impensada y catastrófica, hubo líderes que emergieron frente a la opinión pública y otros que tuvieron errores comunicativos groseros. En una situación política de “normalidad”, dar un mensaje es mucho más fácil, en tiempos de crisis los datos son muchos, cambian muy rápido y son difíciles de interpretar.

Hubo diversas maneras de afrontar esta situación extrema, tanto en acciones como en comunicación. Se vio como Donald Trump asumía un aire triunfalista y de desafección hacia lo que estaba ocurriendo que después le jugó en contra cuando el contagio estalló en Estados Unidos. Sin embargo, ese un pésimo resultado pudo sobrellevarlo en parte con el protagonismo que tomó después. Bolsonaro en Brasil tuvo una conducta errática y desconsiderada, no asumiendo los hechos y llegando a decir con cinismo “¿Qué quieren que haga?”. En Ecuador Lenin Moreno fue lento en asumir la crisis y la catástrofe sanitaria llevó al reemplazo de la ministra de Salud cuando los muertos se apilaban en las calles. Angela Merkel en Alemania resurgió con un discurso tan sincero como cargado de autoridad científica que fue bien recibido. En Argentina, Alberto Fernández reaccionó a las primeras subestimaciones y tomó medidas de aislamiento. Un presidente con sentido común que se dio cuenta de la importancia de la pandemia y estuvo dispuesto a hacer lo que se debe hacer para prevenirla. La comunicación de crisis por el momento parece exitosa, con un alto acatamiento de las medidas tomadas, sin mayores contratiempos y con una alta aprobación de su imagen.

Decálogo para la comunicación en crisis

¿Podemos trasladar este análisis a los gobernadores provinciales y locales? El politólogo y consultor de comunicación política, el español Xavier Peytibi, realizó un decálogo de las necesidades en materia de liderazgo y comunicación frente a una crisis de esta envergadura.

  1. Liderazgo comunicativo político
  2. Ser rápido y no dejar de comunicar
  3. Decir la verdad
  4. Comparecencias diarias
  5. Tener un buen portavoz científico
  6. Mejorar cada día
  7. Diferentes formatos de contenidos online
  8. Tener un relato
  9. Generar percepciones memorables
  10. Ir por delante

Como ha sucedido con el presidente Fernández, en La Pampa el gobernador Sergio Ziliotto supo conducir en la gestión y en la comunicación un momento de crisis. Si bien es cierto que la provincia tiene poca población, hubo apenas un puñado de casos de contagios y es más fácil implementar las medidas adoptadas, pero no sucedió lo mismo en otras jurisdicciones similares.

Hay que hacer otra observación: el análisis da cuenta de la comunicación en crisis en pleno aislamiento obligatorio. La cuarentena se liberalizó en los últimos días y estamos entrando en otra etapa en la que cambiarán las condiciones y también los apoyos a los gobernantes. De hecho, estamos observando cómo agenda mediática empieza a virar y a darle más lugar a los temas más políticos, y sobre todo económicos.

El estilo local

¿Cómo ha sido la estrategia en comunicación local? Mostró seguridad, soluciones, tranquilidad y confianza, entendiendo lo que la gente necesita. No se dejó vacíos comunicativos, que son los que generan percepción de abandono e ineficacia, y dan espacio para rumores que lleva al miedo y la desconfianza. Supo ubicarse como protagonista de la comunicación en un momento de crisis, centralizando el discurso y con un tono mesurado. Mostró transparencia e información actualizada y se difundió información concreta, con lo que se previno rumores y malas percepciones. En momentos de crisis, cuando la gente busca liderazgo y presencia, tuvo un protagonismo constante como Fernández, al que le hizo aumentar sus niveles de aprobación llegando a superar el 80%. Tuvo junto a él portavoces que conocen del tema, como ocurrió con el ministro de Salud Mario Kohan, que informó casi puntualmente cada día.

En la comunicación no todo es información, sino que hay que ir variando los modos de hacer llegar los contenidos, y en ese sentido hubo diferentes formatos y medios para la comunicación oficial de las medidas sociales y sanitarias. Se logró también un relato de la “unidad”, el esfuerzo y la responsabilidad colectiva para sobrellevar la crisis, que es el que está usando la mayoría de los gobiernos del mundo, con sus diferencias. Ese fue un hilo conductor en los discursos del gobernador.

Ziliotto asumió un estilo sobrio para transmitir seguridad y presencia antes los problemas, la incertidumbre y las demandas. Más allá de los fallos que se puede tener en momentos de la irrupción de una crisis global, la comunicación funcionó en La Pampa.

 

Leer mas
Fase 4: la pelota, las dos R y la nueva etapa ziliottista

Fase 4: la pelota, las dos R y la nueva etapa ziliottista

Por Norberto G. Asquini

Este lunes comienza en La Pampa la fase 4 de la cuarentena obligatoria, más flexibilizada. Se larga también una nueva etapa de la gestión del gobernador Sergio Ziliotto signada por las dos R: reactivación y reconstrucción.

Buenas y malas noticias

La fase 4 de la cuarentena comienza en 22 provincias donde habrá reanudación de actividades y liberación de condiciones. En La Pampa, además, los intendentes podrán, bajo ciertos parámetros, establecer sus minicuarentenas. Habrá más circulación, más actividades, menos hartazgo. Pero el éxito de la lucha sanitaria en la provincia (5 contagiados, 5 recuperados) es también su punto débil. “Buenas noticias que traen malas noticias porque todo empieza a relajarse”, indica el consultar Carlos Fara. La gente se confía más porque piensa que la pandemia es algo brumoso, lejano, que no llegará. La sociedad estaba fastidiada por un extenso aislamiento obligatorio y por las consecuencias económicas, que serán profundas. Acompañó las medidas para frenar los contagios y ahora, en parte, pretende retomar su vida.

“Los mandatarios captan que la progresiva relajación de la cuarentena expresa un reclamo. Sería necio enfrentar dicha tendencia social. La base del cumplimiento de la cuarentena es el consenso, no la represión ni los autos retenidos, ni la persecución a los contados infractores”, indica Mario Wainfeld.

Igualmente, no se debe olvidar que “la confianza mata al gato”, dice un funcionario en charla telefónica, precavido más que preocupado, por lo que vendrá. La pelota ahora la tiene la sociedad. Hay que cuidar lo conseguido, es la frase que une distintas gestiones y mensaje abierto a la gente. De la conducta social dependerá que las catástrofes lejanas no sean una realidad local.

Las dos R que se esperan

Empieza también una nueva etapa para la gestión de Ziliotto. Ahora, más allá de los controles sanitarios y de seguridad, pondrá énfasis en la cuestión económica. Serán momentos cruciales por todo lo que tiene todavía que sostener y lo que tiene por delante. Ya empezó desde lo discursivo: “En La Pampa no hay límite ni impedimento para que la gente tenga un plato de comida en la mesa”, fue una de sus frases lanzadas en los medios.

La gente además pondrá el foco en los temas postergados y urgentes. Empezará a mirar la realidad con otros ojos, más críticos, y a pedir soluciones. El miedo se traslada de la salud a la economía. En la nueva etapa de la gestión ziliottista están presentes dos R: reactivación y reconstrucción.

Al informe sanitario que recibe Ziliotto todas las mañanas a las 7 horas sobre su escritorio, ahora le agregará uno económico. Se están elaborando los planes para reconstruir la Provincia. Las medidas paliativas tomadas hasta el momento no serán suficientes para lo que vendrá.

Estamos ante un país (y ante una Provincia, si bien tiene más aire económico que el resto de las jurisdicciones), azotado por dos crisis: la de la pandemia y la que arrastraba del macrismo. No será fácil afrontar los próximos meses.

Nuevo estado de ánimo

La cuarentena obligatoria fue necesaria y urgente. Al pensamiento de que “al final no pasó nada”, se le debe contraponer el de “no pasó nada porque se tomaron medidas”. Pero adoptar esas decisiones no fue gratuito. Las presiones de los sectores paralizados se fueron acumulando en las últimas semanas. Los profesionales reclamaron a sus representantes y estos al gobierno. Los intendentes pedían pista para flexibilizar en sus pueblos la vida cotidiana de sus vecinos.

La reactivación era irrefrenable. La vida empuja para continuar. En las últimas semanas se iban sumando áreas a trabajar en Casa de Gobierno que eran necesarias para mantener activa la vida administrativa y los servicios de la provincia. Igualmente, los tapaboca o barbijos de uso obligatorio recordarán que la pandemia está presente. Silenciosa, distante, pero presente.

La flexibilización era necesaria. Fara indica, con encuestas en la mano, que la enorme mayoría (cerca del 90%) no cree que la pandemia en Argentina vaya a llegar a los niveles de contagio y defunciones de Italia, España o EEUU. Y el 66% opinó que el gobierno nacional debía flexibilizar la cuarentena para darle más prioridad a la economía.

¿Qué significan los datos? Los argentinos avalan ampliamente lo realizado hasta acá por el presidente Alberto Fernández, ya no creen que se produzca una catástrofe sanitaria y quiere volver a trabajar y recuperar cierta normalidad.

Sintonizar correctamente con el estado de ánimo mayoritario es imprescindible para consolidar un liderazgo, opina el consultor. En esa sintonía fue que Ziliotto tomó sus últimas decisiones.

Leer mas
El deshielo de la cuarentena política y la oposición pampeana

El deshielo de la cuarentena política y la oposición pampeana

Por Norberto G. Asquini

La flexibilización del aislamiento social, en el país y en La Pampa, también trajo el deshielo de la cuarentena política. La oposición al peronismo pasó de una postura mesurada en tiempos de incertidumbre y críticas contenidas, a sacar su artillería a partir de la discusión sobre determinados temas surgidos durante la pandemia.

Cacerolas que aguardaban salir

Lo que se discute no son decisiones sanitarias sino cuestiones políticas. Y que vuelven sobre la grieta entre peronismo y no peronismo, entre un gobierno popular y una concepción liberal. La oposición se enciente a nivel nacional y se replica en La Pampa con los radicales y los macristas, que a su vez compiten por quien es el más opositor.

Vamos a los temas: el central fue el rechazo a los pedidos de prisión domiciliaria de presos, que movilizó a la sociedad en un cacerolazo, en parte genuino, en parte acicateado por la oposición. Algunos jueces otorgaron esa polémica y antipopular medida, los medios resaltaron los casos hasta con trampa (se difundió una muerte cometida por un delincuente liberado en octubre), las fake news hicieron el resto. Organizaciones de víctimas y familiares, temerosas de encontrarse con los victimarios, reclamaron que se frenaran las domiciliarias. Y las usinas opositoras comenzaron a cargar las responsabilidades sobre el gobierno nacional, y sobre el presidente Alberto Fernández. Si bien se sabe que los que toman estas decisiones son los jueces, para la oposición acérrima al peronismo, y sobre todo al kirchnerismo, no importa tanto la precisión del dato como el golpe político.

Otro tema aprovechado fue el “cierre” del Congreso. Desde el oficialismo se quería sesionar mediante videoconferencia, o de forma mixta; desde la oposición se dijo que violaba la institucionalidad. En su momento, aplicar un dudoso sistema electrónico electoral era modernizar la política. Ahora la oposición se mostró preocupada porque la pandemia pondría en juego a la República si no se garantizaba las sesiones presenciales. Aunque no se lo diga, de fondo, está en juego el impuesto a las fortunas impulsado por el oficialismo, y que divide aguas entre una concepción más redistributiva en esta crisis, y otra más defensora del status quo. Cada cual se ubica de un lado, aunque la oposición no lo diga abiertamente.

Los temas pampeanos

En La Pampa también se movió la oposición, si bien había despertado con algunos cuestionamientos previos sobre temas como los excesos policiales. La salida del gobernador Sergio Ziliotto sobre la cuestión apaciguó el ambiente. En la semana otro disparador fueron los permisos a los albañiles para obras particulares, que iban a ser otorgados por la UOCRA y la Cámara de la Construcción. La oposición adujo cierta discrecionalidad sobre esos permisos que podrían ser dirigidos a los afiliados al sindicato. Una sospecha que no está tan alejada de la realidad. En esto coincidieron los radicales y los macristas.

Otro tema fueron los nuevos fondos enviados a Mendoza por ley para Portezuelo del Viento por parte del gobierno nacional. El senador radical Juan Carlos Marino y el diputado Martín Maquieyra criticaron el desembolso. No sin cierta sobreactuación y una doble vara del senador que mide según el lado del mostrador en el que se encuentre. Del silencio sobre el tema cuando Macri era presidente, ahora pasa a la crítica cuando es opositor.

Las medidas de flexibilización de la cuarentena y las económicas adoptadas por Ziliotto no han sido criticadas. Pero la oposición, el macrismo más propositivo, pidió moratoria general de impuestos provinciales, suspensión de ejecuciones judiciales y devolución de los créditos fiscales.

¿A dónde apunta la oposición?

La grieta está latente, esperando que la pandemia que la contiene a duras penas, se vaya diluyendo para aflorar nuevamente. Los últimos avances opositores durante la semana mostraron sectores que están activados.

En La Pampa, la apertura de la cuarentena focalizada, flexibilizada o controlada, mostró que la gestión de Ziliotto salió fortalecida desde lo político en el manejo de la emergencia sanitaria. Fue momento de aflojar los controles frente al hastío social creciente. “En veinte días no hubo ningún contagio”, afirmó el mandatario como resultado palpable del manejo de la crisis. Ojo lector, no se confíe: todavía hay emergencia, todavía hay posibilidad de contagio.

Los controles funcionaron. El politólogo Gabriel Díaz Zolorzalo, ante una consulta para este análisis, afirma: “Ziliotto está gestionando la cosa pública muy bien, para lo que el Estado pampeano tiene herramientas y experiencia: aislarse del contexto nacional, alambrar las fronteras y aguantar hasta que pase con lo propio, que es un montón. La provincia no solo tiene superávit, sino que también se puede endeudar, y mucho, de ser necesario. Varios rankings la postularon como la que mejor está campeando el temporal y mejor puede salir”.

La centralidad política del peronismo se sigue manteniendo, como administrador de la emergencia. Más allá del éxito sanitario, la artillería opositora está apuntando ahora a la gobernabilidad.

Leer mas
Combatiendo al capital:  Ziliotto, las fortunas y la  ideología del todos ponen

Combatiendo al capital: Ziliotto, las fortunas y la ideología del todos ponen

Por Norberto G. Asquini

El gobernador Sergio Ziliotto anunció en la semana una suba en los impuestos a los bancos privados, que hizo punta a nivel nacional y que va de la mano con el proyecto del presidente Alberto Fernández de gravar a las grandes fortunas. El mandatario mencionó la ideología y la “solidaridad” (categoría política de uso habitual del presidente) como fundamentos de esa decisión. Y abrió el debate.

Todo cambia

El mundo, nuestro mundo conocido, está cambiando con la pandemia. Estamos ante un “hecho social total”, en el sentido de que convulsiona al conjunto de las relaciones sociales y conmociona a la totalidad de los actores, de las instituciones y de los valores, indica Ignacio Ramonet. En lo político, algunos ven que puede llegar a derivar en un mundo más justo y solidario. Pero no se pueden hacer predicciones.

La presencia del Estado se hizo central con la pandemia, y el rol del Estado (peronista) cobra otras dimensiones. Ahora también se avanza sobre lo económico, al menos en este punto. El peronismo, como la sociedad, como la política en general, busca cumplir su papel ante las nuevas condiciones del presente que toca vivir.

Las fortunas y el “todos ponen”

Hay un basamento político fuerte y no solo económico en la decisión de Ziliotto. Si el gobernador Axel Kicillof no quiso hablar de ideologías ante el cuestionamiento de algunos sectores a la llegada de médicos cubanos a su provincia, Ziliotto uso la palabra ideología para dar fundamento a su decisión. Solidario es ser socialmente justo.

En ese sentido el gobernador respalda decididamente al presidente Fernández en el proyecto de ley que se impulsa en el Congreso para crear un impuesto a los grandes patrimonios. Avala esa intención de gravar las grandes fortunas. Es que la desigualdad se hace más visible cuando se da un fenómeno de crisis extrema, en la que todos pierden, pero más pierden los vulnerables.

“Es el mismo análisis que hago con el impuesto a los bancos privados. Es momento de solidaridad, donde todos ponen. Y de acuerdo a su realidad, a su patrimonio y a sus ganancias. Los vulnerables ponen mucho quedándose en su casa sin salir a trabajar, los bancos no han acompañado esto”, fueron, más o menos, las palabras del mandatario pampeano en las charlas sobre el proyecto de gravar la riqueza. Los diputados pampeanos votarán la ley cuando llegue al recinto y ya lo hablaron con Ziliotto. Ariel Rauschenberger fue uno de los que estuvo en la letra chica de la iniciativa de su par Carlos Heller.

El nuevo mundo de la pandemia donde los modelos liberales se chocan las paredes, como ocurre en Inglaterra, donde tuvieron que imprimir 220 mil millones de dólares para afrontar una economía en picada en una crisis que consideran la más profunda que se haya visto en el último siglo, se debe enfrentar con otra receta. Los ultraliberales reclaman Estado, el mismo que contribuyeron ferozmente a desguazar, en Europa y en América, incluso en sus funciones esenciales.

En La Pampa, Ziliotto coloca a la banca pública (o mixta) al servicio de los “perdedores” económicos de la pandemia, aunque no pueda auxiliar a todos. Un Banco de La Pampa que sale de su concepción conservadora y está fortalecido por las ganancias conseguidas durante años, y a las que contribuyeron las y los pampeanos. Y al que se le pide que intervenga, si bien le faltan reflejos para accionar.

Ni silencios, ni fake news

Ziliotto habla, propone y define. Cuánto de cuarentena, cuánto de controles, cuánto de apertura a la economía. La imagen del mandatario, en tiempos de incertidumbre, está presente todos los días en los medios. Una reunión por videoconferencia, una conferencia de prensa, una declaración.

Carlos Scolari analiza que cuando se producen crisis políticas o económicas, pueden darse diferentes situaciones a nivel discursivo. Por un lado, los principales actores pueden permanecer en silencio. Algo por el estilo sucedió con el presidente Fernando de la Rúa durante la crisis del 2001: el silencio presidencial generó un vacío comunicacional que, además de elevar la incertidumbre, motivó la aparición de infinidad de rumores.

“Ante el mutismo de los grandes actores, puede pasar que el resto de enunciadores comience a compartir mensajes, crece el pasapalabra y la red discursiva se llena de cuchicheos, patrañas, bulos, fake news y otras especies textuales”, indica el especialista. La baja producción de sentido es tan mala como la excesiva.

Ziliotto ocupó un lugar por encima del silencio y de la descontrolada sobreinterpretación. El Estado está presente contra las fake news, contra la “infodemia”, la pandemia de la desinformación. En momentos de coronavirus, cuando en Europa tanto desde la derecha como desde ciertos progresismos miran hacia los Estados autoritarios como modelos, el mandatario impone los controles, pero habla de los derechos de los ciudadanos cuando hay abusos en hacerlos cumplir.

Pensar lo que se viene

Maristella Svampa indica que el coronavirus “nos arroja al gran ruedo en el cual importan sobre todo los grandes debates societales: cómo pensar la sociedad de aquí en más, cómo salir de la crisis, qué Estado necesitamos para ello; en fin, por si fuera poco, se trata de pensar el futuro civilizatorio al borde del colapso sistémico”. Si bien la globalización, como fenómeno del capitalismo, está como siempre vigente, como apuntan diversos intelectuales.

El proyecto de Ziliotto de aumentar impuestos a la banca privada lejos está de conmover los cimientos económicos del país. Como lejos está la letra plebeya y popular de la marcha peronista, “combatiendo al capital”, de ser parte de la ideología justicialista que buscó precisamente un capitalismo ordenado con presencia estatal.

Entre las alternativas del globalismo liberal y el Estado autoritario, el peronismo desde la contingencia, la emergencia diaria, propone a tientas el suyo.

Leer mas