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El hijo de Calvente estuvo “varado” en Salud Mental por un conflicto de poderes

El adolescente de 17 años, que cumplirá los 18 en el mes de junio, está acusado de intento de doble homicidio a su exnovia y al actual novio de la chica. La jueza, a última hora del sábado, dispuso que la Dirección de Niñez y Adolescencia se haga cargo. La asesora de Menores, Graciela Massara, habría intentado retirar ella misma al chico de Salud Mental (foto).

El caso que conmociona a Macachín ahora también tiene sus repercusiones en la capital pampeana. El conflicto de poderes desatado en torno al caso de uno de los hijos del viceintendente de esa localidad, Gustavo Calvente, tuvo ayer un nuevo capítulo y el chico estuvo virtualmente “varado” en el área de Salud Mental del Hospital “Dr. Lucio Molas”.

Tal como dio a conocer El Diario de manera exclusiva, el joven acusado de intento de doble homicidio a su exnovia y al actual novio de ella pasó toda la noche del viernes y la madrugada de ayer en ese lugar porque la Subsecretaría de Desarrollo Humano y Familia y la Dirección General de Niñez y Adolescencia -ambos organismos dependientes del Ministerio de Bienestar Social- decidieron plantarse ante la jueza de Menores, Gabriela Manera, y rechazar la petición para que el adolescente vaya a la casa de una tía y sea alojado en el IPESA.

La polémica se inició el pasado viernes. Las autoridades gubernamentales presentaron una denuncia en la Seccional Séptima en la que dieron sus argumentos para justificar por qué razón no cumplían con la orden judicial de llevar al chico a la casa de una tía, aquí en Santa Rosa, y tampoco se hacían cargo de la guarda.

Antes, durante el transcurso de toda la tarde, hubo fuertes cruces con el área de Salud Mental del Molas. Para hacer efectiva la internación en el IPESA, las autoridades de Familia y Niñez y Adolescencia necesitaban un certificado de alta médica que los profesionales se negaron a otorgar con el argumento de la postura judicial que hizo llegar Massara.

Finalmente, a última hora de anoche, la jueza dispuso que el chico recibiera el alta de Salud Mental y que quedara bajo la guarda de Niñez y Adolescencia, “para que sea alojado donde el organismo disponga”, según detallaron fuentes oficiales a El Diario. Pero desde la Dirección quieren que la magistrada resuelva si puede ir al IPESA, algo que no fue especificado en la resolución.

“El chico durmió en el lugar junto a un operador porque seguimos sin conseguir el alta médica para poder internarlo en el IPESA”, confirmó ayer a la mañana a este diario la misma fuente.

Por la tarde, la situación no cambió demasiado. Luego de varias idas y vueltas, y aunque los profesionales médicos determinaron que el chico tiene que llevar adelante un “tratamiento ambulatorio” a cargo de sus padres y con el acompañamiento de la Dirección General de Niñez y Adolescencia, la subsecretaria Kalhawy y el director José Ignacio de la Iglesia presentaron un escrito en la guardia del Juzgado del Menor y la Familia en el que solicitaron formalmente que -a pesar del diagnóstico médico- el joven igual sea internado en el IPESA.

“A su vez, es un pedido judicial para que se nos revele el alta médica, para no caer en el incumplimiento de una orden judicial. Está establecido en la ley que para poder internar a una persona en el IPESA tiene que tener el alta médica, tiene que estar apto para eso y no sufrir una situación que merezca la internación en otro lugar… como, por ejemplo, en Salud Mental”, destacaron desde el organismo gubernamental.

La jueza Gabriela Manera no pudo ser hallada ayer por este diario. A pesar de las numerosas llamadas a su celular, y del cruce de un mensaje de texto, nunca atendió el teléfono. Manera es jueza de Menores sustituta, y hace unos días atrás finalizó el concurso para determinar si la magistrada quedará de manera titular en ese cargo: el resultado del examen no la favorecería.

Enojo y nerviosismo 

Ayer a la mañana, un equipo periodístico de El Diario llegó al área de Salud Mental justo en el momento en que la asesora de Menores, Graciela Massara, también se metía en la polémica. Supuestamente, de acuerdo a lo que trascendió, pretendía sacar al chico en su auto particular.

La presencia del periodista y un fotógrafo incomodó a la funcionaria judicial que, con gestos ampulosos, hizo que el menor -quien en ese momento estaba acompañado por su padre y un operador de la Dirección General de Niñez y Adolescencia- ingresara otra vez hacia el interior de esa dependencia del Molas.

Después, nerviosa y molesta por la presencia de este diario, Massara se negó a entablar cualquier tipo de diálogo y entró y salió varias veces del lugar hablando por su celular.

“Nos advirtió que iba a presentar una denuncia porque no estábamos atendiendo las cuestiones humanitarias del chico. No sabíamos de su presencia allí, pero seguramente iba a llevarlo a la casa de la tía, ya que tiene autoridad para hacerlo, pero parece que después se arrepintió ante la presencia de un medio de comunicación. Sabemos que luego de todo esto el chico quedó en Salud Mental porque nos lo confirmó el operador”, dijo a este diario una fuente ligada al Ministerio de Bienestar Social.

Sangriento

El ataque ocurrió durante la madrugada del pasado domingo, a las 6 de la madrugada. Las víctimas (la chica, de 17 años, y su actual pareja, de 21) llegaron a la casa ubicada en el barrio Los Sauces, de Macachín.

Cuando ingresaron a la vivienda, en una habitación estaba el exnovio de la chica. En sus manos tenía un hacha que había sacado del garaje.
Allí, lanzó un feroz ataque contra la pareja actual de su exnovia. El chico atacado recibió cortes en los brazos, los antebrazos, el cuerpo, la cabeza y el cuello. La chica quedó con moretones en todo su cuerpo y también recibió un hachazo en una mano.

El joven herido huyó hacia el boliche Batachá y dio aviso a un móvil policial, que salió hacia la casa. En ese lapso, el joven atacante retuvo a su exnovia. Cuando escuchó las sirenas policiales, salió corriendo, pero fue demorado. El juez Daniel Sáez Zamora ordenó que quede en libertad. Pero el caso llegó luego a las manos de la jueza Manera, ya que el chico es menor de edad.

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