El lugar de la memoria: Designan con el nombre “Carlos Alberto Davit” al puente donde apareció su cuerpo en 1975.


El Congreso Nacional impuso por ley el nombre del guatrachense Carlos Alberto Davit, víctima de los grupos de la Triple A en Bahía Blanca, al puente sobre la ruta nacional 3, a la salida de la ciudad bonaerense, donde fue hallado colgado luego que fuera acribillado el 19 de noviembre de 1975. 

La Cámara de Diputados de la Nación aprobó un proyecto de ley designando con el nombre de “Carlos Alberto Davit” al puente ubicado a pocos kilómetros en la salida de Bahía Blanca donde apareciera colgado el cuerpo del estudiante oriundo de Guatraché de 26 años, que fuera asesinado en 1975 por grupos parapoliciales.
El proyecto fue impulsado por la diputada nacional Virginia Linares (FAP). La iniciativa dispone que se denomine el puente con el nombre de la víctima pampeana y que se adjunte la leyenda -que siguiendo la voluntad de los familiares, quedará impresa en la placa recordatoria- “Aquí fue asesinado, por el terrorismo de Estado, Carlos Alberto Davit el 19 de Noviembre de 1975. Reafirmemos, como homenaje a su memoria, nuestra convicción de lucha inclaudicable por la democracia, la libertad y la dignidad del pueblo argentino”.
En el punto 3 de la ley aprobada en Diputados, se solicita al administrador general de Vialidad Nacional “efectuar todas las diligencias necesarias desde el punto de vista administrativo y legal a fin de dar cumplimiento a lo estipulado en los artículos precedentes”.

Un pampeano.
Davit, “El Pelado” como le decían sus amigos, nació el 11 de abril de 1949 en el seno de una familia chacarera de la zona rural de Guatraché. Al terminar el secundario en el Instituto Alberdi partió a la ciudad de Bahía Blanca para proseguir sus estudios en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional del Sur (UNS). En esa casa de altos estudios estudiaba la carrera de contador público, mientras trabajaba como visitador médico.
Transcurría la década del 70 y Davit empezó a militar, en el año 1973, en la Juventud Universitaria Peronista, siendo elegido presidente del Centro de Estudiantes de Economía e integrando la comisión del Club Universitario, donde funcionaba el comedor universitario, el cual era considerado por la Marina de Guerra como una suerte de “nido de terroristas”. Como militante de base también realizó durante aquellos años trabajo social en diversas villas y barrios de la ciudad.

Secuestro. 
A las 0.30 horas del 19 de noviembre de 1975 Davit fue secuestrado, en la pensión donde vivía, por grupos parapoliciales debido a su prédica contra el interventor de la UNS, el ultraderechista Dionisio Remus Tetu, quien fuera designado rector interventor el 26 de febrero de 1975, en el marco de la gestión Ivanisevich en el Ministerio de Educación y a propuesta de la Marina, luego de haber sido interventor de la Universidad de Comahue, en Neuquén. Una hora y media después su cuerpo apareció colgado del puente ubicado en el kilómetro 679,41 de la ruta nacional número 3, a pocos kilómetros de la ciudad de Bahía Blanca, acribillado por 44 balazos de tres calibres diferentes. Este lugar era el elegido por los hermanos Ponce y dirigentes sindicales que operaban como grupos de tareas al servicio de la Marina, para abandonar los cadáveres.
En los fundamentos del proyecto, la legisladora indicó que “vale recordar que toda la dirección de la política universitaria nacional se llevaba desde la Jefatura del Servicio de Inteligencia Naval de la Marina de Guerra con sede en Puerto Belgrano, dirigida desde principios de 1974 hasta principios de 1977 por el capitán de navío Lorenzo de Montmollin, quien era por tanto responsable de todos los grupos de tareas y quien dependía del almirante Massera”.

El terror en la UNS.
La intervención de Remus Tetu en 1975 no sólo implicó secuestros, asesinatos y matones armados en los pasillos -un caso paradigmático es el asesinato por la espalda y a la vista de todos de David “Watu” Cireluello, militante de la Federación Juvenil Comunista-. Tetu cesanteó a 225 docentes y no docentes que no le eran adeptos (ni académica ni ideológicamente), prohibió asambleas, juicios académicos y cátedras paralelas, proscribió los centros de estudiantes, cerró el comedor universitario, fijó cupos de ingreso, aranceló la distribución de certificados y libretas (medida que sigue vigente en la UNS), eliminó toda intervención comunitaria, cerró para siempre la carrera de Pedagogía, fusionó los departamentos en Ciencias Exactas (Matemática, Física y Electrotecnia) y Ciencias Sociales (Economía, Geografía y Humanidades), cuya matriculación suspendió, todo en el marco de una campaña de persecución ideológica centrada principalmente en los departamentos de Economía y Humanidades.
Además nombró un cuerpo armado de seguridad y vigilancia que se instaló en los pasillos de la universidad impidiendo la actividad política, se introdujeron cambios en las pautas de evaluación y se pautó el establecimiento de criterios para la creación de carreras cortas y nueva organización curricular. Gran cantidad de los cambios instaurados perduran hasta el día de hoy.

Asesinados.
La brutalidad del accionar represivo en la casa de estudios fue tal, que más de una docena de compañeros del grupo de militancia de Carlos Davit fueron asesinados o desaparecidos por militares y grupos de ultraderecha, pudiéndose contabilizar más de 50 asesinados o desaparecidos pertenecientes a la comunidad de la UNS (personal docente y no docente y alumnos).
Linares indicó: “Carlos Davit es un símbolo de la crueldad con que se planificó y ejecutó, a partir de la toma por asalto del aparato estatal, el exterminio de una generación. El asesinato de Carlos nos interpela desde de la memoria y nos hace tomar conciencia que la disputa por procesar el pasado, que nunca es sólo pasado sino más bien continuidad y permanencia, es parte de las urgencias del futuro”.

El amigo Linares.
El delegado de la Afsca en La Pampa, Eduardo Tindiglia, uno de los que impulsó la causa judicial que investiga el asesinato de Carlos Davit en los tribunales bahienses, recordó la historia que unió al joven pampeano con Linares, la promotora del proyecto en el Congreso.
La legisladora Virginia Linares es hermana de Jaime Linares, ex intendente bahiense por el radicalismo entre 1991 y 2003, y hoy senador nacional. El dirigente era amigo de Davit y fue quien lo ayudó a mudarse de pensión cuando era perseguido por las patotas de la Triple A. Allí volvió el joven la noche en la que fue secuestrado.
(La Arena) 

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