El presidente del INTA, en Santa Rosa: “La Pampa tiene mucho por crecer”


El presidente del INTA, en Santa Rosa: “La Pampa tiene mucho por crecer”

El presidente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Francisco Anglesio, estuvo el jueves y viernes en Santa Rosa. Recorrió huertas familiares y comunitarias, y se reunió con el gobernador Oscar Jorge y el intendente Luis Larrañaga. Habló con la prensa de los éxitos y los desafíos de la institución.

El funcionario estuvo reunido con Jorge en Casa de Gobierno durante la mañana de este viernes, acompañado Rosana Bertone, del Ministerio de Agricultura de la Nación, y Ricardo Thornton, el director regional de INTA para La Pampa y San Luis.

También estuvo con el intendente Larrañaga, con quien recorrió emprendimientos hortícolas. Visitaron el Centro de Inclusión Social del Barrio Bellas Artes –una huerta municipal para personas con discapacidades–, la Unidad Demostrativa Hortícola –del Ministerio de la Producción–, la Facultad de Agronomía de la Unlpam y el Instituto Correccional de Mujeres de Santa Rosa Nuestra Señora del Carmen.

Según datos aportados por el municipio, en Santa Rosa hay alrededor de 500 agricultores urbanos y periurbanos. Además de representar una fuente de beneficios económicos y ecológicos para los residentes de las ciudades, las huertas urbanas y periurbanas aparecen como herramientas útiles para producir alimentos frescos e inocuos.

“Es fundamental trabajar articuladamente con todos los sectores del gobierno tanto nacional, provincial como municipal en pos de contribuir a resolver los problemas relacionados a la producción de alimentos”, dijo el funcionario nacional.

Anglesio expresó que el INTA ha desarrollado tecnología de punta en este último tiempo. “El desarrollo es impresionante”, sostuvo. Y detalló, por ejemplo, la producción de leche “maternizada” mediante la primera ternera bitransgénica del mundo, Rosita Isa.

El funcionario llegó a Santa Rosa para dialogar, fundamentalmente, con productores de huertas familiares. “Queremos conocer las inquietudes y las problemáticas de cada municipalidad para producir sus propios alimentos, lograr más calidad y que el productor se quede con esa renta. El camino es escuchar y construir juntos”, manifestó.

El INTA tiene una larga historia de impulso a esta actividad, a través del programa Pro Huerta. “El programa tiene una fortaleza muy importante. Es hablar de un hijo que tiene la institución, en asociación con el Ministerio de Desarrollo Social, que va a cumplir 25 años. Es un programa que nos ha dado mucho éxito, que nos llena de orgullo”, dijo al ser consultado por Diario Textual.

Dijo que el Pro Huerta asiste a 650 mil familias en todo el país. “Hay 17 mil promotores, de los cuales muchos de ellos lo hacen a título no oneroso. Además de ayudar a la soberanía alimentaria, este programa les sirve a algunas familias a tener un excedente”, sostuvo.

Incluso el programa se ha exportado a Haití, luego del devastador terremoto sufrido en enero de 2010. “Asiste a 17800 familias en un país donde es muy importante acceder a la alimentación. En un principio, el programa los asistía desde Argentina con todas las semillas. Pero hoy el 75 por ciento de las semillas son provistas ellos mismos”.

– ¿Cuáles son las cuestiones que entiende que debe fortalecerse en este programa?

– Cada región tiene su diferenciación y tenemos permanente comunicación con los promotores, pero a veces la visita de uno agiliza ciertas cosas que, tal vez, exceden al trabajo de nuestra gente en el territorio… Por ejemplo, tenemos herramientas como subsidios y créditos a tasas muy baratas, del Ministerio de Agricultura, para que puedan desarrollar sus actividades. Creo que, en ese marco, debemos tener una mirada más amplia para asistirlos.

Dijo que La Pampa tiene mucho camino por delante. “El programa de Agricultura Familiar genera el 5 por ciento del producto que se utiliza en La Pampa, cuando la media nacional es del 10 por ciento. Quiere decir que La Pampa tiene mucho por crecer o que hay una penetración de otros mercados en la provincia”, sostuvo.

Anglesio dijo también que “se debe trabajar” más en los sistemas de comercialización asociativos, para que el productor se ponga en contacto en directo con el consumidor. “De esta manera se logran principalmente dos cosas: precio justo para el productor y que también el consumidor tenga un precio justo. A veces, en una chacra el kilo de zapatillo tiene el precio de un peso y en un mercado llega 14… Se genera una renta extraordinaria de la que se apropia solo el intermediario”, manifestó.

“Los sistemas asociativos son muy importantes. Queremos que el Estado genere las condiciones para que se puedan reunir. Si logramos que el mercado concentrador tenga cámaras de refrigeración, le estamos dando una herramienta extraordinaria al productor”, manifestó.

– El corrimiento de la frontera agraria ha generado consecuencias negativas y positivas. ¿Cuál es la preocupación del INTA en ese punto?

– La preocupación es que se conozca realmente a la realidad. Que la información que se use sea efectiva. Se han sacado 12,5 millones de hectáreas que eran de la ganadería y han pasado a la agricultura. Y sin embargo, la Argentina sigue teniendo la misma cantidad de cabezas de ganado que ha tenido históricamente, con ciertas oscilaciones. Ha aumentado la carga y ha aumentado el desarrollo, en algunos lugares con el desarrollo del riego y con el desarrollo de tecnología para nuevas especies. Sin embargo, hay una preocupación que nos invade: si bien hemos aumentado los rendimientos por hectáreas, tenemos los mismos índices (de nacimiento) de la ganadería de hace 40 años. Eso habla a las claras que no hemos sido eficientes en el uso de las tecnologías o no lo hemos sabido transmitir adecuadamente. Por eso estamos revisando todo el desarrollo, de manera de estar más cerca del productor para que utilice eficientemente la tecnología que hay disponible. Por ejemplo, si con 20 millones de vientres pasamos del 60 a 90% (de índice de preñez), que es lo que deberíamos aspirar, tendríamos 6 millones de terneros más.

– Y otro gran problema es la preservación del suelo.

– Se debe trabajar adecuadamente en la rotación de cultivos. Para producir un kilo de maíz se necesitan 500 litros de agua, en tanto que un kilo de soja requiere 800 litros. Por eso es necesario ser eficiente en el uso de los recursos.

– ¿Los recientes acuerdos con China pueden incrementar la dependencia argentina a la soja?

– No necesariamente. Creo que los acuerdos nos abren aspectos extraordinarios. China es un demandante de alimentos y Argentina es un gran productor de alimentos. En Argentina, 40 millones de personas producen para 400 millones y la idea es llegar a 600 millones (en 2030). Necesitamos para ello la herramienta del riego, para pasar de 2 millones a 4 millones. Cuando antes lo logremos, mejor. Y, por ejemplo, de la mano de China se van a producir 200 mil hectáreas bajo riego en Entre Ríos.

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Fuente Diario Textual

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