Guatrachenses por el Mundo: Nicandro “Pinocho” Calderón desde General Deheza, Córdoba.


“No me llames Nicandro que allí no me conoce nadie por ese nombre. Poné que me llamo Pinocho”, pide de entrada. 
Así empieza la charla con don Nicandro “Pinocho” Calderón, –en adelante Pinocho a secas- entre risas y comentarios de todo tipo, que incluyen anécdotas de una vida llena de peripecias, pero de la que no tiene nada que arrepentirse.
Nacido en General Deheza allá por 1939, “nací el 9 de mayo pero me anotaron en diciembre”, su sentido de pertenencia se reparte por iguales entre dos lugares: General Deheza y Guatraché, separados entre sí por algo más de  600 kilómetros. De esa misma longitud está hecha su memoria; del ejercicio generacional del rastreo de costumbres, vivencias y personajes es donde fue haciéndose conocedor de las raíces lugareñas: Fui en el ´58 por primera vez y me enamoré de Guatraché y su gente. Por eso siempre digo que Guatra es mi segundo pueblo. Hace poco fallecieron dos amigos: Gozza y Benevich de los cuales me quedaron gratos recuerdos”, se apura en comentar.
H
umilde en la transmisión de todo aquello guardado en su recuerdo, continúa con su relato: Conocí a casi todos sus pobladores y a sus hermosas mujeres. Me vienen al recuerdo Doña Rosa Pauer y su esposo Manuel. Te brindaban toda su casa, eran gente de una generosidad increíble”. “¿Amigos?, te puedo nombrar cien”, se entusiasma y a falta de nombres propios incorpora los apodos: “el Ñato Pastor que lo conocí aguatero en Casa Novick, Beto Schneider, Negro Moreno, Mirta Kletzel, Cacho Barrionuevo, los Ramos, Fernando Morales, Cabezón Haspert, Zito Kail, Cabeza Martinez, Cacho Coria, Angelillo Gonzalez, Negro Palacios, Indio Chaverría, Negro Cisneros, Eduardo Higonet y sus hermanos, Cacho, Roberto, Edith, Griselda, Maria y Cori, Federico Stehle, Beto Luengo y muchos más”.

Aventurero
De 71 años, casado y con hijos, al hablar de su familia a Pinocho se le pianta un lagrimón: “con mi señora Alicia Torres tuvimos cuatro hijos, Andrés de 47 que en 1993 cantó en vivo en la radio del pueblo para el programa del Negro Lasagno, Mario Fabián (pato) de 44, Rubén de 40 y mi hija de 34 años, todos cantamos,….pero cantores de fogones nomás”, aclara.
Hincha de Pampero de Guatraché y del Club Atlético Acción Juvenil Tiro y Gimnasia de Deheza, “allí donde supo jugar de pibe el negro Palacios”, también relata que de muy joven ingresó a trabajar a la Aceitera General Deheza, con intervalos en tiempos de cosecha donde rumbeaba con otros amigos y compañeros para Guatraché: ”había que laburar de bolsero, éramos medio aventureros no nos quedaba un mango pero la pasábamos bien,…nos gustaba mucho la gente”, reconoce, “y viajabamos varios para allá, el negro Palacios, Cabeza Martinez, el indio Chaverría, el Pelopincho cantor. La cuestión que todos hicieron pareja y se quedaron en Guatraché. Había mujeres hermosas pero no me daban bola –sic-, yo las veía como un monumento que estaba muy alto para mí”, confiesa.
“Recuerdo gente muy guapa para el burro, el negro Moreno, Ñato Pastor, Ico, el negro Cisneros, Alfredo Ramos padre,…tendría todo el día para nombrarte”.
También trabajó un tiempo en Remecó a mediados de los ´60, siempre relacionado con las cosechas, “con el Nene Klug que era el balancero”, rememora de ese poblado que como otros cientos en la Argentina nacidos a principios del 1900, actualmente casi perdieron su razón de ser, relegándoselos al aislamiento y, finalmente, al olvido.

Cosas que no se olvidan
D
ecir Pinocho Calderón es decir criollo, bolsero, guitarrero, cantor, en fin, es decir bien argentino, y también agradecido: “Recuerdo que en el año ´65 parábamos en el Hotel Ideal, de Higonet, cuando me tuve que volver de emergencia y no me cobraron la semana de hospedaje”, rememora, “una gauchada que nunca olvidaré”.
Y cuenta que cada vez que se llegaba a Guatraché se encontraba muy a gusto: Todavía recuerdo el Chalet de los Cuevas que quedaba en las afueras del pueblo y cuando volví hace unos años estaba todo poblado, o la nueva terminal que antes estaba cerca de Pampero. ¡¡ No sabes la ansiedad que tenía cuando en el ´80 iba llegando al pueblo luego de quince años !!. Me parecía mentira estar viviendo eso”.

De Serenata
Aunque esté muy confusa la cuestión del origen de la serenata, parecería ésta muy ligada a la época del romanticismo. De todas maneras, sin importar sus raíces la serenata trascendió a todos los rincones del mundo, llegando a la mismísima Córdoba quién la adoptó ya como un acervo popular a esa manera exquisita de ablandar el corazón de una mujer y obtener su perdón.
Pinocho cuenta que: “Con unos amigos músicos del lugar, salíamos a interpretarlas en General Deheza a pedido de la gente que nos contrataba. Es así que en cierta ocasión llegamos a una casa y con guitarra en mano y voces al aire nos lanzamos con una hermosa interpretación:

 ¡¡ Cordobés, guitarrero y cantor,  
soy el dueño del amanecer,
hasta el alba soy aguantador
y en mil serenatas me suelo prender……!!,

no alcanzamos a terminar la estrofa cuando la vieja abre la puerta y aparece un perro enorme que nos saca carpiendo con guitarra y todo. Y en tremenda disparada me termino tropezando con un pato mudo”, se ríe.
Luego de haber salido con algunos magullones de allí, Pinocho jura que dudó un tiempo en repetir la experiencia.

Cuidado con la oscuridad
Allá por el cincuenta y pico, los pueblos como Guatraché tenían mucha vida propia: confitería, bares, clubes, bibliotecas populares, sociedades italiana y española, canchas de fútbol, bochas, frontón, pelota a paleta, etc.
Y en los salones más grandes, las comisiones se disputaban a ver cual llevaba a cabo el baile más popular y mejor organizado. Pasaba a ser una cuestión de orgullo. En algunos de esos desfilaban cantores conocidos y también famosas orquestas  de tango que recorrían la zona provenientes de Buenos Aires. Fiestas y bailes donde también pudieron conocerse muchas parejas y que luego pasaron a ser familias legalmente constituidas.
Cuenta Pinocho que en uno de esos eventos, entre pieza y pieza se fueron conociendo con una chica, hasta que al finalizar la danza se le animó y le pidió acompañarla a su casa, “vivía en las afueras del pueblo. La cuestión que al querer regresar después de un rato me preguntó si me orientaba, le respondí que sí, pero como estaba todo oscuro, ya que se cortaba la luz a la una de la mañana, me desorienté y tardé un rato largo en encontrar al pueblo. Cuando voy llegando alcanzo a divisar el bulto de una persona y le pregunto donde quedaba el hotel. Sí, vamos, me dijo. ¡¡ Era el galgo ruso !!. Fue la primer noche que dormí en la comisaría”, ríe a carcajadas.

Recuerdos de aquí y de allá
C
asi sin darse cuenta, su vida pasó del ferrocarril al camión, del caballo a la 4×4, del monte a los agroquímicos, de la vaca a la soja, del hombreador de bolsa a las grúas,  del telegrama al chat y de la luz mala al GPS. Y en el medio, los recuerdos. De algún fin de año de comer en la Laguna Guatraché, “cuando aún no había nada”, los lugares donde mataba sus tiempos de ocio: “el Hotel Roma, la pensión de Don Glujoy, el boliche que había antes de Kitova, en ese mismo lugar”, las guitarreadas con amigos, “inolvidables”, y la tristeza por los que ya no estan.

Una zamba de regalo
V
einte años atrás, Pinocho Calderón se propuso regalarle al pueblo que lo cobijó algo de lo que mejor sabe hacer. Escribir la letra de una zamba.
Y mientras componía pensaba en algo sencillo donde finalmente confluyan las situaciones cotidianas que le había tocado vivir en Guatraché, al mismo tiempo expresadas con mucho sentimiento e inspiración y que fueran capaces de llegar indiscriminadamente a lo más íntimo del corazón de cada uno de sus amigos mas queridos. “Es una zamba tradicional que hay que interpretarla con la guitarra criolla”, aconseja, no me hables de baterías, órganos, saxofones que eso es para gente extranjerizada. ¿O acaso te imaginás a Bairoletto cruzando La Pampa con los bafles al hombro”, larga la carcajada.
“En estos días llamo a la radio y se las canto en vivo”, juró a manera de despedida.

ZAMBITA PARA GUATRACHE

POR ESOS CAMINOS QUE MARCA LA VIDA
UN 6 DE DICIEMBRE A LA PAMPA LLEGUE
TIEMPO DE COSECHA TODO ERA ALEGRIA
EL PUEBLO DE FIESTA PARECIA ESTAR

ME HABIAN CONTADO DE SU GENTE BUENA
QUE EN MUY POCO TIEMPO PUDE COMPROBAR
LE HABRIAN LA PUERTA A CUALQUIER FORASTERO
PARA QUE A SU RANCHO SE FUERA AMPARAR

ME QUEDE ALGUN TIEMPO POR ESOS LUGARES
DESPUES A MI PAGO UN DIA MARCHE
Y HOY A LA DISTANCIA YO QUIERO CANTARTE
CON TODO CARIÑO LINDO GUATRACHE

AL NEGRO JUANILLO Y JUANSITO MOSMMAN
QUE UN DOMINGO PATRIO LOS VI JINETEAR
AL VER A SU HIJO EN JESUS MARIA
LE JURO QUE CASI ME PUSE A LLORAR

QUE BELLAS MUJERES AUN LAS RECUERDO
Y CUANTOS AMIGOS QUE ALLI COSECHE
POR ESO QUE QUIERO QUE TODOS SE ENTEREN
QUE A ESTA HUMILDE ZAMBA LA HIZO UN CORDOBES

ME QUEDE ALGUN TIEMPO POR ESOS LUGARES
DESPUES A MI PAGO UN DIA MARCHE
Y HOY A LA DISTANCIA YO QUIERO CANTARTE
CON TODO CARIÑO LINDO GUATRACHE
 

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3 Comentarios

  1. comment-avatar
    MONICA31 octubre, 2010 - 18:07

    muy bueno sigan así los felicito. un anecdota pasábamos noches enteras tomando mate en Alberti mate va mate viene con Guillermo y el negro un abraso a esos pioneros………..

  2. comment-avatar
    nestor fabian3 noviembre, 2010 - 7:41

    muy bueno sigan así los felicito. un anecdota pasábamos noches enteras tomando mate en Alberti mate va mate viene con Guillermo y el negro un abraso a esos pioneros………..

  3. comment-avatar
    vivtor pauer14 noviembre, 2010 - 23:54

    muy bueno sigan así los felicito. un anecdota pasábamos noches enteras tomando mate en Alberti mate va mate viene con Guillermo y el negro un abraso a esos pioneros………..