El equipo deportivo de una emisora radial de Jacinto Arauz, que el domingo siguió las alternativas del encuentro entre Independiente y Sportivo, por la zona sur de la Liga Cultural, resolvió realizar su tarea desde una posición incómoda y rodeado por hinchas, tras las poco felices palabras de los árbitros bahienses, quienes amenazaron con echarlos del campo si durante la transmisión decían algo que no les gustaba.
Como lo hacen habitualmente en las canchas que no cuentan con las comodidades necesarias para realizar su trabajo, los integrantes del programa “El Tablón” comenzaron a armar sus equipos para la transmisión (una mesa y dos sillas) a un costado del terreno de juego, pero imprevistamente surgió el primer llamado de atención de uno de los jueces de línea del partido de reserva, quien les anunció que no podían hacerlo en ese lugar.
Como entre los bancos de suplentes se encontraban sentados el árbitro de primera división, el bahiense Fernando Marcos, y un veedor, Alberto Martínez, los periodistas se dirigieron a ellos con la finalidad de pedirles la autorización pertinente, y recibieron como respuesta que el reglamento impedía que haya periodistas en ese lugar. Los trabajadores de prensa reconocieron esta situación, e insistieron con que su tarea simplemente era llevar las alternativas del partido a los escuchas de la zona, y que lo hacían siempre en esa posición porque el estadio no cuenta con las correspondientes cabinas.
Ante el pedido, Marcos expresó que finalmente los dejaría estar en ese lugar, previa identificación y firma de planilla. Pero lo asombroso para los periodistas es que al mismo tiempo les advirtió: “Pero si escucho algo que no me guste, paro el partido y los hago retirar“.
“Lo que pasa es que algunos periodistas hablaron estupideces“, acotó su compañero, Martínez, en obvia alusión a la situación que salió a luz la semana pasada, relacionada con el supuesto cambio de nombres de árbitros y fechas en algunas planillas de partidos jugados en la primera jornada del sur, con el objetivo de beneficiar a un miembro de la Asociación Bahiense de Arbitros (ABA). Ante esta circunstancia, y para evitar alguna situación no deseada, relator y comentarista decidieron abandonar el lugar e instalarse en la caja de una camioneta para realizar su tarea.
Lo que quedó claro es quedó como un pase de factura al periodismo, por haber instalado en la opinión pública la maniobra que hizo ABA utilizando a la Liga Cultural, y por la cual se habrían “truchado” tres planillas oficiales para promocionar a un colegiado de esa agrupación para que llegue al nivel nacional.