Las arañas no representan “peligros considerables”


Las arañas no representan “peligros considerables”

El departamento de Biología, Bioquímica y Farmacia de la Universidad Nacional del Sur desarrolló un nuevo eje de investigación que niega que las arañas “que viven prácticamente en diferentes especies en todos lados, sean saltadoras”, y aclaró que la mayoría “no representa peligros considerables”.

Un equipo de especialistas en aracnología de la UNS concluyó en una investigación que la mayoría de las arañas no representan peligros considerables y que además combaten plagas al comer insectos que destruyen cultivos.

Nelson Ferretti, Daniel Pomposi y Sofía Copperide, quienes acreditan más de un lustro de trabajos sobre arañas, y se desempeñan en el CONICET y con escuelas secundarias, manifestaron que el temor que producen las arañas “viene desde hace mucho tiempo, muy posiblemente porque la mayoría de las especies tienen glándulas con veneno y la posibilidad de inyectarlo.

“Sin embargo, son muy pocas las que pueden causar daño a la salud”, acotaron. En cuanto a las arañas que viven en ámbitos humanos, en casas y jardines, indicaron que se trata de numerosas especies que al ojo humano parecen iguales.

“La más común dentro de las viviendas es la denominada ‘araña de los cuadros’, con la que hay que tener cuidado porque posee un veneno peligroso, también está la de ‘los timbres’, llamada así porque teje su tela en esos lugares”, explicaron los especialistas.

En tanto, en los jardines predominan las arañas lobos, que son menos peligrosas. La manera de distinguirlas es por la cantidad y disposición de los ojos, algunas tienen 6 y otras 8.

“Es importante destacar que el miedo generalizado a las arañas es una forma de estigmatizarlas, pero vale aclarar que a lo largo de la historia y la mitología muchas culturas las veían de manera positiva, como los egipcios, quienes las relacionaban con la diosa Neith por sus características de hilandera y tejedora”, explicó Pomposi.

Destacó, además, que “las arañas tienen un comportamiento solitario, sólo se ven de a 2 cuando tienen que reproducirse. Esto se debe a que son caníbales, se comen unas a otras sin importar la especie o el sexo, por lo tanto, no es cierto ese mito de que van juntas”.

El investigador sostuvo que “recomendamos no matarlas, sino mantener los espacios bastante limpios para evitar que se reproduzcan y, cuando se las encuentra, colocarlas en un frasco y liberarlas en el patio u otros lugares”.

Ejemplificó que “en algunos lugares como campos, granjas o huertas orgánicas se fomenta la creación de refugios para que vivan allí y se alimenten de las plagas que destruyen los cultivos, aunque este es un proceso que va a llevar tiempo”.

arana

Fuente DyN y diario “Los Andes”

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