Macachín: Un socio de la Unión Vasca puso la plata de las indemnizaciones a los trabajadores del Euzko Alkartasuna.

Hace un mes siete trabajadores encontraron el lugar cerrado e iniciaron una protesta. El viernes, gracias al aporte dinerario de un dirigente, cobraron sus despidos.

“Terminó la protesta. Ayer (por el viernes) llegamos a un acuerdo con la Asociación Unión Vasca“, confirmó uno de los manifestantes. Atrás quedó un mes de cruces de cartas documento, reclamos y hasta un pedido de quiebra luego del cierre del tradicional hotel Euzko Alkartasuna, un ícono del desarrollo cultural y económico de Macachín.

Lucha gremial.
Todo se inició en la mañana del viernes 26 de marzo cuando los siete empleados del hotel concurrieron a prestar servicios y hallaron el edificio cerrado con llave y sin rastros de la concesionaria, Susana Monteagudo. Fue entonces cuando Elba Rivero, cocinera con 18 años de antigüedad; Amelia Fuentes, lavandera con 15 años de antigüedad; Mónica Aguirre, afectada a tareas generales con 13 años de antigüedad; Edith Villegas, también cocinera con nueve años de antigüedad; Claudia Lucero, mucama con cinco años de antigüedad; Anabel Holzman conserje con cuatro años de antigüedad y José Alberto Cañete, sereno, barman y conserje, decidieron luchar por lo suyo apostándose en la puerta principal.
Hace unos días, los trabajadores recibieron la notificación de sus despidos mediante cartas documento. Allí confirmaron que la empleadora había planteado el pedido de su propia quiebra a la Justicia y que culpaba a la Asociación Unión Vasca, propietaria del hotel, de que entró en cesación de pagos porque la entidad decidió no renovarle la concesión.
Los cesanteados mantuvieron su reclamo con presencia frente al edificio al que acompañaron con carteles. También lograron que las autoridades locales, entre ellos el intendente Jorge Cabak y concejales, se solidarizaran con su situación.

También el gremio que los nuclea, Uthgra, se hizo presente en el conflicto. La delegada normalizadora, Graciela Ortiz, los visitó en varias ocasiones aportándoles asesoramiento gremial, mientras que el abogado del sindicato, Adrián Rementería, fue el encargado de llevar adelante la cuestión legal, incluidas las negociaciones con los directivos.

El arreglo.
Los asesores de Uthgra, ante el pedido de quiebra de la concesionaria, aconsejó a sus agremiados extender el reclamo solidario a la Asociación Vasca el pago de las indemnizaciones por despidos y también algunos haberes atrasados. De allí surgieron las respuestas que derivaron en el zanjeo del conflicto laboral.
Cuando todo parecía que se complicaba, la semana pasada se conoció la decisión de un dirigente histórico quien personalmente le anunció a los cesanteados que él se haría cargo de los 210.000 pesos que solicitaban para destrabar la situación.

Justamente el jueves 22 de marzo la CD de la Asociación Vasca citó a Rementería a una reunión. Allí el abogado de la entidad, Mariano Guijarro Arzuaga, ensayó una oferta de arreglo que fue rechazada por los despedidos. “Aunque un histórico dirigente nos había asegurado que pondría el dinero para pagar todo lo reclamado, el abogado nos ofrecía solamente un 40 por ciento de los 210.000 que corresponden y además en muchísimas cuotas“, había informado una de las despedidas.

El martes 23 de marzo, en una nueva reunión entre el asesor legal del gremio de gastronómicos (Uthgra), Rementería, y Guijarro Arzuaga, acordaron otros términos totalmente diferentes que conformaron a los reclamantes.

“El arreglo se hizo el viernes 26 de marzo. Después del mediodía llegaron los dirigentes de la Asociación Vasca, entre ellos el presidente Néstor García y el abogado Guijarro Arzuaga quienes en presencia de nuestro abogado, Adrián Rementería y la secretaria gremial Graciela Ortiz, firmamos las actas y recibimos 5.000 pesos en efectivo cada uno y los cheques de Ignacio Unamuno para cobrar todos los meses (entre 8 y 12) hasta que se cancele el monto de los despidos. Por fin podremos irnos a nuestras casas y comenzar a buscar otro trabajo“, concluyó José Cañete.

La Arena

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