La Federación Argentina de Municipios les entrego la distinción “Gobernador Enrique Tomás Cresto” a los Doctores Adrian Díaz y su esposa Silvia Zolorzalo por la gestión sanitaria realizada en la Colonia Menonita “La Nueva Esperanza” de Guatraché.
Adrian Humberto Díaz. Médico anestesiólogo, especialista en gestión hospitalaria, medicina familiar y diagnóstico por imágenes. Director del Hospital “Manuel Freire” de la localidad pampeana de Guatraché durante 14 años, cuando se llevó a cabo la inclusión sanitaria de los menonitas.
Silvia Zolorzalo. Médica pediatra, especialista en medicina familiar y atención preventiva de la salud. Encargada del control prenatal y postnatal de embarazadas y recién nacidos. Desarrolló una serie de instructivos didácticos en plautdietsch o bajo alemán menonita.
La primera penetración del Estado en la Colonia Menonita “Nueva Esperanza” no provino “desde arriba”, es decir, desde la cumbre de la pirámide gubernamental pampeana. Por el contrario, la primera relación sistemática se establece a partir de la aparición de lo que un principio se pensó era una epidemia de diarrea o, aún peor, cólera. Luego de que en el hospital local apareciera una familia menonita con su bebé con un avanzado cuadro de deshidratación por diarrea, y que los padres manifestasen que ya habían ocurrido casos similares, las autoridades del nosocomio pidieron la asistencia de la Dirección de Epidemiología. En la primera avanzada los médicos, como agentes del Estado, advirtieron que uno de los menonitas ejercía ilegalmente la medicina, distribuyendo medicamentos que sólo podrían hacerse bajo estricta prescripción autorizada.
La falta de control del Estado se vio en su máxima expresión en cuanto las autoridades tomaron nota con preocupación acerca de la desprotección sanitaria. En este punto, la Justicia intervino a instancias de una denuncia formulada por uno de los médicos. Más aún, se realizaron exhumaciones y requisamiento de medicamentos en la investigación contra el colono Julio Loewen. No obstante ello, no fue preso y hoy no figura en el padrón electoral por lo que se presume que abandonó hace tiempo la Colonia.
Luego, el personal local comenzó a requerir la activa intervención de las autoridades más encumbradas del Estado sobre este grupo de personas sobre el que no se tenía control médico. Para noviembre de 1997, en un rápido movimiento de los agentes médicos, la penetración material sanitaria estaba completamente en despliegue, pudiendo hacer un trazo sobre las enfermedades prevalentes, estado de salud de la población en general, salud dental y, principalmente, garantizar atención obstétrica y pediátrica. La cantidad de muertos por nacer se redujo considerablemente a partir que se sistematizó el control prenatal y el nacimiento asistido con profesionales del sistema de salud estatal, en las instalaciones del hospital y con personal de Guatraché, distante a 30 kilómetros. Finalmente, el director de ese entonces del Hospital local “Manuel Freire”, Adrian Díaz, declara que a partir de la intervención del Estado (y la continuación de la misma) se ha podido realizar un relevamiento efectivo centrado en embarazadas y niños, incluyéndolos en campañas de vacunación y vitaminización.
Algo difícil de medir, pero se sabe presente, es que el personal estatal ha generado empatía con los colonos menonitas, aunque amables hasta ese momento, reticentes a abrirse a la comunidad exterior. Los médicos sostuvieron que se dio un espacio de apertura íntima dentro de los consultorios y algunas veces dentro de las casas de los menonitas.
Al parecer, los habitantes de la Nueva Esperanza dieron cuenta que los médicos no estaban para poner barreras en su camino a la salvación, sino más bien a hacerla posible. La modalidad establecida hoy continúa de una manera un tanto menos rigurosa en tanto los colonos acuden de manera más asidua al hospital local. A pesar de ello, se está en condiciones de mantener que esta penetración se ha estabilizado y sostenido durante 18 años, siendo el único avance exitoso del Estado sobre este grupo aislado.